Precios más altos, cantidades limitadas por familia... así se va a complicar comprar huevos en unos días
El alza de precios de Estados Unidos se contagia a Europa… pero no es el único producto que se complica: las perspectivas para café, chocolate o cerveza tampoco son halagüeñas

Luana. C.L.
Javier Sánchez
Por mucho que Trump se pelee con Zelenski en directo ante todo el país, sus ciudadanos están más atentos a otras crisis que tienen mucho más cercanas. En los últimos tiempos, el precio de los huevos se ha duplicado en el país. Y no solo eso, los que están dispuestos a pagar lo que haga falta tampoco lo tienen fácil: en muchos lineales aparecen carteles con cupos por cliente o directamente no hay ni rastro de hueveras.
Y como suele pasar cuando Estados Unidos estornuda, el resto del mundo se resfría. “En el país norteamericano llevan con problemas por la gripe aviar desde 2015, cuando tuvieron un brote enorme. Entonces no actuaron correctamente y el problema se ha enquistado. Además, es un país que consume muchísimos huevos, ya desde el desayuno. ¿Qué hacen ahora que no tienen? Venir a comprarlos a Europa”, explica César Redondo de Huevos Redondo, una granja de tamaño medio situada en Ávila.
Las avícolas españolas se encuentran ante un ‘Mr. Marshall’ dispuesto a pagar rápido y bien con tal de que los huevos crucen el charco. Los daños colaterales los paga el ciudadano de a pie, que se queda con menos huevos disponibles y más caros. “Esta misma semana (la que ha empezado el lunes 3 de marzo) ha habido una reunión de granjas para incrementar 10 céntimos por docena.

Los huevos, a punto de convertirse en un producto de lujo. / freepik
Pero la perspectiva para las próximas semanas es que el precio pueda subir hasta 50 céntimos por cada una”, señala Redondo. “No me extrañaría que en los próximos días vaya a haber también restricciones y cupos por familia. La situación se va a poner muy muy cruda”, añade.
Una situación compleja
La crisis importada de Estados Unidos es la puntilla a una serie de catastróficas desdichas donde muchas derivadas convergen en una situación cada vez más compleja. “Todas las materias primas, incluidos los piensos, subieron del precio a raíz de la explosión de la guerra en Ucrania en 2022.
Por otro lado, existe un problema con la normativa europea de que las gallinas estén en suelo y no en jaula. Se incrementa la mortalidad, porque las gallinas se juntan unas con otras dentro de la nave y se asfixian, y también baja la productividad”, señala Redondo.
Hay más problemas, como la falta de relevo generacional entre los productores. “Muchas empresas se enfrentan al reto de que alguien continúe con el negocio. Trabajar en este sector es estar disponible las veinticuatro horas del día todos los días de la semana. Hoy vengo de inspeccionar granjas y granjas para asegurarme de que todo está bien. Si no lo haces, no controlas lo que pasa. Son miles y miles de aves”, cuenta Redondo.
También hay problemas con el relevo entre las propias gallinas. “Las gallinas viejas van siendo sustituidas por las pollitas, pero hay que incubarlas. Todo esto es un proceso que cuesta dinero, así que hay empresas que van dilatando ese recambio y la productividad se resiente”.
A todo esto se une que ha habido un repunte del consumo del huevo, un alimento que se ha quitado de encima la mala fama de antaño, lo que ha conducido a que cada vez se tomen más unidades por persona en nuestro país. “Es una fuente barata de proteínas si la comparas, por ejemplo, con una carne o un pescado”.
En 2023 España produjo un total de 1.164 millones de docenas de huevos (es la tercera mayor potencia avícola de la UE tras Francia y Alemania) y consumió 407 millones de huevos, más de 137 por persona. Ahora que España había abrazado el huevo… todo se complica.

La cerveza, sometida a subida de precios por la sequía. / Freepik
La cerveza, víctima de la sequía
Pero los huevos no son el único producto de la lista de la compra que damos por seguro y que se encuentra en problema. La sequía viene afectando desde hace algunos años la producción de cerveza, lo que ha hecho que el precio haya escalado en los últimos años de manera imparable.
“El agua es una de las materias primas esenciales para la elaboración de la cerveza junto a la malta y el lúpulo. Sin agua, no hay cerveza. En este sentido, el cambio climático es una realidad contra la que las empresas cerveceras venimos trabajando. Y lo hacemos a través del desarrollo e implementación de soluciones que nos permitan reducir cualquier posible impacto derivado de condiciones climáticas específicas”, explica Jacobo Olalla, director general de Cerveceros de España.
“Entre otras medidas relacionadas con el uso responsable del agua, las empresas cerveceras españolas colaboran directamente con las cuencas hidrográficas de las que proceden el agua que utilizan o a las que vierten la excedente del proceso, mejorando incluso sus características originales. También cuentan con planes de devolución de agua al medio natural y compensación mediante proyectos de balance hídrico”, añade Olalla. Pero no solo se trata de agua: el cambio climático también ha afectado al rendimiento de la producción de la cebada. Las malas noticias nunca vienen solas.

Bebida de chocolate elaborada con semillas del cacao. / Efeagro / Jeffrey Arguedas
Malos tiempos para el chocolate y el café
Hay otros dos productos sin los cuales millones de personas no pueden vivir y para los que también pintan bastos: el chocolate y el café. Sobre el primero llegó a planear incluso su conversión en artículo de lujo solo al alcance de unos pocos o incluso su total desaparición en 2050. “Todo esto viene de la crisis de cosecha de cacao que hubo en 2024 en dos países en concreto, Ghana y Costa de Marfil, debida a los efectos del cambio climático. También hubo una enfermedad que afectó a las plantas y una reducción en el número de tierras, abocadas al fin de la explotación agrícola para la búsqueda de oro en muchas de ellas”, explica Raquel González, creadora de la empresa de chocolate ‘bean-to-bar’ Kaitxo de Balmaseda (Bizkaia).
Sin embargo, González señala entre las razones una mayor especulación. “Si prestas atención a las cifras, verás que el impacto en la producción no es tan grande, es un 5%, así que te preguntas si realmente no habrá una cierta especulación con los precios. En los dos últimos años, hay marcas que han duplicado el importe de sus tabletas”.
El precio del chocolate también ha subido por la incuestionable ley de la oferta y la demanda. “Si en países como Filipinas o China se comienza a consumir chocolate de manera significativa, lógicamente esto va a hacer que aumente la demanda y, por tanto, suba el precio a nivel global”.
Ante la pregunta de si el café o el chocolate van a desaparecer, González se muestra tajante: “No, la producción a nivel mundial sigue siendo muy importante. Eso sí, es posible que el precio siga subiendo de manera sostenida. Al final, y esto puede ser lo único positivo, es que es posible que acabemos dando el valor que merecen a determinados productos”: por sacar una sonrisa en medio de la tormenta.
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