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La casa a cuestas que apenas cuesta

Cientos de mallorquines se han lanzado a la carretera este verano en furgonetas ‘camper’ en lo que se ha convertido en el plan favorito de los que buscan despertar cada día en un lugar diferente

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La casa a cuestas que apenas cuesta Manu Mielniezuk

Despertarse cada mañana frente a los paisajes más sobrecogedores. Recorrer el mundo sobre ruedas, arroparse con las estrellas y con la pantalla más HD del mercado en la ventana. Algunos lo llaman «sueño», otros «privilegio» y otros «libertad», pero recibe el nombre anglosajón camper. El boom de estas furgonetas ha hecho que cientos de mallorquines se animen a experimentar la vida nómada estas vacaciones. La empresa Caracol and Friends lleva esa filosofía por bandera. Desde hace cinco años apuesta por una forma diferente de viajar, de desconectar y vivir nuevas experiencias. Como bien indica el nombre, con la casa a cuestas como los sosegados moluscos, pero con la diferencia de que lo único que cueste sea volver a la rutina.

«Yo siempre he sido un apasionado del mundo del motor y el mundo camper. Las Volkswagen clásicas eran un sueño», cuenta Mateu Oliver, propietario de la empresa. «Empezamos en 2017 con la intención de alquilar vehículos. Al fin y al cabo, son coches de gama alta y, como nosotros, hay gente que solo los utiliza dos veces al año. Sale mucho más a cuenta alquilar que comprar. A partir de ahí fuimos creciendo. Pasamos de solo restaurar las clásicas a hacer más modernas y actualmente contamos con nuestro propio servicio de camperización para nuestras furgonetas y las de nuestros clientes».

La vida camper no entiende de bolsillos ni etiquetas. Unos piden camperizaciones más simples, con una cama dentro de la furgoneta y vehículos de segunda mano, y otros personalizan desde el mobiliario, las instalaciones eléctricas y de agua, el color y todo tipo de accesorios interiores.

Desde los más surferos y aventureros hasta los que buscan un lugar al que escaparse un fin de semana, las camper acogen a todos aquellos que estén dispuestos a pasar una vacaciones únicas. «Hace poco vino un señor de casi 80 años con su nieto, fue el cliente de más edad que hemos tenido. Tenemos clientes de todo tipo. Desde parejas hasta familias. Durante la temporada de verano, tenemos mucho cliente tanto extranjero como nacional. Y durante la temporada de invierno, que está todo mucho más tranquilo, la clientela es más local y puntual, así que nos dedicamos a fabricar», explica Oliver.

La demanda ha crecido de forma exponencial y sorprendente este mes. Mientras normalmente la temporada alta se reparte entre junio y septiembre, este agosto Caracol and Friends ha experimentado un alquiler casi total de sus furgonetas. «Este agosto ha sido algo atípico en todos los sentidos en Mallorca. No solo en la cuestión del alquiler de coches, sino que también la ocupación ha sido total en restaurantes y hoteles. Se ha juntado que las furgonetas te dan la oportunidad de viajar más aislado, sin tanto contacto con otra gente, y eso con la covid aún presente ayuda; con que las furgonetas camper están muy de moda», asegura el mallorquín.

Permisos y restricciones

Sin embargo, muchas personas siguen teniendo dudas sobre los permisos y restricciones de este tipo de vehículos en Mallorca. Al igual que las autocaravanas, no se necesita aparcar en una zona reglada, aunque este tipo de furgonetas cuentan con una normativa más flexible gracias a sus dimensiones. Eso sí, el propietario de Caracol and Friends insiste en que se debe saber diferenciar entre «aparcar» y «acampar». «Es muy importante respetar la normativa de acampadas. Mientras hagas toda la vida dentro del vehículo, sin verter residuos, sin montar toldos ni mesas fuera, sin ventanas abatibles (que se abren hacia fuera) que ocupen espacio en la vía pública, la furgoneta te permite estar en cualquier lado. Todo lo que sea ocupar espacio visto desde arriba ya es acampar, y para eso necesitas permisos y zonas especiales».

Todo un lujo si tenemos en cuenta los paisajes que hay en Mallorca. Unos paisajes que, tal como pide el responsable, se deben preservar entre todos y colaborar para que los apasionados de las furgonetas camper y el resto de personas que los frecuentan puedan seguir disfrutando de la isla: «Esto es algo con lo que damos bastante caña a nuestros clientes. Intentamos que sean respetuosos porque nosotros, a parte de tener una empresa de camper, somos usuarios y nos gusta poder disfrutar. Les remarcamos mucho que no dejen residuos en ningún sitio, que si tienen que limpiar que limpien, que siempre es mejor dejar el espacio mejor de lo que estaba, y que esta vida es un privilegio. Hemos advertido a nuestros amigos del mundo camper que si ven a un cliente de alguna de nuestras furgonetas haciendo algo mal, que nos avisen».

La camperización es una alternativa que, si bien no elige cualquiera, se adapta a cualquiera. Un boom que nos empuja a conducir sin fijar horizontes y con un único rumbo: la «libertad».

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