La nueva etapa en las relaciones abierta entre España y Marruecos el pasado abril, con el giro histórico del Gobierno español en su posición sobre el Sáhara, está propiciando un verano con un descenso en el número de embarcaciones que llegan a las costas españolas de forma irregular.

Según los datos del Ministerio del Interior, el total de inmigrantes llegados a España por vía terrestre y marítima ha aumentado de forma ligera, un 3,3% respecto a 2021. Si entonces, a fecha de 31 de julio, las cifras señalaban la entrada de 16.180 personas, ahora son 16.718, 538 más. Sin embargo, el análisis de las estadísticas oficiales, demuestra que sí ha descendido de forma importante el número de embarcaciones que han arribado a las costas españolas. El informe de Interior apunta que fueron 757 embarcaciones hasta final del mes pasado, a 31 de julio, frente a las 968 del año anterior. El descenso es del 21,79%. En el total acumulado de personas que han llegado de forma irregular por vía marítima hay un aumento del 0,4%, con 14.996 frente a 14.939 personas detectadas.

El endurecimiento de los controles por parte de la gendarmería de Marruecos de sus costas y el despliegue de Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, lleva ya dos años, según las asociaciones que trabajan en la zona, consolidando la llamada Ruta Atlántica, mucho más peligrosa y que conduce a los inmigrantes a Canarias.

Las cifras oficiales confirman este movimiento. Los inmigrantes llegados a la Península y Baleares por vía marítima descendieron los siete primeros meses del año un 27,5% respecto a 2021 (de 5.284 personas a 7.292) y las embarcaciones cayeron un 21,9%. No ocurre así con las llegadas a Canarias. A las islas arribaron un 27,3% más de inmigrantes de forma irregular por vía marítima, con un dato de 9.589 personas frente a 7.531 hace un año. En este caso pueden partir desde la zona del Sáhara Occidental, Mauritania o Senegal, que escapan del control marroquí.

El descenso fue muy relevante por vía marítima para Ceuta y Melilla, con una reducción del 55,2%. El aumento en las ciudades autónomas se registra de forma importante en las llegadas vía terrestre, con un repunte del 38,8% en el caso de Melilla y del 65,3% en el de Ceuta.

Un 76% menos en costas andaluzas

Antes del acuerdo con Marruecos y de la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Rabat para reunirse con el rey Mohamed VI, en lo que supuso la inauguración de nuevas relaciones con el país vecino, el descenso en la llegada de embarcaciones a la Península era ya relevante. Una tendencia que se ha consolidado en los meses posteriores.

Las costas andaluzas, con los puertos de Tarifa, Motril o Almería, con el Mar de Alborán, son las que mas sienten el aminoramiento de la presión migratoria este verano. No obstante, las asociaciones y ONG advierten de que las llegadas se registran en picos y que muchas circunstancias pueden hacer cambiar estos números. Por la costa andaluza, la inmigración cayó de forma importante , un 76% hasta junio, y en 2021 llegaron cuatro veces menos inmigrantes por esta vía que en 2018, según los datos del Informe Frontera Sur de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha).

En 2018 fue el último verano en el que los dispositivos de primera acogida de los puertos andaluces se desbordaron por la llegada de cientos de inmigrantes cada fin de semana sin medios suficientes para poder atenderlos. Esos números quedaron muy atrás. Solo en el Mar de Alborán se registran algunos momentos puntuales más difíciles por la presión migratoria desde Argelia.

978 muertes desde enero

La ONG Caminando Fronteras advierte en el informe ‘Monitoreo derecho a la vida’ que en el primer semestre de 2022 “la militarización del control migratorio ha ido escalando” y denunció que “se atacan de forma sistemática los derechos humanos”. Una situación agravada, avisan, por “el discurso belicista generado tras la guerra de Ucrania” y determinada “por el nuevo acuerdo entre el Estado español y Marruecos”, “con más dotaciones económicas y territoriales en contraprestación al bloqueo y represión” de la inmigración.

La ruta Atlántica, a través de Canarias, sigue siendo la más mortífera. El colectivo de Caminando Fronteras advirtió el pasado jueves de que en apenas 24 horas habían sido rescatadas 545 personas por autoridades españolas y marroquíes en esta ruta.

De enero a junio, esta organización señala que al menos 978 personas han perdido la vida en las costas españolas, entre ellos 41 niños. De esas víctimas, 800 perecieron en la ruta Canaria, 101 en su intento de alcanzar la costa por Argelia, 35 por el Mar de Alborán y 2 en la ruta el Estrecho.

“La ruta Atlántica sigue siendo la más mortífera. Sus características físicas, las embarcaciones demasiado endebles para el océano, las largas distancias, las relaciones políticas entre los países en la zona sujetos a intereses territoriales marítimos y terrestres, hacen que sea complicada la colaboración para defender el derecho a la vida entre los países, o que haya demoras en la activación de servicios de rescate”, advierte Caminando Fronteras en su informe semestral. El balance incluye un análisis específico de la represión en la frontera de Melilla el pasado 24 de junio, con al menos 23 africanos muertos cuando intentaban cruzar la valla.

Traslados a la Península

Desde Andalucía Acoge, su presidente, José Miguel Morales, advierte de que las cifras de Interior no pueden analizarse de forma aislada sino que muestran al final una dinámica que se repite: “Muchas personas que viven en África están dispuestas a jugarse la vida para poder llegar a Europa”. “Marruecos ha endurecido el papel de su gendarmería, recibe más recursos económicos y actúa con más mano dura, con una vulneración de los derechos humanos”, señala el responsable de esta ONG de ámbito estatal, que pide no poner el foco en las mafias porque se vulnera la realidad. “No son las mafias las que mueven el fenómeno migratorio hacia un punto u otro de la costa africana. Es verdad que hay grupos lucrándose de estos traslados y hay que condenarlo y perseguirlo, pero la gente huye por donde puede”, advierte. Denuncia que muchas de estas personas no se les da ninguna vía legal de entrada en Europa aunque detrás hay en cientos de casos hay personas huyendo de la guerra, que son refugiados como ocurre con quienes vienen de Ucrania. Andalucía Acoge, ante el mayor auge de la ruta canaria, pide que los ministerios de Interior e Inclusión Social refuercen su coordinación y agilicen los traslados de las islas a la Península. “No tiene ningún sentido que una persona pase más de tres meses en un centro de acogida en Canarias sin ser trasladado”, sostiene Morales.