Vivió la guerra de Irak con ocho años y ahora reside en Mallorca: así lo cuenta en un pódcast que se ha hecho viral

Su historia ha acumulado numerosas reacciones tras su paso por el formato radiofónico mallorquín 'Santos en Camino', donde habla de fe, muerte y esperanza

Vivió la guerra de Irak con ocho años y ahora reside en Mallorca.

Vivió la guerra de Irak con ocho años y ahora reside en Mallorca. / SANTOSENCAMINO/GUILLEM BOSCH

Palma

La historia de Waad Odeesh, un joven iraquí que ahora reside en Mallorca, ha dado la vuelta a las redes sociales después de que contara su experiencia en el pódcast local 'Santos en Camino'.

Con solo ocho años, vivió los horrores de la guerra en Irak. “No podíamos salir, no podíamos hacer según qué, teníamos que estar en casa. Cuando salíamos, encontrábamos a gente muerta”, cuenta el joven en un episodio que ha conmovido a numerosos usuarios. La guerra no era algo que ocurría en los telediarios, era el telón de fondo constante de su infancia.

Fe entre explosiones

La situación en Irak durante aquellos años estuvo marcada por una compleja red de conflictos armados, violencia sectaria y el auge de grupos extremistas. Para muchas familias, como la de Waad, la rutina se convirtió en una lucha por la supervivencia.

Waad no solo explica su relato del conflicto, sino también del dolor particular que vivieron los cristianos en medio de la violencia. “Para los cristianos fue un momento de decir: 'Señor, ¿dónde estás? Haz algo porque las personas están muriendo, estamos en misa y explota un coche, ¿por qué tiene que pasar esto?'. Tantas persecuciones y muertes”, relata durante la entrevista.

Uno de los episodios más duros que vivió y que ahora comparte fue la pérdida de su primo, sacerdote, asesinado durante la persecución religiosa. “Mataron a un primo mío que era sacerdote. Para mí fue un momento clave. Fui a la misa que se celebró en su conmemoración y cogiendo su cáliz dije, ¿qué es esto?”, explica con emoción.

Entre cruces y esperanza

La persecución a minorías, la pérdida de seres queridos y el temor constante no lograron apagar en Waad una profunda voluntad de salir adelante. Su historia es también la de un joven que, habiendo conocido la guerra de cerca, no se dejó arrastrar por el odio ni la desesperanza. Al contrario, su determinación y su fe lo llevó a buscar un futuro mejor.

Pese a todo el sufrimiento, Waad deja un mensaje de fortaleza interior: “El dolor, el sufrimiento, forman parte de nuestra vida. Cargar con las cruces no es fácil, pero en ningún momento perdí la esperanza y la confianza (en Dios)”. Su testimonio ha sido ampliamente compartido por comunidades religiosas y usuarios conmovidos.

Waad llegó a Mallorca huyendo de la guerra, en busca de seguridad y libertad. Pero al llegar, confiesa que algo le dolió profundamente: la indiferencia. “En Irak, con bombas, las iglesias llenas. En Europa, con paz… vacías”, lamentó. Su historia resuena no solo como testimonio de supervivencia, sino como una reflexión sobre la fe, el sacrificio y el valor de la libertad religiosa en tiempos de paz.

Hoy, Waad no solo representa a quienes han huido de la guerra, es la historia de un niño que creció entre escombros y que, pese a todo, decidió vivir sin renunciar a la esperanza.

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