El Saratoga abre sus puertas este fin de semana a los sabores africanos, con un menú degustación a cuatro manos, las del chef Juan Pinel y las de la congoleña Nathalie Schermann. La cita, hoy y mañana sábado a las 20.30 horas en la séptima planta del hotel palmesano. Además, el domingo, de 12.30 a 15.00 horas, se servirá un brunch panafricano en el jardín interior, en la planta baja.
Este encuentro gastronómico, impulsado por el Centre Euro África que preside Divaika Kiemba y el hotel del Passeig Mallorca, quiere reflejar, en los seis platos que se servirán, «la cocina que hacemos en el Blue Jazz Club adaptándola a la peculiar gastronomía africana», explica el chef ejecutivo del Saratoga Juan Pinel, quien avanza algunos platos: una hoja de sisho en tempura, atún rojo con un aguachile en forma de manzana, magret de pato con un cremoso boniato y un pan de leche frito.
«El cocinado de los chefs africanos es muy distinto. Ellos cocinan los productos durante mucho tiempo, la suya es una cocina de aprovechamiento, pero tienen una similitud con la cocina mediterránea: hay mucho sabor de fondo, muchos colores, mucho producto fresco, usan mucha fruta y verdura», señala el calvianer Pinel, quien no duda en afirmar que «la africana es una gastronomía en constante desarrollo».
Representante de la nueva generación de cocineros africanos
Nathalie Schermann, que forma parte de una nueva generación de cocineros africanos que desean dar a conocer la riqueza y diversidad de los platos de su continente, prefiere no hablar de cocina africana, sino de cocinas africanas, en plural. Africa cuenta 54 países, y «cada uno tiene su cocina, y dentro de cada país, cada etnia también tiene su cocina», subraya. La chef congoleña lleva la gastronomía en su ADN. «Se podría decir que nací en una cacerola», confiesa entre risas. «Empecé a cocinar con 8 años, para mis hermanos y mis padres. Mi primer recuerdo relacionado con la cocina es el de la okra —un fruto africano cada vez más común en nuestros supermercados y verdulerías—. A mi madre no le gustaba, pero yo siempre lo ponía en los platos. Siempre me ha gustado ir probando cosas. Ya desde pequeña me interesé por investigar, porque creo que probando se llega a conclusiones», señala.
El amor —su marido trabajaba en la industria petrolera— le llevó a Francia, donde hoy reside, y ahí descubrió todo un mundo culinario que, de un modo u otro, ha ido incorporando a sus propuestas sin renegar, nunca, de sus raíces ni de su filosofía: «Siempre he sido autodidacta. Todo hubiera sido más fácil si hubiera recibido una formación, pero estoy orgullosa de mi trayectoria».
Actualmente reside en los alrededores de París, donde lucha «para formar a los más jóvenes» y desde donde viaja por todo el mundo. «París tiene fama de ser una de las ciudades donde se come mejor pero te aseguro que se come bien en cualquier parte del planeta», defiende.
La suya es «una cocina para compartir, generosa», y en sus platos, «ya sean dulces o salados, nunca falta el jenjibre». Entre sus grandes elaboraciones se encuentra un zumo de jenjibre y fruta de la pasión.
Faltan mujeres chef en África
Schermann asegura que las distintas cocinas africanas «están dando pasos hacia adelante» aunque «faltan mujeres que se dediquen al ejercicio de chef. «En África la mujer no ve el ser cocinera como un oficio. Todas lo aprenden en casa, desde que nacen. Ya nacen siendo cocineras. En el Congo faltan centros para la formación, faltan profesionales y también higiene en la cocina», apunta.
En Francia, Schermann trabajó en afamados restaurantes, como el Trianon Palace de Versalles, y se probó en un conocido programa de la televisión, MasterChef. «Fue en el año 2010, y aquella aventura me dio el coraje que me faltaba, me ayudó a salir de la sombra. Entre 18.000 participantes quedé la número 70», recuerda.
El objetivo principal del evento del Saratoga es el de dar a conocer las cocinas africanas, «ricas en sabores y aromas», y en concreto delicias congoleñas como pueden ser el mbika o el mafe. El menú degustación tiene un precio de 40 euros y el del brunch panafricano, de 28. El encuentro está impulsado por el Centre Euro África, institución que tiene como objetivo mantener activa la representación, aportación y conocimiento de los africanos que viven y trabajan en y por Europa para el reconocimiento de su cultura.