La ayuda internacional a los damnificados por el terremoto del pasado día 8 comenzó a llegar las áreas más remotas de la Cachemira paquistaní, donde podría haber miles de víctimas entre muertos y heridos y donde según la ONU "se pierde la batalla contrarreloj".

Equipos médicos españoles fueron los primeros en llegar al valle de Arya, en la zona en disputa entre la India y Pakistán, y aislado e incomunicado desde que el seísmo, de 7,6 grados en la escala abierta de Ritcher devastara el norte del país.

La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) ha instalado tres Puestos Médicos Avanzados (PMA) en la base militar de Arya, también asolada por el seísmo.

La población de Arya, desperdigada por una miríada de aldeas en la confluencia de cuatro profundos valles, recibió con alegría y alivio la llegada de los médicos, pese al considerable retraso en el despliegue, achacable a la magnitud de la desgracia.

En la zona sólo existe un hospital, asimismo reducido a escombros por efecto de la sacudida telúrica y el único médico, desbordado, decidió ayer jueves abandonar el área.

El presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, admitió que hubo una demora en la entrega de ayuda, pero defendió la respuesta de su Gobierno y subrayó que la situación ha mejorado con la reapertura de muchas carreteras y el aterrizaje de helicópteros en zonas alejadas. "Sé que hubo un retraso" pero "ningún país está preparado para un desastre semejante y ése fue el caso de Pakistán", dijo.

El presidente paquistaní dijo que la tardanza "se debió al hecho de que las carreteras estuvieron bloqueadas, no había Ejército y varios responsables de la Administración estaban entre las víctimas".