Hace aproximadamente tres años que la Guardia Civil desarticuló una red de tráfico de hachís y se incautó de 7.700 kilos de esta droga, en lo que representó el mayor alijo intervenido en Balears. Desde entonces, los narcotraficantes empezaron a cambiar sus rutas de transporte para burlar las medidas de seguridad, algo que habían logrado hasta esta semana, que en dos operaciones llevadas a cabo por la Benemérita y Vigilancia Aduanera se ha detenido a tres personas que tenían un total de 3.200 kilos de resina de hachís.

La primera investigación corrió a cargo de la Guardia Civil, que arrestó a un hombre que ocultaba una tonelada de estupefacientes en el interior de dos autocaravanas estacionadas en un almacén de Sineu. La segunda aprensión correspondió a los agentes de Vigilancia Aduanera, que dependen de la Agencia Tributaria. En esta ocasión se incautaron de más de dos toneladas de hachís en el Port d'Alcúdia y en una finca de Son Servera. Este último dispositivo concluyó con el arresto de dos personas por su presunta relación con el narcotráfico.

Estos arrestos ponen de relieve que los organizadores de las rutas de la droga vuelven a operar en Balears tras años de rodear las islas para evitar los controles policiales.

A finales de los años noventa grandes cantidades de droga pasaban habitualmente por las islas en sus transportes hacia Europa. Este hecho se pone de relieve al revisar los mayores alijos intervenidos, todos ellos entre 1996 y 2001.

Así, los cuerpos de seguridad localizaron dos partidas de 5.000 kilos de droga en Sa Dragonera y en Cabrera los años 1999 y 2000, además de los 4.000 kilogramos intervenidos en Eivissa en 1998.

Los expertos explicaron que estos grandes alijos habían sido promovidos por veteranos contrabandistas mallorquines que cambiaron el tabaco por el hachís o por bandas vinculadas a las mafias italiana y marsellesa.