Fallecimiento

Muere Lluís Llongueras, el mago de la belleza femenina

El estilista creó un imperio con la marca de su propio nombre y fue uno de los rostros televisivos más conocidos de las décadas de los 80 y los 90

VÍDEO | Muere el peluquero Lluís Llongueras a los 87 años

PI Studio

Mireya Roca

El peluquero Lluís Llongueras ha fallecido este lunes a los 87 años a causa de un cáncer de garganta, según han revelado fuentes cercanas a la familia. Nacido en Esparraguera (Barcelona) en 1936, se dedicó desde los 14 años al mundo de la peluquería y creó un imperio dedicado al cuidado del cabello formado por una cadena con más de 50 establecimientos en España, hasta 120 salones en todo el mundo y una línea de productos cosméticos que le convirtió en el peluquero español más internacional. El catalán impulsó el 'Método Llongueras', una técnica de corte a contrapelo que causó furor entre su clientela, entre la que se contaban numerosas personalidades de la jet set española.

En 1971 abrió su primer centro de formación y en 1974 abre su primer salón en París, en la muy exclusiva rue Saint-Honoré, donde empezó a tener a Dalí como cliente habitual. En los 80 se volcó en la escultura cuando ya tenía entre sus clientes y conocidos a celebridades como los reyes de España, la Duquesa de Alba, Angelica Huston, Bianca Jagger, Rachel Welch, Jacqueline Bisset o Maribel Verdú. Inluso tuvo su momento Hollywood cuando los estudios Metro Goldwyn Mayer escogieron uno de sus peinados para el cambio de 'look' de Cher en la película 'Hechizo de luna'.

Una de sus colaboraciones más memorables es la que realizó con Salvador Dalí, con quien ideó la gigantesca peluca que está expuesta en la habitación que el pintor dedicó a Mae West en el Museu Dalí de Figueras. De vida personal atribulada, llegó a confesar que tenía una segunda familia paralela a la oficial y en 2010 fue despedido por su propia hija con un burofax. Llongueras fue uno de los rostros más conocidos de las décadas de los 80, los 90 y los primeros dosmiles. 

Tras décadas rompiendo esquemas con su infinita creatividad, se convirtió en un referente mundial por su alabada técnica de corte. Su objetivo siempre fue ensalzar la belleza de la mujer, a la vez que trasladar sobre ella su genuina visión del arte, consiguiendo de esta manera fusionar el mundo artístico y el de la peluquería.

Con su arrolladora simpatía y su energía inquebrantable, supo ganarse a la gente de la calle y también a numerosas celebridades. Por sus manos pasaron estrellas del cine como Maribel Verdú, Jacqueline Bisset, cantantes, artistas y hasta miembros de la realeza, desde Salvador Dalí, Isabel Preysler, la infanta Cristina hasta la reina Sofía. De ahí que se convirtiera en todo un personaje mediático y fuera conocido popularmente como “el estilista de los famosos”.

Pero no solo era un personaje. En su dilatada trayectoria, Llongueras, que dedicó más de 60 años a la peluquería, fue distinguido en infinidad de ocasiones. Sin ir más lejos, hace unos días, el pasado 8 de mayo, recibió el Premio al Mejor Franquiciador del año, que recogió su mujer, Jocelyne Novella, con la que se casó de segundas nupcias en 2006 y con la que tenía tres hijos: Adrià, Antoni y Yasmin.

Su vida está llena de éxitos y triunfos, pero se enturbió en octubre de 2010 con un sonado conflicto familiar que saltó a los medios. Su exmujer, Dolores Poveda, y los hijos que tuvo con esta -Esther y Adam; Cristina murió en 1991 en un accidente de coche- expulsaron al estilista de su empresa a través de un breve comunicado: “La sociedad Peluquería y Maquillaje S.A. (PEYMA) acaba de despedir a su creador Lluís Llongueras, a través de un burofax que le fue remitido por su administradora e hija, Esther Llongueras”. En dicho documento se argumentaba: “Las tareas que realiza no son a satisfacción de esta empresa ni ostenta actualmente ningún poder notarial para ejercerlas”.

El popular empresario explicó entonces, que “intentando ser buen padre, al formar la empresa, se pusieron las acciones a nombre de varios familiares”. A sumar su ex y sus dos hijos mayores sus acciones, esta rama de la familia pasó a tener más del 50%, por lo que las tres podían decidir sin su consentimiento. Con su optimismo nato y la fuerza que le caracterizaba se recuperó de esta decepción y tiempo después incluso “firmó la paz legal”. Algo que muchos compañeros del mundo de la estética y la peluquería aplaudieron, pues lo veían artista polifacético que merecía un respeto.

Ahora, que el mundo de la estética y la peluquería está de luto, muchos de sus compañeros lamentan la pérdida del artista polifacético.

El peluquero y empresario Josep Pons, amigo íntimo de Llongueras y que ha estado a su lado hasta el final, recuerda que “cuando empezó en el mundo de la peluquería hubo un antes y un después”. En 1958, abrió su primer centro en la zona alta de Barcelona, en la calle de Pau Casals, lo que originó “una auténtica revolución en la sociedad”. “Recuerdo que todos los medios se hicieron eco de la inauguración, a la que fue Dalí, que fue su maestro, su referente y su inspiración, tal como ha confesado a lo largo de su vida y lo remarcan todos sus libros”, añade.

Es cierto que en aquello años los peluqueros más clásicos lo criticaban, al igual que mucha gente que no entendía sus estilismos y cortes vanguardistas, pero Llongueras “fue siempre fiel a un estilo innovador”. “Su talante provocador era una imagen que proyectaba solo en los medios. En realidad, era un gran empresario, un motivador de equipo, un gran amigo… sin duda, un genio”, concluye.

Por su parte, Marcel, otro referente de la peluquería, reconoce que Llongueras es uno de los catalanes universales. “Lo conocían en todo el mundo. Con su creatividad y su energía brutal revolucionó el mundo de la peluquería femenina, como Pasqual Iranzo hizo con la peluquería masculina”, asegura. “Hay que señalar que, además de sus peluquerías, tenía una revista, una productora y un extenso ‘merchandising’ con los productos de su propia marca, y que creaba esculturas, pintaba, hacía fotos, escribía, incluso poesía,… Era único y se ponía a la gente en el bolsillo”, destaca.

Por último, el peluquero Joan Balaguer, gran amigo de Llongueras, opina que "Lluís dignificó la peluquería. Gracias a él se demostró que en Catalunya habían grandes peluqueros". "Faltan más Llongueras", apostilla este profesional, que considera que la trayectoria del estilista de Esparraguera es impresionante, incluso reguló los precios en el gremio", apunta.