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Crisis del coronavirus

Científicos y sanitarios lamentan que la sociedad haya banalizado la covid

En esta séptima ola, "están contagiándose muchas personas de más de 60 años que están ingresados y muchos de ellos están muriendo", advierten los científicos

Una enfermera se prepara para atender a un paciente con covid. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

La gripalización de la covid se ha adelantado a la realidad del virus. Muchos científicos y sanitarios consideran "un error" haber eliminado de golpe todas las medidas restrictivas para frenar el avance del coronavirus y, tras evaluar los primeros datos de esta última ola, lamentan la posterior banalización de los efectos del virus en la población de las Islas.

Los datos de mortalidad covid durante los primeros meses de este año reflejan un incremento de los fallecimiento por coronavirus en Canarias en comparación al año pasado. Tan solo en esta última ola –que dio comienzo a principios de junio– Canarias han notificado el triple de muertes que en el mismo periodo de 2021. Si se toman los datos desde comienzo de año, las defunciones por covid notificadas se han incrementado en un 90%. En otras palabras, este año han muerto casi el doble de personas por coronavirus que en 2021.

Dos años después de que diera comienzo la pandemia de coronavirus, el gran éxito de las vacunas ha permitido que la mayoría de los españoles retome la normalidad. Atrás han quedado los límites de grupos y aforos, la prohibición de actos multitudinarios y grandes fiestas y la imposición del uso de la mascarilla. En definitiva, Canarias ha recuperado "la sonrisa" haciendo propias las palabras que espetó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando anunció la retirada de la mascarilla en interiores. Apenas dos o tres carteles que solicitan el uso de la mascarilla en algunos comercios y restaurantes recuerdan que aún convivimos con uno de los virus más transmisibles de la historia. Y los datos de mortalidad demuestran que está lejos de comportarse como una simple gripe. 

El virus está lejos de comportarse como una gripe. Según Antonio Sierra, "es mucho peor"

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"Es mucho peor", sentencia el epidemiólogo Antonio Sierra, que recuerda que es un virus más transmisible, que muta mucho con mayor facilidad y cuyo comportamiento no es estacional. Además cuenta con una tasa de letalidad mayor. "Un exceso de confianza con este virus es peligroso", sentencia el experto. 

"Estamos jugando con fuego biológico y nos vamos a quemar", advierte el director del Instituto de Enfermedades Tropicales de la Universidad de La Laguna (ULL), Jacob Lorenzo. El virólogo recuerda que, aunque "los síntomas sean más leves", existen muchas preocupaciones e incógnitas alrededor de este nuevo aumento de casos, como son las variantes emergentes, el número de fallecimientos o las secuelas de los contagiados. 

En esta séptima ola, "están contagiándose muchas personas de más de 60 años que están ingresados y muchos de ellos están muriendo", asegura Lorenzo. Si bien el perfil de los ingresos difiere del de otras olas –muchos son pacientes que llegan al hospital por otro motivo y muchos menos ingresan en UCI–, desde el 1 de junio han fallecido en Canarias 124 personas, el triple que en el mismo periodo del año anterior. Estos datos aún no nos sitúan en «en el momento más álgido de la pandemia", recuerda Sierra. Como insiste el epidemiólogo, de "promedio" están falleciendo tres personas al día y durante la sexta ola (la de invierno de 2021-2022), llegaron a fallecer "12 personas el mismo día".  

Y así es. Esta séptima no es, de momento, la que ha tenido un mayor impacto en Canarias. Con los últimos datos disponibles sobre hospitalización se coloca en el tercer puesto de la pandemia, por detrás de la sexta y quinta ola (de verano de 2021). La sexta ola en su pico máximo notificó 725 ingresos hospitalarios (635 en planta y 90 en UCI). Le sigue la quinta ola, la de verano de 2021, cuyo pico asistencial ascendió a 589 hospitalizados (490 en planta y 100 en UCI). Hoy en día, sin haber culminado aún, el tsunami de contagios actual ha provocado 515 ingresos (486 en planta y 29 en UCI).

Pero eso no significa que el impacto en los hospitales sea menor. "Aunque la enfermedad es menos grave y hay menos saturación en las UCI, ha habido que ampliar plantas para dedicarlas a pacientes covid", explica Levy Cabrera, secretario general del Sindicato de Médicos de Santa Cruz de Tenerife (CESM). El facultativo asegura que todos los hospitales de las Islas cuentan con un más de una planta dedicada a estos pacientes que, además "requieren más recursos". 

Los sanitarios están viviendo en una constante incertidumbre con las distintos picos de incidencia. Se encuentran agotados, desmotivados y preocupados por cómo pueda repercutir este –y los próximos– incremento de contagios en la sanidad pública. "La gente está muy cansada, física y mentalmente, y se sienten ninguneados", destaca Leopoldo Cejas, secretario autonómico del sindicato de enfermería Satse en Canarias. "Consideran que a nadie le importa lo que está pasando", resalta. 

Al impacto en los hospitales y la mortalidad se une el desconocimiento de "las consecuencias que tendrán a largo plazo estas infecciones y reinfecciones". Como destaca Lorenzo, se están registrando secuelas "como tos o incontinencia urinaria" en menores que, a día de hoy, "no sabemos si desaparecerán". 

En la población ha calado un mensaje de exaltación de la libertad frente a la opresión marcada por las restricciones y las normas sanitarias. Por eso, a ojos de los expertos, se debe poner freno a esta banalización. Cejas lo ve cada día. "Las mascarillas son residuales y la distancia se ha dejado en segundo plano; no estamos tomando siquiera las medidas mínimas", insiste. 

Los sanitarios se sienten "agotados, desmotivados y ninguneados"

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¿Se deberían restaurar las restricciones en la situación actual? Los expertos no se ponen de acuerdo. Algunos están a favor de imponer algún tipo de medida de contención (como la mascarilla), pero admiten que en el contexto actual no es una tarea sencilla. Otros abogan por, únicamente, llamar a la responsabilidad individual. "Ponerle un poco de freno a esto va a ser muy difícil", sentencia Cejas, que insiste en que lo ideal sería convivir con el virus sin "obsesionarse por él" pero integrando la protección en "nuestras rutinas". En este sentido también se manifiesta Sierra, que considera que "no podemos vivir con imposiciones que suplan al comportamiento responsable". Asimismo insiste en que se debe "huir del optimismo y la excesiva confianza, pero sin ser catastróficos". 

El problema es que el sistema sanitario está llegando, de nuevo, al límite. "No podremos mantenernos así muchos meses sin que se impongan restricciones", insiste Cabrera. Lorenzo es más tajante porque considera que en el contexto actual es necesario "controlar la transmisión del virus". "Debemos escuchar la voz de la ciencia, dejar de criminalizar a la ciencia y tomar medidas para controlar las infecciones", asevera el investigador. 

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