Jorge El Pediatra | El duro papel de ser primerizos

Hablamos de familias primerizas en nuestro tiempo, familias que no tienen nada que ver con los primerizos de hace 20 años

El duro papel de ser primerizos

El duro papel de ser primerizos / INGIMAGE

En algún momento de nuestras vidas, si queremos perpetuar nuestra especie, las parejas, no todas obviamente porque no es obligatorio, tendrán su primer hijo. Voy a hablar de familias primerizas en nuestro tiempo actual, con tecnología incluida, familias que no tienen nada que ver con los primerizos de hace 20 años, a los que yo también cuidaba en su momento.

¿Cuál es la primera sensación de una pareja ante su primer hijo?: el temor a no hacerlo bien. Hay una frase clásica, no vienen con libro de instrucciones. Es muy importante que os acompañe en esta aventura un pediatra de confianza, que incluso pueda hacer de director de orquesta ante tantísima información que os va a llegar. Información que ya, desde la habitación del hospital, puede que os transmitan desde el cariño las señoras de la limpieza con frases tipo: «A mi hija la mejor postura para darle el pecho era con una almohada debajo…» O la típica cuñada: «¿En serio le vas a dar pecho?, es súper esclavo», y así una tras otra. Sin mencionar a las abuelas, que son lo más pero que, sin darse cuenta, nos pueden agobiar un poco desde el amor. Y no os digo cuando echamos mano del Dr. Google. Por favor, hablo muy en serio, evitadlo porque os puede sembrar de más dudas, si cabe.

En mi primera consulta con unos padres primerizos, con un bebé en torno a los 10 o 14 días de edad, con cara asustadiza ambos, y una mamá algo pálida por el parto o cesárea, yo siempre pregunto a la mamá la primera: «Y tú ¿cómo estás?», llamándome la atención que se extrañen por la pregunta e incluso se emocionen porque nadie se lo había preguntado antes. En cuanto nace vuestro primer hijo, automáticamente pasamos, los papás y las mamás a un segundo plano.

Es muy importante, como todo en la vida, utilizar el sentido común, y con un recién nacido esto puede costar bastante. Lo que sucede es que, en los momentos que estamos viviendo de tanta celeridad, parece como que no hay espacio para el sentido común. Es como si nos tuvieran que decir constantemente qué debemos hacer para evitar equivocarnos, o que necesitáramos con cada movimiento y decisión que tomemos un like, como si la vida se tratara de una red social. La vida es mucho más que eso; la vida va de amor y de sentido común.

Me he encontrado muchísimas veces en la consulta con preguntas tipo: «Hay algo más que debamos hacer?». «He leído que haciéndole esto…». «Me han dicho que si…». Son preguntas que buscan de una aprobación, preguntas que se han repetido en mi ejercicio profesional en 2 generaciones ya de familias, aprobación que es lo más bonito que le puede suceder a un pediatra cuando se la piden. En todos los casos es muy importante saber escuchar. Las familias se dan cuenta si lo estás haciendo, eso es ya tranquilizador, pero lo es aún más dejarles claro que, ante tantas dudas, sobre todo por parte de la mamá, ese recién nacido no podría haber tenido mejor madre, y que todo lo que hagan será siempre por el bienestar de ese joven ser humano, para su defensa, educación y crianza, pilares que resumen la mágica y nada fácil paternidad.

Una frase muy común con la que me despido tras una larga y agradable consulta con familias primerizas es: «Lo estáis haciendo muy bien». Y así quiero que os sintáis hoy, mamás y papás primerizos que podáis estar leyendo este artículo.

Para cualquier aspecto de la familia me podéis localizar por whatsapp en Espacio Jorge el pediatra 667719202

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