Últimamente algunos utilizan las redes sociales para cargar contra el Concello de O Grove, alegando que mantiene las algas en playas como A Lanzada y que sus duchas y lavapiés no funcionan. Lo que muchos no saben es que no se trata de una muestra de abandono o dejadez, sino de una decisión intencionada que está relacionada con una clara apuesta por la protección medioambiental.

Hace ya cuatro años que se precintaron las duchas, y han pasado dos veranos desde que los lavapiés dejaron de funcionar. Algo que no agrada, en absoluto, a algunos bañistas, convencidos de que se trata de un servicio indispensable.

Pero José Cacabelos, el alcalde socialista de la localidad meca, se mantiene firme. Y así, con rotundidad, proclama: “No vamos a dar agua a los lavapiés porque no podemos permitirnos el lujo de desperdiciarla”.

El propio regidor confirma que “se están recibiendo muchísimas quejas por la carencia de lavapiés activos, por lo que debo recordar que es una decisión que ya tomamos hace años en base a una política municipal de gestión medioambiental de nuestras playas que consideramos indispensable”.

De ahí que una de las primeras medidas fuera la retirada de las papeleras, “porque eran un auténtico foco de contaminación y funcionaban como vertederos de basura”.

Lo que se hizo, cabe recordar, fue colocar contenedores en las zonas de aparcamiento de vehículos, “para que la gente deposite en ellos los desperdicios que genere durante su estancia en la playa”.

Usuarios de A Lanzada utilizan los lavapiés dependientes del municipio vecino de Sanxenxo, este mismo verano. M. MÉNDEZ

Abundando en ello, Cacabelos detalla que “alguna gente deja bolsas y basura a lo largo de la playa, y esto, lejos de ayudar, dificulta más que favorece la gestión de esos residuos, por eso insistimos en que nuestras playas no son vertederos y, dado que no hay papeleras, pedimos a los usuarios que utilicen los contenedores”.

Dicho lo cual, el alcalde vuelve a referirse a la carencia de agua dulce en playas como A Lanzada y otras que en su día también lucieron la Bandera Azul, a la que renunció el propio gobierno socialista. Lo hace para reiterar que “se decidió cortar el agua de las duchas y lavapiés porque el consumo de agua era exagerado, ya que, por increíble que pueda parecer, mucha gente la utilizaba para ducharse con jabón y gel, para limpiar los trajes de neopreno, los cubos y juguetes de los niños o bien para lavar zapatillas, bañadores y demás”.

Ante el “importantísimo y exagerado” consumo que aquello generaba “no solo cortamos el agua, sino que apelamos a la concienciación ciudadana”.

"Ahora aún hay gente que comete ese derroche usando el agua de los lavabos en los aseos públicos de las playas"

Algo en lo que abunda de nuevo Cacabelos cuando denuncia que “ahora aún hay gente que comete ese derroche usando el agua de los lavabos en los aseos públicos de las playas”.

Además de censurarlo con dureza y apelar de nuevo a la concienciación ciudadana, el alcalde meco resalta que “la situación es crítica y el agua, un bien escaso”.

Prueba de ello es que “la Xunta y la Mancomunidade do Salnés están recomendando restricciones en el consumo de agua potable, a tenor de la escasez que ya padecemos en Galicia”.

Ante esto, “no podemos tener agua en las playas y soportar el consumo abusivo que se produce en ellas, por eso apelamos a la concienciación de nuestros vecinos y todos cuantos nos visitan”.

Para terminar, José Cacabelos anuncia la realización de una auditoría que permita determinar de forma minuciosa cómo se gasta el agua potable y el modo de ahorrarla.