Elecciones 28M

Un superviviente de la Transición que acaba como edil de su pueblo

Bravo de Laguna culmina una carrera política "al revés", de las Cortes Constituyentes al Parlamento canario y luego el Cabildo

Bravo de Laguna durante la presentación de su candidatura.

Bravo de Laguna durante la presentación de su candidatura. / LP / DLP

Jesús Montesdeoca

José Miguel Bravo de Laguna ejercerá la alcaldía de Santa Brígida (Gran Canaria) como epílogo a su larga carrera política, que en contra de lo que es habitual empezó en el ámbito nacional, siguió en el autonómico, luego en el insular y acaba en el municipal. Cerca de cumplir los 79 años, es uno de los pocos políticos isleños de la etapa de la Transición que todavía sigue en activo, en los últimos ocho años como portavoz en la oposición del grupo UxGC en el Cabildo tras haberlo presidido entre los años 2011 y 2015.

A finales de abril pidió intervenir en el Pleno de corporación insular para despedirse de todos los que le acompañaron en esos 12 años y fue Carmelo Ramírez, otro superviviente de los inicios de la democracia, el que resaltó su trayectoria política "al revés", desde las Cortes en Madrid al Ayuntamiento de su pueblo.

Paradojas de la vida, ahora será alcalde gracias al apoyo de uno de los grupos municipales de NC y del PSOE, los que le arrebataron la Presidencia del Cabildo. En otro capricho del destino, también envía a la oposición al PP, el que fue su partido durante dos décadas.

La alcaldía de Bravo de Laguna durante un año y medio será también, probablemente, la mayor responsabilidad política que obtenga UxGC en el próximo mandato, pues sus candidatos quedaron fuera del Parlamento autonómico y del Cabildo. Aparte de los dos concejales de Santa Brígida, el partido que ahora lidera su hijo, Lucas Bravo de Laguna, alcanzó tres ediles en Santa María de Guía, dos en Arucas y Firgas, y uno en Santa Lucía y Gáldar. A priori, en esos municipios no son necesarios para formar mayorías de gobierno.

Bravo de Laguna, abogado del Estado, inició su andadura política en las elecciones generales de 1977, como cabeza de lista de la UCD por la provincia de Las Palmas. Por tanto, fue diputado en las Cortes que aprobaron la Constitución Española de 1978. Fue diputado por los centristas de Adolfo Suárez hasta 1986 y uno de los encargados de la disolución de UCD tras su disputas internas y las victorias electorales del PSOE de Felipe González.

En 1991 volvió a la política con el PP canario, al que lideró hasta 1999, y en esa etapa fue presidente del Parlamento regional.

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