"Estoy en contra de tomar esteroides y otras sustancias si es por estética, pero en la alta competición no es opcional, es necesario". Así de contundente se mostraba ayer el propietario de un gimnasio de Palma, campeón de Balears de Fitness y con un cuerpo musculoso que delata su pasión por la práctica del culturismo.

La operación policial llevada a cabo a nivel nacional, y que en el archipiélago se ha saldado con la detención de 26 personas por presunto tráfico de esteroides anabolizantes y hormonas, ha levantado ampollas. Propietarios de gimnasios, preparadores físicos, aficionados y competidores se sienten indignados ya que consideran que les acusan de narcotraficantes. Muchos admiten haber consumido este tipo de sustancias pero justifican su uso por el tipo de deporte que practican y siempre que se haga de forma "racional y correcta".

"Hace 16 años empecé a hacer pesas. Llevo media vida haciendo lo mismo y no lo voy a negar, me he dopado para las competiciones y si no lo hiciera jugaría con desventaja". Este joven empresario asegura ser partidario de tomar las dosis "oportunas para cada cuerpo y tipo de competición". El abuso de anabolizantes y otras sustancias "es siempre perjudicial pero su uso racional no, y mucho menos bajo supervisión médica. Es inevitable que se tome este tipo de sustancia, se han consumido siempre y no van a acabar con ello".

Esta es la opinión mayoritaria de muchos propietarios de gimnasios y preparadores consultados por este diario. Todos ellos coinciden en destacar que la práctica del doping se da "en todos los deportes de alta competición". Lo que pasa, según ellos, es que el dinero que se saca de otros deportes no lo mueve el culturismo y, por eso, "van a por nosotros".

"No son sustancias ilegales"

"Es una opción personal. En mi gimnasio preparo a competidores y saben que para estar a la altura deberán tomar una serie de sustancias, que no son ilegales pero la forma de conseguirlas sí lo es", se quejaba otro propietario, entrenador y competidor de Balears.

"Hace unos años podías ir a cualquier farmacia y te daban los productos pero Sanidad hizo una redada y lo ha fastidiado todo". Según este profesional, hoy en día son muchas personas quienes se preocupan por mejorar su aspecto físico, "sean culturistas o no". Por eso, mantiene que "buscan todas las vías posibles para conseguir los anabolizantes o las hormonas y caen en el tráfico ilegal, donde sólo unos pocos interesados sacan provecho".

La venta por Internet de este tipo de productos es fácil. "El que lo haga por esos medios se la juega. No sabe lo que le van a dar. Antes, en las farmacias, te asegurabas de que el producto fuera de calidad".

Todos ellos se consideran "afectados indirectos" de esta operación policial. La práctica del culturismo ha quedado "tocada" y, según su opinión, la sociedad tiene un concepto de ellos "que no se ajusta con la realidad".

"No somos narcotraficantes, somos deportistas. Hay competidores con cabeza y los hay sin. Si tienes estudios sobre la materia sabes perfectamente cuántas dosis te puedes meter y cuál es tu límite. Estoy en contra del consumo por estética porque los riesgos son mayores que los beneficios", afirmaba el primer propietario.

El consumo de estos productos debe completarse con una dieta cualificada y adecuada a cada deportista y bajo control médico, según defienden todos los consultados.

La investigación policial se empezó a desarrollar en Málaga el pasado mes de mayo. Los investigadores siguieron tirando del hilo y, durante el mes de julio, se cuajó la segunda parte de la operación, que se saldó con la detención de 126 personas en 31 provincias, 26 de ellas en Balears, la mayoría competidores.

Investigación en Balears

Muchos de los implicados de las islas fueron localizados porque en los últimos años mantuvieron contactos con personas de Málaga, que fueron fichadas por la Policía.

"Uno de los chicos que viene por el gimnasio me dijo que la Policía le citó en comisaría para declarar. Tuvo que admitir que hace cuatro años contactó con gente de Málaga pero ni siquiera se acordaba de sus nombres. Era cuando competía y necesitaba los anabolizantes. Él era consumidor, no narcotraficante, pero te meten en el mismo saco. No hay derecho", se quejaba otro de los gimnastas. Este empresario explicó que varios agentes acudieron a su gimnasio y que ellos mismos le afirmaron que "mientras exista Internet, esto no va a acabar". En esta línea, el culturista consideró que "si no existiera el dopaje, no habría deportes de alta competición".