Estudio

Los jóvenes prefieren relacionarse cara a cara antes que con móvil

El 67% de las interacciones sociales de los adultos entre 18 y 25 años se establecen mediante la presencialidad

La mitad de los jóvenes españoles, los que carecen de un apego seguro, usan el móvil para evadirse y no tanto para comunicarse.

La mitad de los jóvenes españoles, los que carecen de un apego seguro, usan el móvil para evadirse y no tanto para comunicarse. / David Castro

Olga Pereda

El móvil es un artilugio básico entre los jóvenes españoles. Pero hay vida más allá del 'smartphone'. Así lo detecta un estudio universitario que revela que los chavales y chavalas de 18 a 25 años siguen priorizando los encuentros cara a cara a la hora de entablar interacciones sociales.

El 67% de las interacciones sociales de los adultos jóvenes (un poco más de dos tercios) se establecen mediante la presencialidad. Cuando sí media la tecnología, el 19% se realiza por mensajería, el 11% por llamada o videollamada y tan solo el 3% se realiza por redes sociales

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio del Observatorio Social de Fundación La Caixa llevado a cabo por los profesores de la Universidad de Navarra Charo Sábada (Comunicación) y Javier García-Manglano (Sociología), expertos en la relación entre jóvenes y tecnología

Sin perder habilidades sociales

Titulado 'Las interacciones sociales de los jóvenes', el estudio invita al optimismo porque revela que los jóvenes hacen un uso más racional del omnipresente teléfono de lo que pensamos y, además, están muy lejos de perder habilidades sociales a pesar de vivir rodeados de tecnología.

Se les ha colgado la etiqueta de generación muda (hiperconectados pero incapaces de mantener una charla telefónica), pero el estudio universitario demuestra que las personas de entre 18 y 25 años consideran muy importante la comunicación interpersonal, lo cual implica sentirse cercano a la persona con la que se interactúa. “Es una buena noticia que la mayoría no vean las redes sociales como interacción social”, explica Sábada.

Basta pasearse por cualquier cafetería o restaurante para percatarse de que, entre amigos, compañeros y familiares, campa a sus anchas el 'phubbing', término que mezcla los términos 'phone' (telefóno) y 'snubbing' (desprecio), que implica ningunear a la persona que tienes delante porque no dejas de mirar la pantalla de tu móvil. El estudio universitario, sin embargo, revela que los adultos jóvenes, en general, no usan apenas el móvil mientras están cara a cara con otra persona. Así lo afirman el 70% de los que han participado en el estudio, porcentaje que sube al 80% cuando la interacción es de mayor calidad.

“No es indiferente usar o no el teléfono mientras estamos con alguien”, destacan los autores del informe, que añaden que en algunas ocasiones es normal utilizar el móvil para buscar un dato sobre lo que se está hablando, o escribir un mensaje a otra persona o para, simplemente, distraerse.

Innovadora metodología

García-Manglano añade que la innovadora metodología aplicada al estudio -no a través de los habituales cuestionarios sino con una aplicación del móvil en la que los jóvenes han respondido varias veces al día en momentos aleatorios durante cuatro semanas- permite tener una foto minuciosa y una visión mucho más amplia del día a día de este segmento de población. El objetivo del informe es descubrir cómo interactúan, con quién, a través de qué medio, con qué propósito y cuánto esfuerzo les requiere. 

“Los seres humanos tenemos una necesidad básica de pertenecer a un grupo, lo que nos lleva a establecer relaciones interpersonales. Estas se generan y se fortalecen por medio de interacciones sociales en la vida cotidiana”, explican los autores. Las más frecuentes entre los jóvenes (54%) son las que buscan mantener una relación, lo que incluye “pasar el rato, ponerse al día, cotillear o bromear”. El segundo lugar (34%) lo ocupan las interacciones que persiguen obtener un fin práctico. Es decir, algo relacionado con el trabajo o los estudios, o para hacer planes o pedir información.

No es indiferente con quién se relacionan los jóvenes. Los encuestados realizan la inmensa mayoría de las interacciones sociales (81%) con amigos y familiares. Un 16% las entabla con simples conocidos mientras que apenas un 3% lo hacen con total desconocidos. 

Para los jóvenes, las interacciones sociales que les supone más esfuerzo son las que acometen para gestionar dificultades en una relación. Sin embargo, las que les supone menos esfuerzo (y más cercanía) son las que implican mostrar cariño.

Suscríbete para seguir leyendo