REPORTAJE

25 años con dos nuevos pulmones

María del Carmen Villarrubia ha sido distinguida con el premio Miguel Berni del Reina Sofía por su espíritu de superación | Esta maestra es de las personas que más tiempo lleva trasplantada en Córdoba

Su familia, un gran apoyo: María Carmen Villarrubia, con Antonio, su marido, y su hija María.

Su familia, un gran apoyo: María Carmen Villarrubia, con Antonio, su marido, y su hija María. / FRANCISCO GONZÁLEZ

M.J. Raya

Mañana martes la profesora cordobesa María del Carmen Villarrubia de Tena recibirá uno de los premios Miguel Berni, que concede el el hospital universitario Reina Sofía, dentro de la tradicional celebración de su Semana del Donante, que se organiza para difundir el mensaje de la importancia de la donación de órganos, tejidos y sangre. Villarrubia será merecedora del galardón, en el apartado de ejemplo de superación, a la vez que en otras categorías serán reconocidos el Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE), el espacio de Canal Sur Andalucía Directo, así como la asociación Alcer Córdoba y el periodista José Antonio Luque

María del Carmen Villarrubia, que cumple este mes 46 años, lleva más de media vida trasplantada. El pasado 7 de abril celebró el 25 aniversario del día de su doble trasplante pulmonar. Esta paciente es de las personas que más tiempo lleva trasplantada en Córdoba, no solo de pulmón, sino de  los cuatro órganos que se implantan.  

La vida de esta cordobesa nunca ha sido fácil, pero ella se siente con ánimo para seguir superando etapas. A los 5 años le diagnosticaron fibrosis quística, enfermedad pulmonar crónica hereditaria que constituye una de las principales indicaciones de trasplante de pulmón en la edad infantil. En su caso, María del Carmen pudo ir al colegio y al instituto de Peñarroya-Pueblonuevo, localidad en la que residió hasta los 18 años por la labor de maestros de sus padres. Tenía limitada la realización de ejercicio físico y, en alguna ocasión, se vio obligada a faltar a clase, aunque pudo cursar con cierta normalidad las enseñanzas no universitarias. 

Con 18 años se marchó a Córdoba a estudiar Magisterio, su sueño desde pequeña. Cuando estaba en el tercer curso de la Escuela de Magisterio del Sagrado Corazón el estado de salud de María del Carmen comenzó a empeorar y en el hospital Reina Sofía la tuvieron que poner en lista de espera para trasplante. "En enero de 1998 me puse muy malita. Ya prácticamente vivía en el hospital. Fui muy afortunada porque en la primera ocasión que surgió un donante compatible, que fue en abril, pudo recibir el trasplante bipulmonar. Estuve 41 días en la unidad de cuidados intensivos y otros 15 en planta. Además, después acudía a rehabilitación respiratoria, porque tienes que aprender a respirar después de tantos años en los que la enfermedad te ha impedido hacerlo", cuenta.    

Maestra vocacional

Aunque estaba recién trasplantada, esta cordobesa tenía muchas ganas de terminar su carrera, así que se examinó de lo que le quedaba pendiente en septiembre y pudo graduarse con sus compañeros, gracias al apoyo de sus profesores. Antes de ejercer como maestra, María del Carmen estuvo unos meses realizando otros cursos de formación, obteniendo el carnet de conducir y compartiendo tiempo con sus familiares, a los que apenas había podido disfrutar durante su niñez y adolescencia, al haber tenido que estar muy recluida y necesitar continuamente aerosoles y otros medicamentos. Al año siguiente de graduarse comenzó a trabajar como maestra de Religión y en una escuela infantil y en 2003 obtuvo las oposiciones de educación infantil. 

En el colegio Juan de Mena de Córdoba ha desarrollado esta maestra casi toda su actividad profesional, aunque desde hace algo más de un año está de baja, debido a las complicaciones de salud que le han quedado tras sufrir una peritonitis y por los efectos secundarios de uno de los múltiples fármacos que toma a diario para preservar su doble trasplante. 

"Estoy agradecida a Dios y a mi donante por enviarme dos pulmones que me salvaron la vida"

María del Carmen tiene complicado volver a un trabajo como el que tenía antes. Requiere de diálisis semanal y podría necesitar un trasplante de riñón, pero quisiera ponerse más fuerte para poder ejercer como maestra de apoyo o con jornada reducida, ya que su vida ha cambiado mucho desde que no puede enseñar a niños y disfrutar de ellos.  

Una persona "afortunada"

"A pesar de todo, me siento afortunada. Muy agradecida a Dios y a mi donante por enviarme dos pulmones que me salvaron la vida. Agradecida por haber podido estudiar y trabajar como maestra; por haberme casado con Antonio, mi marido (profesor también), y por tener a mi hija María, de 12 años, que es un ángel caído del cielo, un soplo de alegría, una felicidad que no se puede describir. Mis padres y mi hermano también son mis pilares", destaca. "Cuando voy a consulta le digo a los médicos que no me digan nada malo", bromea. 

"Me siento igualmente muy agradecida a los profesionales del Reina Sofía que durante tantos años me están atendiendo tan bien, como el doctor Ángel Salvatierra, que participó en mi trasplante; el doctor José Manuel Vaquero (al que conocí en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, en el que me atendían antes de entrar en lista de espera, y que luego se incorporó al Reina Sofía y sigue allí de especialista); los doctores Juan Carlos Robles (con el que he colaborado en la difusión del mensaje de la donación), Francisco Santos, Rafael Lama o Raquel Ojeda; al personal de Reanimación, de Enfermería y otras muchas categorías", recalca.

"Agradezco mucho este premio y aprovecho para pedir que siga siendo posible el milagro de la donación. Para que más personas puedan vivir como lo hago yo y que se continúe investigando para que las personas trasplantadas podamos ganar más vida, pues yo, por suerte, he podido hacer vida normal hasta las complicaciones actuales. He viajado por todo el mundo, he trabajado en lo que me gusta y he formado una familia, pero quiero que eso mismo y mejor lo puedan disfrutar muchas más personas", subraya una siempre positiva María del Carmen Villarrubia. 

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