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No es ninguna patología

La falta de deseo sexual en las mujeres llena las consultas de psicología

Expertas en salud mental y sexual explican que la edad no es un factor determinante para sufrir una caída de la libido, una realidad que, estadísticamente, es menos frecuente en hombres

Acudir a una terapia psicológica de pareja está motivado, principalmente, por la falta de deseo sexual a partir de una determinada edad. Las estadísticas y la experiencia clínica demuestran que son las mujeres las que mayoritariamente manifiestan ese interés decreciente. Los problemas sexuales más frecuentes son la falta de interés, la incapacidad para llegar al orgasmo y las relaciones no placenteras, según reveló el Estudio Global de Actitudes y Comportamientos Sexuales (2001-2002).

Sin embargo, concluir que las mujeres maduras esquivan o pasan del sexo es un error mayúsculo. “El deseo no se jubila con el tiempo. La edad no es un factor determinante”, explica Laura Morán, psicóloga, sexóloga y autora del ensayo '¿Por qué (no) deseo?' (Next Door Publishers). Entonces, ¿cómo se explica que la libido en horas bajas sea, estadísticamente, una realidad?

El deseo sexual es una emoción compleja, una emoción que se puede trabajar, aumentar y despertar

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La falta de deseo que sufren mujeres y hombres no es rara ni mala. Tampoco una patología, a pesar de que el DSM (el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría) habla de trastorno de deseo hipoactivo. La Organización Mundial de la Salud, incluso, menciona la frigidez. “¿Puede haber un concepto más trasnochado para hablar de la sexualidad femenina? La frigidez no existe”, responde Morán, que insiste en que la libido baja no un desorden médico. Es, simplemente, un problema cuando tu pareja tiene otro ritmo. Un problema, afortunadamente, con solución.

La psicóloga y sexóloga Mamen Jiménez corrobora que, en la generación que ahora tiene entre 40 y 50 años, son las mujeres las que más están acudiendo a consulta. “Lo hacen bajo este argumento: ‘Mi marido me dice que no tengo ganas de sexo’. Ellas no sienten que tengan ese problema, pero es una situación que provoca una espiral de frustración en la pareja”, añade la autora de 'Yo te lo explico', una guía para fomentar algo básico: la educación sexual en casa. “No significa que ellas tengan poco deseo y ellos mucho. Hay que ver cómo es esa relación”, subraya.

"Con 45 años tus prioridades son otras. Con una hipoteca asfixiante, dos hijos adolescentes y un trabajo estresante, tu situación no es la misma que cuando tenías 30 años"

Laura Morán - Psicóloga y sexóloga

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Todo apunta -explica Morán- a que el deseo femenino es más susceptible al estrés, el estado de ánimo y al punto en el que se encuentra la pareja. “Hemos interiorizado la creencia errónea de que el deseo sexual decae a partir de una edad. Pero nos olvidamos del contexto. Es obvio que con 45 años tus prioridades son otras. Con una hipoteca asfixiante, dos hijos adolescentes y un trabajo estresante, tu situación no es la misma que cuando tenías 30 años”, advierte la autora de '¿Por qué (no) deseo?', que concluye: “Contexto estresante, deseo ausente. Contexto molón, deseo juguetón”.

El deseo no es como el hambre o el sueño. No nos morimos si no lo satisfacemos. “Es como el postre. No se hizo para alimentarnos sino para disfrutar”, se ríe Morán. 

El deseo no es magia, se trabaja

El deseo sexual es una emoción compleja, una emoción que se puede trabajar, aumentar y despertar. La científica canadiense Rosemary Basson fue una de las primeras en romper la imagen tradicional del deseo como algo impulsivo, espontáneo e irrefrenable. Sus investigaciones concluyeron que, en una relación madura, la mujer puede sentirse sexualmente neutra pero dispuesta. Si se dan los estímulos necesarios, pasará de la neutralidad a la excitación y el deseo. La satisfacción, además, no depende tanto del orgasmo sino de otros factores: intimidad, afecto, sentirse deseado, dar y recibir placer.

El deseo no es lo primero que entra en escena. “Es un error pensar que el deseo siempre se produce antes del placer. El deseo no es algo que deba venir sino algo que tenemos que alimentar”, concluye Morán.

La edad no es la muerte sexual. Biológicamente, no nos asexuamos con la edad. Si algo así sucede, más bien tiene que ver con el contexto y con la herencia cultural: el coitocentrismo dominante (identificar penetración con relación sexual) y el mito de que la menopausia entierra la libido. “Las hormonas nos influyen pero no nos dominan. La menopausia es fea con el cuerpo femenino: te sofocas, ganas peso y lubricas menos. Pero el placer no se debería ceñir a los genitales, tenemos dos metros cuadrados de piel. No hay edad para tocar y ser tocado”, comenta la divulgadora. 

"El modelo sexual imperante no funciona"

Mamen Jiménez - Psicóloga y sexóloga

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La edad conlleva cambios. Algunos de ellos son negativos, como la aparición de algún problema de salud o en la respuesta fisiológica del cuerpo. La presión sanguínea se debilita con la edad, pero eso no imposibilita el placer sino que exige cambios, explica Morán. Por ejemplo, un mayor nivel de estimulación.

“El modelo sexual imperante no funciona”, zanja Jiménez. La psicóloga pide que aterricemos en la realidad para darnos cuenta de que el sexo olímpico con fuegos artificiales y centrado en el pene y el coito pertenece a la industria del cine y la publicidad, no al mundo real.

Las expertas en salud mental insisten en la importancia de desmontar el mito de que el deseo es algo que aparece por arte de magia en el salón de casa. El deseo hay que trabajarlo, afirman.

Debido a los principios del aprendizaje -teoría básica de la psicología científica- cuando algo deja de ser novedoso la respuesta no es tan intensa. “Sucede algo parecido con los perfumes. Cuando llevas un tiempo usando uno en concreto tú apenas lo hueles ya”, explica Jiménez.

Hacer siempre lo mismo y de la misma manera conlleva que las parejas maduras caigan en un posible aburrimiento, uno de los grandes enemigos del sexo junto con el sentimiento de culpa. “Nos olvidamos de algo muy importante: la seducción”, recuerda la autora de 'Yo te lo explico'.

Tan necesaria como la seducción es la comunicación sexual, que brilla por su ausencia en la generación que hoy tiene entre 40 y 50 años. Y en la base de todo está lo de siempre: la educación sexual, el verdadero pilar de la salud sexual.

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