Tras casi una semana en alerta por la ola de calor y por riesgo extremo de incendios y llegar al jueves con récord histórico de temperatura en Ourense (44 grados), ese mismo día parecía que la situación daba un vuelco, pues Galicia comenzó a nublarse al caer la tarde dando origen a una repentina tormenta que prácticamente cubrió toda la comunidad. Hasta se registraron precipitaciones intensas de carácter local que sonaban a alivio y el calor parecía disiparse. Pero fue una ilusión, pues entre las ocho de la tarde y la madrugada del viernes cayeron unos 6.000 rayos –la tormenta fue básicamente eléctrica– que provocaron medio centenar de incendios forestales que en 24 horas devoraron más de 3.041 hectáreas de monte que se sumaron a los fuegos que ya estaban activos con anterioridad, que arrasaron otras 115 hectáreas.

Imagen de satélite de la tormenta. X. A. Taboada

Durante cuatro horas Galicia permaneció bajo los efectos de un sistema convectivo de mesoescala –como se aprecia en la imagen de la derecha, que parece una inmensa boina–, un fenómeno “que no es común” en el noroeste peninsular, pero que tampoco es novedoso, según cuentan desde MeteoGalicia. El origen fue el cambio del viento, que viró a componente oeste y metió en la comunidad aire húmedo procedente del mar, que en contacto con las altas temperaturas ascendió de forma muy rápida (pues es más ligero) y generó la inestabilidad atmosférica que derivó en chubascos intensos pero breves y la descarga a tierra de unos 6.000 rayos concentrados, sobre todo, en la provincia de Ourense, el sur de Lugo, el este de Pontevedra y la parte más occidental de A Coruña, como se observa en la imagen de la derecha. Sobre todo llamó la atención la rapidez con la que se formó y sus dimensiones. Los normal es que estas convecciones atmosféricas sean más locales.

Mapa de los rayos caídos sobre la comunidad. AEMET

“Termina una jornada que pasará a los anales de la historia meteorológica gallega. Luego de una tarde muy calurosa, con registros récord como los 44 grados de Ourense, las tormentas dejaron casi 6.000 rayos, la mayor parte entre las ocho y las doce la noche”, glosaba MeteoGalicia sobre el fenómeno.

En esas cuatro horas de máxima intensidad, los rayos provocaron 41 incendios, a los que se sumaron once más desde la doce de la noche del jueves hasta las ocho de la mañana del viernes, según informó el conselleiro de Medio Rural, José González, durante una visita al municipio lucense de A Pobra do Brollón, en donde el fuego en la parroquia de Saa obligó a activar una situación 2 de alerta por proximidad a núcleos habitados, incluida la evacuación de 40 jóvenes de un campamento.

La Xunta contabilizó 52 incendios provocados por los relámpagos, pero pueden ser más debido al fenómeno conocido como “rayo latente”, que genera un fuego bajo tierra, en las raíces de los árboles, y tarda hasta 48 hora en salir a la superficie.

Incendio en Carballeda de Valdeorras (Ourense). BRAIS LORENZO

Más de 3.500 hectáreas calcinadas

La provincia más castigadas es Lugo, donde tres fuegos activos están poniendo en riesgo varios núcleos poblacionales. De hecho, varios de estos focos tienen declarado el nivel dos de alerta por lo que se ponen en marcha medidas especiales de protección.

De entre todos, el concello que más preocupa es el de Folgoso do Courel que tiene un par de fuegos activos: el primero empezó a las 01:40 horas del viernes en la parroquia de Seceda -y cuyas llamas se encuentran cerca del núcleo de Gamiz, en la parroquia de Santalla, ubicada en Samos, municipio limítrofe- y ya ha arrasado 1.100 hectáreas, mientras que el segundo comenzó a las 20:42 horas del jueves en la parroquia de Vilamor y ha quemado ya 300 hectáreas. La alcaldesa de la localidad, Lola Castro, ha trasladado su especial preocupación por este último incendio, al haber empeorado su situación y al encontrarse cerca de zonas habitadas, aunque por el momento no se plantea la evacuación de los vecinos ni parece que haya riesgo inminente.

Además de estos dos focos, hay un tercer fuego activo, también en la parroquia de Vilamor, pero que se inició el pasado jueves a las 20:25 horas, y que ha quemado 500 hectáreas de terreno. En total en Folgoso do Courel se han calcinado más de 1.750 hectáreas. La Unidad Militar de Emergencias ya se encuentra trabajando en la zona, con 59 efectivos desplegados para trata de de controlar las llamas. "Es un incendio con muchos focos", explican desde la UME, por eso están utilizando las técnicas de quemas de ensanche, contrafuegos y el ataque directo a la cabeza del incendio.

Otros focos que preocupan se encuentra en A Pobra do Brollón, también en Lugo. El primer fuego se iniciaba el jueves sobre las 20:37 horas en la parroquia de Saa y ha calcinado ya 550 hectáreas. Mientras que este mediodía se ha notificado un nuevo foco, de nuevo en la parroquia de Saa, que rondaría las 50 hectáreas.

También permanecen activos varios focos en Quiroga (Lugo): uno empezó a las 20:29 horas del jueves y afecta a una superficie de 250 hectáreas, el segundo está en la parroquia de Nocedo desde las 11:42 horas del viernes y quema 180 hectáreas y el último se inició a las 12:42 horas del viernes en la parroquia de Quiroga, con 90 hectáreas afectadas. En total 520 hectáreas

También permanecen activos varios focos en Quiroga (Lugo): uno empezó a las 20:29 horas del jueves y afecta a una superficie de 250 hectáreas, el segundo está en la parroquia de Nocedo desde las 11:42 horas del viernes y quema 180 hectáreas y el último se inició a las 12:42 horas del viernes en la parroquia de Quiroga, con 90 hectáreas afectadas. En total 520 hectáreas.

Por su parte, Ourense también sufre las consecuencias de las llamas. El foco más aparatoso se encuentra en Carballeda de Valdeorras, donde las llamas han consumido 1.100 hectáreas de terreno en la parroquia de Riodolas. En Vilariño de Conso arden 160 hectáreas de la parroquia de Pradoalbar desde las 6:57 horas del viernes.

El foco que quemaba Ribadavia se encuentra controlado y ha calcinado 65 hectáreas, mientras en Melón, el fuego ya está extinguido desde las 20.40 horas de este sábado y ha calcinado 63,6 hectáreas (58,6 arboladas y 5 de monte raso). Mientras en Cualedro se han calcinado 31 hectáreas de terreno.

Incendio en Carballeda de Valdeorras (Ourense). BRAIS LORENZO

En Pontevedra, la situación ha mejorado considerablemente, con el incendio que calcinó 46 hectáreas en Baiona totalmente extinguido, según informan desde la Consellería de Medio Rural. Mientras en Rodeiro, el foco que afectaba a la parroquia de Guillar está controlado desde las 2:42 horas de esta madrugada, y se han calcinado 200 hectáreas.

En total, y según las últimas estimaciones ofrecidas por la Consellería, en Galicia se han calcinado más de 4.300 hectáreas de terreno.

Ourense y Lugo, en alerta roja por altas temperaturas

La Xunta ha rebajado a nivel de alerta por altas temperaturas en las provincias de A Coruña y Pontevedra, aunque el máximo (3) se mantiene en Ourense y en todo el territorio de Lugo a excepción de A Mariña.

En concreto, la Xunta ha informado de que continuarán en nivel 3 (máximo) todas las zonas de la provincia de Ourense y de Lugo, excepto A Mariña. El resto de Galicia estará en nivel 2 por episodio de calor, excepto las zonas del Oeste y sudoeste de A Coruña, y la zona de las Rías Baixas en Pontevedra, que pasará a nivel 1.

Meteogalicia informa de que la comunidad continuará aún durante el fin de semana bajo la influencia de la masa de aire cálido de origen norteafricano que lleva sobre la región desde el pasado viernes. Está impulsada por las altas presiones localizadas al norte de la Península Ibérica y una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) situada en el Atlántico.

Esta DANA se irá acercando progresivamente a Galicia, desalojando lentamente la masa de aire cálido, pero ese desalojo no sucederá previsiblemente hasta el lunes.

Esto deja una previsión de temperaturas muy extremas, tanto mínimas cómo máximas, en muchos puntos del interior de la comunidad hasta el domingo. En el litoral, el acercamiento de la DANA y la presencia de brisas y algunas nieblas suavizarán localmente la fuerte sensación térmica de calor, pero las temperaturas, aunque no tan altas como en días anteriores, seguirán siendo aún elevadas en general.