En estos tres años de Gobierno de coalición, Unidas Podemos ha demostrado animadversión por distintos ministros socialistas, pero ese sentimiento siempre se mantuvo constante con la exvicepresidenta Carmen Calvo, a quien acusaban de torpedear sus iniciativas. Ahora, en medio de la batalla campal en que se ha convertido la tramitación en el Congreso de la ley trans, entre el PSOE y sus socios, pero sobre todo en el propio Partido Socialista, donde esta legislación cuenta con defensores y detractores, Unidas Podemos vuelve a cargar contra ella. En este caso, para señalarla como responsable de que se haya ampliado el plazo de presentación de enmiendas, poniendo así en cuestión su aprobación antes de final de año.

Pero le conceden un poder que la exvicepresidenta no tiene. Y que ni si siquiera le atribuye el feminismo histórico que opina que no hizo lo suficiente para frenar la ley. Lo expresan con total conocimiento de causa desde la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, la organización creada en 2019 al calor de las primeras legislaciones sobre autodeterminación de sexo y ante las promesas de nuevas leyes del Gobierno de la coalición. "Esta fue uno de los últimos proyectos de ley que se aprobó con ella de vicepresidenta" y, además, recuerdan, "ayudó a redactar el texto que finalmente se elevó al Consejo de Ministros".

Por eso el desencanto con Calvo es absoluto en una asociación con referentes como Ángeles Álvarez, antigua portavoz parlamentaria de Igualdad del PSOE, porque recurrieron a ella sin éxito para frenar el proyecto y porque no se plantó dentro del Ejecutivo. Le enviaron tres cartas, en junio de 2020, febrero y abril de 2021 y ninguna de ellas fue contestada. En las tres ocasiones le reclamaron una reunión, pero nunca accedió.

Esas misivas daban fe de toda la polémica que ahora ha abierto en canal al PSOE, a pesar de que el asunto parecía resuelto con el acuerdo final de la ley trans. Es verdad a que Calvo se oponía a la propuesta inicial de que no hubiera ningún requisito para que una persona se inscriba en el Registro Civil con otro sexo y explicitó públicamente que le preocupaba "la idea de pensar que se elige el género sin más que la mera voluntad o el deseo”. Pero, señalan desde la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, aceptó la ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, sólo con el añadido de que fuera necesario ratificarlo a los tres meses.

Por este motivo ahora no consideran que esté al frente de nada. Porque no atendió sus razonamientos cuando le avisaron de manera reiterada de "las graves consecuencias y retroceso que suponen para los derechos de las mujeres la aprobación de esta ley" y los efectos "que incluso tiene en los resultados electorales", a la luz de la experiencia en otros países. Y permitió que se impulsara "sin escuchar a las organizaciones de mujeres".

"Lío monumental en el PSOE"

Al enorme descontento en la órbita socialista se une el "lío monumental" que hay en el propio partido. El problema continúa siendo el rechazo de una parte de la organización a la autodeterminación de género. Hay en el PSOE quien opina que la brecha abierta por la ley trans no tiene solución pacífica, como resume un cargo bien situado: “Va a acabar mal”. Critican que en su momento “no hubo un debate serio” y aseguran que cualquier discusión “se cerró por arriba”, cuando Pedro Sánchez cedió ante Irene Montero y el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley con carácter urgente, poco antes de la salida de Calvo.

Ahora, planteada la posibilidad de pulir la ley en el Congreso de los Diputados a través de enmiendas, aunque nada sustancial, se enfrentan a una ofensiva de Unidas Podemos para que no se modifique ningún punto. La polémica ha reabierto las heridas entre las distintas sensibilidades que conviven en las filas socialistas. Aunque algunos avanzan que es posible que se plantee alguna enmienda al texto, consideran que el daño ya está hecho y que por acción u omisión habrá sectores disconformes

Podemos avisa: "Que les vote los cambios el PP"

Mientras los socialistas barajan si introducir o no alguna modificación al texto, desde el Ministerio de Igualdad advierten al PSOE de que se pactó un texto conjunto y que los cambios “tendrán que pactarlas con el PP”, que es ajeno a todo este lío y que sólo pidió ampliar el plazo de enmiendas, sin concertarlo con los socialistas, porque les venía bien. “¿El PP les va a aprobar la ley trans?”, ironizan. Apuntan además a las presiones que los colectivos LGTBI pueden ejercer: “Veremos en el Orgullo, si les dejan estar”, sostienen. 

“La reivindicación trans puede llegar a la calle y a la movilización de los grupos afectados”, advertía este miércoles Jaume Asens, portavoz de los comuns, después de que algunas organizaciones afines al ministerio de Irene Montero hayan convocado protestas este sábado. El conflicto con el PSOE ha provocado en el socio minoritario de coalición un efecto balsámico, y ha logrado cohesionar a sus distintas facciones después de meses de pugnas y división. En su lugar, los morados ahondan ahora en la fractura de los socialistas y mantienen un mensaje unánime. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, también pidió desbloquear “lo antes posible” la ley trans y mostró su apoyo a Montero, con quien mantiene fuertes tensiones personales y políticas.

"La Ley trans ha de salir adelante", dijo este miércoles Díaz, que lo comparó en importancia con la reforma laboral: "Esta ley es clave para nuestro país, y es como la reforma laboral: concede derechos, recupera derechos para las personas que hoy son privadas de ellos". Una comparación que no es baladí, ya que hace meses que el partido Podemos le abrió un pulso dentro del Gobierno asegurando que las leyes de Igualdad eran las “más importantes” de la legislatura, menospreciando la medida estrella de Yolanda Díaz, la reforma laboral.