Salud mental

Me gusta que estés mal: la trastienda del negocio 'on line' del sufrimiento

Ana Obregón, Shakira y el príncipe Harry 'facturan' con sus malestares y amplían el estigma de los que no salen del pozo

Ana Obregón y Alessandro Lequio llegan a Madrid tras el duro adiós a su hijo Alex.

Ana Obregón y Alessandro Lequio llegan a Madrid tras el duro adiós a su hijo Alex. / Jose Velasco

Núria Navarro

El sufrimiento psíquico es un nicho de mercado. Del duelo de Ana Obregón al despecho en formato reggaeton de Shakira, pasando por el ventilador de agravios del príncipe Harry, compartir angustias, abusos y duelos 'factura'. Por detrás, las marcas más espabiladas siguen la espuma con ejercicios de 'real time marketing'. Ahí están Twingo, Casio, Lidl o Ikea, que han subido memes a remolque de la 'Sesión #53' de la colombiana y BZRP. Y mientras se multiplican las 'apps' y plataformas 'on line' de terapia exprés, como TherapyChat, que proporcionan 'psicólogos riders' e incluyen la opción de tarjeta regalo. 

Según el sociólogo Mariano Urraco, el mercado explota testimonios que muchas veces son exageraciones y, sobre todo, banalizaciones de problemas reales. "Son versiones perfectas del drama, porque no es un 'estoy mal, desaparezco de las redes' sino 'lo voy dosificando para retener y aumentar audiencias' (Shakira lleva cuatro sencillos en 10 meses; Obregón, al menos media docena de portadas de 'Hola!' desde la enfermedad de su hijo Aless y Harry vendió 1,4 millones del libro 'En la sombra' en las primeras 24 horas).

Espectáculo del malestar

La exnadadora olímpica Núria Ayala, que perdió hace cinco años a su hijo Miquel, de 13, en un accidente, no juzga la elaboración del duelo de Obregón –"cada uno lo vive como puede"–, pero le molesta la "espectacularización". Coincide Silvia García, formadora en salud mental de Madrid y 'superviviente' ella misma de la psicosis: "Nada que decir sobre su duelo, que es terrible, pero Obregón habla desde el privilegio, desde la posibilidad de encontrar una 'solución' en el mercado (y encima dice que no ha usado fármacos ni terapia)".

Shakira, durante su sesión con BZRP.

Shakira, durante su sesión con BZRP.

'Scape room' del dolor

"Ante esa narrativa del sufrimiento psíquico –prosigue García–, tengo la impresión de entrar en una 'scape room' llena de efectos especiales". Un caso problemático, apunta la formadora, es el del humorista Ángel Martín, que lleva 15 ediciones del libro 'Por si las voces vuelven', que "vende que el sufrimiento psíquico es guay y que hace que los afectados se pregunten ‘si él se ha recuperado en 10 sesiones ¿por qué yo no?". "La glamurización del drama instala la idea de que, si se sale, tampoco es tan grave", matiza Urraco. De modo que el resto de la población –los 'sanos'– no tienen el mapa completo de la gravedad sanitaria. "Hablar de los malestares se ha convertido en en el nuevo hablar del tiempo", advierten la psiquiatra Marta Carmona y el médico de familia Javier Padilla, autores del libro 'Malestamos' (Capitán Swing).

A todo esto, "las personas con sufrimiento psíquico están peor que nunca; primero, porque hay 'categorías' dentro del sufrimiento y, segundo, porque una parte de los recursos que se destinaban a personas con sufrimiento intenso se reparten con otras con sufrimiento social". Carmona y Padilla subrayan que, en realidad, tiene que ver con las condiciones de vida –dicen–, pero allá donde no nos sentimos capaces de cambiar las condiciones de vida, aparece el determinismo biológico".

Cuestión de métricas

Y Lilie Chouliaraki, experta en mediación de la vulnerabilidad y el sufrimiento humanos de la London School of Economics, explica que el privilegio de ser reconocido como 'víctima' no se concede por igual. "Se reproducen las jerarquías de poder social, privilegiando la voz de los poderosos mientras que la de los que más necesitan ser escuchados pasa desapercibida". Y en el primer tercio del siglo XXI, "los lenguajes de reconocimiento se adaptan a los requisitos del mercado digital, envolviendo los encuentros terapéuticos en métricas".

El algoritmo sabe qué interesa: las emociones. Y si bien es cierto que ante un drama hay un sobrecogimiento genuino, muchos calientan palomitas para disfrutar del espectáculo. No es nuevo, pero se ha reactualizado. Franc Carreras, que asesoró a artistas pop como Whitney Houston, Aretha Franklin y Rod Stewart, y hoy es profesor de márketing digital de Esade, asegura que la 'estrategia del dolor' es pan para hoy y hambre para mañana. "Generan una atención inmediata, un ‘a ver qué pasa’, pero es como la comida rápida, te da una satisfacción instantánea y luego te duele la barriga". Y atribuye la 'culpa' a dejar en manos de las celebridades un móvil con el que pueden, sin control, llegar a sus audiencias.

Portada del libro del Príncipe Harry.

Portada del libro del Príncipe Harry.

Ese consumo 'fast food' del sufrimiento se justifica, según los expertos, porque "la gente está mal". "Pero en lugar de preguntarse por el trabajo de mierda que tiene, se identifica con el malestar de los otros. Estamos individualizando lo colectivo", señala Silvia García. Carmona y Padilla reclaman "politizar el malestar", sacarlo del ámbito de lo íntimo y situarlo en el debate, porque "tiene que ver con las vidas invivibles, las jornadas laborales imposibles y los vínculos dañados porque los padres no pueden pasar tiempo con los hijos". España destina 30 millones de euros al año a psicofármacos y bajas cuando, por ejemplo, "se sabe que la mejor manera de prevenir el suicidio es la renta mínima", apunta García.

"Al final sale beneficiado el poder, que es el que marca qué temas se ponen sobre la mesa y de qué forma hay que abordarlos", apunta Urraco. "Se genera un tipo de ciudadanía emocional, sentimental y más fácil de manipular". Y "se destruye el tejido social porque se fomenta una sociedad individualista que no lucha por lo colectivo". Los autores de 'Malestamos' concluyen: "La solución no es una psicoterapia individual para esclavos, es abolir la esclavitud".

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