Avance clínico

Las enfermas de cáncer de mama pueden pausar sin riesgo el tratamiento para quedarse embarazadas

Un nuevo estudio abre la puerta a cambiar la pauta clínica actual, que hace posponer el embarazo cinco años tras la superación de la enfermedad

Las enfermas de cáncer de mama pueden pausar sin riesgo el tratamiento para quedarse embarazadas.

Las enfermas de cáncer de mama pueden pausar sin riesgo el tratamiento para quedarse embarazadas.

Patricia Martín

Recibir un diagnóstico de cáncer de mamacuando se tiene menos de 45 años es un mazazo para cualquiera. Pero, debido a que hoy día se retrasa mucho la maternidad, la enfermedad supone que muchas pacientes con tumores luminales -aquellos que su crecimiento depende de las hormonas femeninas- tengan que postergar su deseo de tener descendencia al menos cinco años, dado que la gestación aumenta el nivel de estrógenos. Sin embargo, el ensayo clínico POSITIVE ha demostrado que estas enfermas pueden pausar durante un máximo de dos años el tratamiento endocrino para buscar el embarazo y este paréntesis no aumenta el riesgo de recaída. El tratamiento puede provocar malformaciones en el feto, de ahí que se desaconseje a mujeres embarazadas y sea necesario paralizarlo.

Los resultados del estudio son tan novedosos que se publican este miércoles en 'New England Journal of Medicine', la revista científica destinada a los avances médicos que pueden cambiar la práctica clínica. Aunque luego hay que adaptar el tratamiento a las circunstancias de cada paciente y su tipo de tumor, el ensayo sienta ya un precedente y "abre la puerta a cambiar las guías clínicas actuales porque hasta ahora no había ningún dato que demostrara que se podía pausar el tratamiento, tener un embarazo seguro y que no hubiera más recaídas", según explica la doctora Cristina Saura, coordinadora del estudio en España y jefa de la unidad de cáncer de mama del Hospital Vall d'Hebron.

La recomendación actual consiste en que las pacientes con cáncer luminal busquen un nuevo embarazo pasados un mínimo de cinco años tras haber superado la enfermedad y siempre que no haya recaídas. "Una ventana temporal que suele alargarse y puede dificultar la planificación familiar", explica la oncóloga, a su vez miembro de Solti, el grupo de investigación español que ha coordinado el estudio internacional junto con el grupo Geicam.

Los resultados

En el ensayo han participado más de 500 mujeres de entre 18 y 42 años de 20 países, 72 de ellas españolas, y el resultado indica que el riesgo de recaída en estas pacientes es del 8,9% frente a un 9,2% entre las enfermas de condición equivalente que no pausan la terapia endocrina, por lo tanto, una cifra similar. Eso sí, antes de interrumpir su tratamiento, fueron operadas y estas mujeres ya habían completado entre 18 y 30 meses de terapia endocrina, que es la que está indicada para los cánceres luminares, que suponen entre el 70% y 80% de los casos. 

El ensayo ha seguido a estas mujeres más de tres años y medio y la investigación continuará para evaluar el riesgo a largo plazo. Sin embargo, de momento, los primeros datos "arrojan resultados esperanzadores para aquellas jóvenes con cáncer de mama que quieren ser madres y aporta conocimiento a la comunidad científica sobre la relación entre este tipo de tumor y el embarazo, y que puede cambiar el paradigma en el manejo de esta enfermedad cuando las pacientes desean ser madres", añade el doctor Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del estudio POSITIVE en España y jefe de la unidad de cáncer de mama del hospital Virgen del Rocío, de Sevilla.

El testimonio

Una de las pacientes que ha participado en el ensayo es Laura Lavall, que tenía 35 años y estaba embarazada cuando le detectaron el cáncer. Tuvo a su primera hija pero deseaba tener más y si hubiera recibido durante cinco años el tratamiento hormonal, debería haber buscado el segundo embarazo a partir de los 40. Para no retrasarlo tanto, decidió participar en POSITIVE. "El proceso y seguimiento han salido bien a pesar de ser periodos de riesgo por el aumento de hormonas, el embarazo y la lactancia. Ahora hace cuatro meses que he vuelto al tratamiento hormonal, para prevenir recaídas, y ya hace un año que fui madre por segunda vez y cinco años que lo fui de la primera", relata.

"Estoy muy contenta de haber podido contribuir a la investigación ya que cada vez más mujeres padecemos la enfermedad siendo jóvenes. Se está demostrando que el cáncer de mama no siempre es sinónimo de no poder ser madre", concluye Lavall.