Estudio de Save the Children

Los estereotipos en el mundo 'streamers': ellos lanzan mensajes misóginos, ellas reciben ataques sexistas

Una investigación denuncia la desinformación, los bulos, los mensajes de odio y estereotipos que bombardean a los niños y adolescentes a través de internet

Influencers

Influencers / / Frimufilms. Freepik.

Patricia Martín

Internet y las redes sociales están llenas de bulos, estereotipos y contenidos falsos o no contratados que vulneran el derecho de la infancia y la adolescencia a una información veraz y segura, según ha denunciado este jueves Save the Children con la publicación de un estudio titulado 'Desinformación y la exposición a discursos de odio en el entorno digital'.

“Internet ha democratizado el acceso a la información, pero también ha facilitado la proliferación de contenido erróneo y perjudicial, que perpetúa estereotipos negativos, modelos irreales de vida y fomenta discursos de odio. Esta exposición, junto a la deshumanización que caracteriza a menudo las relaciones en el mundo digital, hace que chicos y chicas sean especialmente vulnerables a estos contenidos”, indica Catalina Perazzo, directora de Incidencia Política y Social de la oenegé.

La investigación recoge un análisis de los perfiles de hombres y mujeres 'streamers' y revela que los creadores de contenido chicos tienen más seguidores y muestran diferentes conductas de riesgo, como compartir comentarios sexuales recurrentes, hacer referencia habitual a la pornografía o realizar reseñas de videojuegos de contenido erótico o pornográfico. Además, en los chats de sus canales son frecuentes las referencias misóginas, los mensajes que banalizan el consumo de drogas o las actitudes de acoso ante quienes muestran rechazo hacia lo que dice el 'streamer'.

Por el contrario, las creadoras de contenido, tienen por norma general un número de seguidores más bajo y se tienen que enfrentar con frecuencia a ataques por diferentes motivos, como por defender a víctimas de abusos; visibilizar malos tratos de una expareja o por no cumplir con ciertos estereotipos estéticos. 

Los ataques

La investigación recoge el testimonio de Irene Fields, experta en videojuegos, que explica el acoso sufrido en sus redes: “He recibido muchos comentarios violentos sólo por ser una chica del tipo ‘vete a la cocina’, ‘qué haces jugando si deberías de estar limpiando’ o incluso me han llegado a desear que sufriera una agresión sexual, algo que cruza los límites. Es necesaria educación para aprender a utilizar las nuevas tecnologías y para saber dónde buscar bien la información, porque mucha parece real y no lo es”, explica. 

A este respecto, uno de los principales resultados que arroja el estudio es que el 60% de los adolescentes utiliza las redes sociales como principal medio de información, al mismo nivel que la televisión y por delante de otros medios de comunicación. El 16% de los adolescentes considera que las redes o los creadores de contenido son siempre una fuente fiable de información, porcentaje que asciende al 70% si se agrupa a todos los que piensan que pueden serlo en determinadas ocasiones. Si se desagrega por género, se aprecia cómo los chicos confían más en estos perfiles: un 23% considera que son una fuente fiable de información frente a un 9% de las chicas.

Los bulos

Otro aspecto que preocupa a la entidad son los bulos: más de la mitad de los adolescentes, concretamente el 51%, no sabría identificar siempre cuándo una noticia es falsa. Además, aunque sospechen de que se trata de una noticia falsa, uno de cada cuatro directamente no la contrasta, mientras que un 56% recurre a familiares y amigos para comprobar su veracidad. “Nos preocupa que estos familiares y amigos también se estén informando a través de las mismas fuentes, lo que podría crear un efecto burbuja y ampliar el riesgo”, afirma Perazzo. 

El trabajo también señala otro riesgo que impacta de forma directa en la su salud mental de los jóvenes: las representaciones ideales de determinados estilos de vida, los estándares de belleza y, en el caso de las chicas especialmente, la sexualización del cuerpo femenino.

“La validación pública de la auto-exposición que realizan los y las 'influencers' puede provocar que chicos y chicas repliquen estas conductas y que acaben compartiendo aspectos más personales o fotos íntimas o sexualizadas. Esto tiende a ocurrir en mayor medida en el caso de las niñas y adolescentes, que debido a los estereotipos sexistas pueden sentir que tienen que amoldarse a los cuerpos públicamente deseables”, alerta la experta.

Por todo ello, Save the Children pide desplegar todas las medidas que recoge la ley orgánica de protección a la Infancia y adolescencia frente a la violencia (LOPIVI), para proporcionar entornos seguros a la infancia en el entorno digital, a la vez que se garantiza que se cumplen todos sus derechos. Además, reclama que se implante en colegios e institutos una educación en igualdad y una educación afectivo-sexual reglada y progresiva, que reivindique la igualdad entre hombres y mujeres y combata los estereotipos de género también en el mundo digital.

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