El castillo de Sautou (noreste francés) del confeso asesino en serie Michel Fourniret, donde se hallaron los restos de dos de sus víctimas, fue adquirido gracias al botín que robó a una banda criminal, reveló ayer la prensa francesa.

Fourniret robó "de carambola" 34 lingotes y miles de piezas de oro a una mítica banda de atracadores de bancos de los años ochenta durante su estancia en la cárcel, según el diario Liberation.

El botín había sido enterrado en un pequeño cementerio de las afueras de París por varios miembros de la banda, uno de los cuales, el italiano Gian Luigi Esposito, se lo confesó en prisión al militante de extrema izquierda Jean-Pierre Hellegouarch. Éste compartiría después celda con Fourniret, que, una vez fuera de la cárcel, fue contactado en marzo de 1988 por la compañera de Hellegouarch para que le ayudase a "desenterrar el tesoro" para cambiarlo de sitio.

Fourniret aceptó, antes de matarla y robarle, según sus palabras, la mitad del botín, pues asegura que la otra mitad la dejó en el apartamento de la pareja.

Esposito, Fourniret y Hellegouarch permanecieron detenidos en la cárcel parisina de Fleury-Mérogis entre 1986 y 1989.