LOS EFECTOS DE LA SEQUÍA EN ARAGÓN

El Ebro hace historia en Zaragoza con el caudal más bajo en 110 años

El río baja con solo el 13% del promedio registrado desde 1913 y con 69 centímetros de profundidad. Las isletas de tierra devoran el cauce en Ranillas y aguas abajo del azud, a la altura de la Ronda Este

El Ebro a su paso por el meandro de Ranillas, en Zaragoza, con la torre del Agua al fondo, dejando ver una gran isleta en el cauce.

El Ebro a su paso por el meandro de Ranillas, en Zaragoza, con la torre del Agua al fondo, dejando ver una gran isleta en el cauce. / ANGEL DE CASTRO

David López / Laura Carnicero

Nunca antes el Ebro había guardado tanto silencio al pasar por el Pilar. El agua apenas se hace oír porque si la sequía está causando estragos en el campo, con la escasez de precipitaciones de este año, y también en el estado de los ríos a lo largo de toda la comunidad, a su paso por la capital aragonesa ofrece una de las imágenes más lamentables de los últimos años. Incluso décadas. Solo una situación extrema como la actual permite entender que sea capaz de hacer historia a estas alturas del año ahogando bajo sus aguas todos los peores registros de un mes de mayo marcados en los últimos 110 años.

Desde que se tienen datos no se conoce un año en el que su cauce a su paso por la capital aragonesa contara con 31 metros cúbicos por segundo de caudal. Lleno de algas en su tramo más céntrico y con enormes isletas de tierra devorando el cauce tanto a la altura del recinto Expo (que, curiosamente, en 2008 albergó la muestra internacional sobre el agua y el desarrollo sostenible) y La Almozara como, sobre todo, aguas abajo del azud de Vadorrey, pasando bajo el puente del cuarto cinturón (Z-40) en la Ronda Este.

Este dato está muy lejos del promedio de los últimos 110 años, que en el mes de mayo era de 240 metros cúbicos por segundo y este dato está por debajo del 13% de esa media. Un reflejo que da buena cuenta de la situación dramática que presenta el río más caudaloso de España en estos momentos en Zaragoza.

Otro que es demoledor es la profundidad: 69 centímetros a su paso por la capital aragonesa. Son solo cuatro centímetros más que el dato más bajo registrado en todo 2022, con la diferencia de que ese se daba el 14 de julio, no el 8 de mayo. A este se suma cómo ha empeorado esta situación con solo un mes de diferencia: el promedio del mes de abril, cuando el mínimo también fue de 69 centímetros de altura, acabó siendo de 84 centímetros. En mayo, solo lleva ocho días transcurridos y ya está en 73 de media y un máximo de 77 (alcanzado el día 2). El mes pasado el máximo fue de 1,4 metros y la media, de 84 centímetros.

El bajo caudal del Ebro aflora una isleta bajo la pasarela del Voluntariado.

El bajo caudal del Ebro aflora una isleta bajo la pasarela del Voluntariado. / ÁNGEL DE CASTRO

Pero es que además, este valor histórico concuerda con un caudal que en hace solo un mes alcanzó un máximo de 212 metros cúbicos por segundo (el 4 de abril) y una media en todo el mes de 53. Este mes de mayo ese promedio ya se ha desplomado a 35 metros cúbicos por segundo y el momento en el que más caudal se ha alcanzado en estos ocho primeros días han sido los 40 del martes de la semana pasada.

El caudal del Ebro está cayendo de forma estrepitosa a golpe de altas temperaturas e inexistentes precipitaciones. Y la imagen, pasado el azud de Vadorrey no mejora en absoluto. En una ciudad en la que no hace tantos años en mayo seguía funcionando la navegación fluvial entre Vadorrey y la zona Expo. Dragado mediante. Hoy, ya sin barcos por el río, el recorrido está lleno de algas y se empieza a avistar desde la orilla el canal artificial que se construyó para que las embarcaciones no encallaran.

El Ebro ocupa un tercio de su cauce, a la altura del puente de la autovía.

El Ebro ocupa un tercio de su cauce, a la altura del puente de la autovía. / METEO ARAGÓN

200 litros para remontar los datos en Zaragoza

La Agencia Estatal de Meteorología en Aragón le pone datos a las precipitaciones que serían necesarias en la comunidad para revertir la situación.

Su delegado en Aragón, Rafael Requena, recuerda que la situación es "mala" en las tres provincias, pero hay matices. Para alcanzar los registros "normales" en Zaragoza, antes de que acabe el año hidrológico deberían caer "200 litros" . "Es bastante complicado que esto ocurra en verano, que es cuando menos llueve", reconoció.

En Huesca, la situación es aún peor. Desde las nevadas de febrero "no ha llovido nada", por lo que la provincia acumula más de 100 litros de déficit. Lo habitual para un año hidrológico son 480 litros, por lo que serían necesarias "240 litros de precipitaciones en los próximos cuatro meses".

La provincia turolense tiene una situación algo "mejor", y las habituales tormentas de verano le pueden compensar la falta de lluvias de los últimos meses.

"Teruel había registrado hasta Navidad el doble de las precipitaciones habituales, pero desde entonces no ha caído nada. Ahora hay un déficit de 16 litros", añade Requena. Hasta septiembre tendrían que recogerse 160 litros "para alcanzar la normalidad". Una situación casi dramática que deja este 2023 como uno de los más secos de la serie hasta este mes. 

Celma (PP): "¿De qué sirve la DGA si no hacen nada por este problema?"

"En Aragón, vivimos fundamentalmente del sector primario y de la industria agroalimentaria, y actualmente hay agricultores de las comarcas de Cariñena, de Daroca, del Bajo Aragón y otras tantas, que no van a sacar las cosechadoras del almacén, no van a poder cosechar el cereal de invierno", ha denunciado desde Cariñena el presidente del PP de Zaragoza y diputado autonómico, Ramón Celma.

"El principal problema que tenemos en Aragón hoy se llama sequía y ni el gobierno ni las diputaciones han hecho nada", criticó el político del PP.

"Tienen que aprovechar los pocos días que les quedan para tomar alguna decisión. No pueden dejar abandonados a nuestros agricultores y ganaderos, son los que mantienen vivo el territorio aragonés y sus pueblos", reivindicó desde un campo de la Comarca de Cariñena cuyo cultivo de cereal "debería estar a la altura de las rodillas y nos llega a los tobillos".

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