Fenómenos meteorológicos
¿Por qué media España está en aviso por calor y la otra en aviso por tormenta y granizo?
En las últimas semanas se están dando todos los ingredientes para la formación de las llamadas tormentas de verano, que surgen tras la acumulación de calor diurna y acaban descargando con fuerza durante la tarde

Lluvia y granizo en Barcelona, en una imagen de archivo. / Rober Solsona
Valentina Raffio
Hace ya dos semanas, desde el cambio de tiempo que provocó la llegada súbita del verano en España, que el mapa meteorológico de la Península Ibérica parece dividido en dos mitades antagónicas. Por un lado, ante el avance de las altas temperaturas, medio país de país se derrite bajo alertas por calor extremo y máximas de hasta 40 grados. Mientras, por otro lado, son muchos los territorios que pasan en cuestión de horas de escenarios de calor extremo a jornadas con cielos encapotados, aguaceros repentinos y hasta granizo. ¿Por qué este contraste tan acusado? ¿Cómo es posible que al mismo tiempo convivan avisos por calor extremo y por lluvias torrenciales? ¿Tiene algo que ver el cambio climático en todo esto?
"El verano es la época de tormentas por excelencia y para que se formen se necesitan varios ingredientes que se están dando en las últimas semanas", explica Marta Almarcha, meteoróloga de la plataforma eltiempo.es en declaraciones a El Periódico.
Según explica esta especialista, existen al menos dos ingredientes esenciales para la formación de tormentas de verano: calor y humedad. El primer elemento tiene mucho que ver con cómo el sol incide con fuerza en la superficie terrestre, dejando máximas por encima de los 35 grados en varios puntos de la Península, y de esta forma calienta el aire cercano al suelo. Este aire caliente se vuelve más ligero y asciende, en un proceso conocido como convección térmica, que eleva las masas de aire hacia capas más frías de la atmósfera. A medida que el aire asciende, entra en juego el segundo factor, que se da cuando esta masa se enfría y, si las condiciones de humedad son las adecuadas, el vapor de agua que contiene se condensa y forma nubes de desarrollo vertical como los cumulonimbos.
Si todo esto coincide con situaciones de elevada inestabilidad atmosférica, la suma de todos estos factores puede acabar desembocando en una tormenta de verano que, tal y como apuntan los registros de las últimas semanas, puede descargar hasta 20 litros por metro cuadrado en muy poco tiempo.
Estos fenómenos suelen darse de cara a la tarde y son especialmente frecuentes en zonas de interior y de montaña
Durante este tipo de episodios, más allá de las lluvias en sí, también se pueden producir fenómenos como la formación de granizo. Según explica Almarcha, esto se debe a que las fuertes corrientes ascendentes que aparecen en los cumulonimbos provocan que las gotitas de agua de la nube sean desplazadas hacia la cima y se congelen por el camino. "Estas partículas de hielo son las que acaban cayendo por efecto de la gravedad hacia la tierra, dejando así las características piedras de granizo", comenta la especialista, quien recuerda que este tipo de fenómenos suelen darse de cara a la tarde, cuando hay mucho calor acumulado en el ambiente, así como en zonas de interior y de montaña, donde el terreno irregular también actúa como estímulo para la elevación del aire y favorece la inestabilidad atmosférica.
Avisos por tormenta en pleno episodio de calor
Este martes, por ejemplo, hay aviso por tormenta y granizo en una decena de comunidades autónomas, donde de cara a la tarde se esperan fuertes chubascos, rachas de viento considerables y piedras de granizo de gran tamaño. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, los avisos más importantes, de nivel naranja, se concentran en el Pirineo de Girona y el Prepirineo de Barcelona, la zona Ibérica riojana y de Soria, así como en el interior de Bizkaia y la cuenca de Nervión.
Mientras, en el resto del país, se espera una jornada extremadamente cálida, con temperaturas entre 5 y 10 grados por encima de lo normal para la época y máximas que podrían superar los 40 grados en varios puntos de la Península.
Tanto los extremos de temperatura como la formación de tormentas de verano son fenómenos característicos de esta época del año pero, aún así, debido al impacto del cambio climático en el territorio, en los últimos años se ha observado que este tipo de escenarios están volviéndose cada vez más extremos. Por un lado, la llegada del calor se produce cada vez antes y alcanza valores mucho más elevados de lo que hasta ahora era habitual. Por otro lado, este aumento de las temperaturas también acaba proporcionando más "fuerza" a la formación de tormentas y hasta aumentando su intensidad. En las últimas semanas, de hecho, mientras media España activaba avisos por calor han sido muchos los territorios donde se han tenido que encender también avisos por lluvias repentinas.
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