SÍNDROME BURNOUT

¿Trabajas cuidando, atendiendo o enseñando a otras personas? Este síndrome podría afectarte

Sus síntomas principales son la falta de energía o agotamiento, el aumento de la distancia mental o de sentimientos negativos o cínicos con respecto al trabajo

¿Trabajas cuidando, atendiendo o enseñando a otras personas? Este síndrome podría afectarte

¿Trabajas cuidando, atendiendo o enseñando a otras personas? Este síndrome podría afectarte / Pexels

Sentir un estrés constante por culpa del trabajo no es ni normal ni sano, sobre todo si no se gestiona de manera correcta. De hecho, puede llegar a provocar un síndrome llamado burnout o "quemarse por el trabajo" que puede afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque de formas distintas.

Entre los síntomas de que presentan, el catedrático de Psicología Social y de las Organizaciones de la Universitat de València (UV) Pedro R. Gil-Monte, tras ser preguntado por el caso de la renuncia de la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, quien dejó el cargo tras asegurar que no tenía "suficiente energía" para seguir con el trabajo, explicó que las mujeres sufren mayores tasas de "desgaste psíquico y emocional", y en los hombres padecen de "indolencia y cinismo".

Gil-Monte considera que afirmar que Ardern sufre este síndrome sería especular, ya que no se tiene conocimiento de un diagnóstico previo, aunque cree que teniendo en cuenta su compromiso en cuestiones como la pandemia o los atentados de Christchurch en 2019, "es posible que el agotamiento por un exceso de implicación laboral haya influido en la decisión que ha tomado, e incluso se podría aventurar que responde a indicios de síntomas del síndrome de quemarse por el trabajo o burnout".

Qué es el síndrome de burnout y sus síntomas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina el burnout como "síndrome de desgaste ocupacional" y lo define como "un resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito".

Sus síntomas principales son la falta de energía o agotamiento, el aumento de la distancia mental o de sentimientos negativos o cínicos con respecto al trabajo y una sensación de ineficacia y falta de realización. En algunos países se considera una enfermedad laboral y en España es un "accidente de trabajo" segun Gil-Monte, que afirma que su origen es la exposición crónica a unas condiciones psicosociales de trabajo poco saludables y no por motivos de debilidad personal o de otras condiciones personales. Por lo que "no es algo para avergonzarse. Es algo ajeno a la capacidad de control individual".

Según el experto, este tipo de situaciones, sobre todo para los que es difícil encontrar un nuevo trabajo, pueden agravarse con el paso del tiempo hasta convertirse en enfermedades más graves como la depresión e ideaciones suicidas.

Cada género siente de forma distinta el burnout

En cuanto a la diferencia en los síntomas que padecen hombres y mujeres en relación con el síndrome de burnout, el catedrático afirma que "la discriminación laboral de la mujer se plasma en hechos como la brecha salarial, limitaciones al desarrollo de la carrera laboral, paternalismo infantilizante o acoso sexual y por razón de sexo en el trabajo", lo que "contribuye al desarrollo del síndrome de quemarse por el trabajo".

Esas actitudes "también pueden venir desde las personas a la que se atiende o de la prensa que no valora la cualificación profesional de la mujer en la misma medida que valora la del hombre. Algunas de esas situaciones parece que han sido experimentadas por la primera ministra neozelandesa", explica.

Las mujeres suelen desarrollar un estilo de gestión de las relaciones laborales "más emocional y humano", participativo y colaborativo, con capacidad para delegar, dialogar, fomentar el trabajo de equipo y ofrecer apoyo social, frente al estilo que utilizan los hombres, caracterizado por una orientación al intercambio, la autoridad y la competencia, "más impersonal y orientado al beneficio" según Gil-Monte.

A pesar de que la prevalencia al síndrome el similar en ambos sexos, depende de la profesión que desempeña la persona y se observan diferencias a nivel de los síntomas. Las mujeres presentan mayores tasas de desgaste psíquico y emocional y los hombres, tasas más altas de indolencia y cinismo.

Las profesiones que más sufren este síndrome

Este problema de salud se desarrolla más frecuentemente en profesiones que requieren un trato constante y directo con otras personas como es la sanidad, la educación, los servicios sociales, los cuidadores, trabajadores de atención a personas con necesidades especiales o de centros de atención a la tercera edad. Este tipo de trabajos suponen una implicación emocional y un nivel de empatía que, según el experto, acaban asumiéndose como "algo propio hasta el punto de llevarse los problemas de los demás a casa".