Partiendo de la instalación de placas solares, el autoconsumo colectivo está modificando el modelo energético actual, ya agotado, y consiguiendo hacer frente a la crisis del precio de la luz en la que estamos actualmente inmersos.

La generación distribuida o el autoconsumo colectivo apuesta por una manera compartida de entender la vida, provocando una disrupción en cómo se produce y consume la energía en el país del sol. El modelo quiere transformar cada metro cuadrado de tejado en productor de energía verde, empoderando a las personas y convirtiéndolas en productoras y vendedoras de la electricidad que producen sus placas solares.

Un sistema que democratiza la gestión de la energía, permitiendo abastecer no solo a la familia propietaria de un tejado, sino a los hogares situados a un radio de medio kilómetro y que se opone al actual, el modelo centralizado. La fuente de energía principal de este modelo son los combustibles fósiles, muy contaminantes y perjudiciales para el medio ambiente. Además, depende absolutamente del gas, un bien caro que escasea para dar respuesta al aumento de la demanda eléctrica.

La empresa que impulsa el cambio de modelo energético

La Revolución de los Tejados es un movimiento promovido por Holaluz que persigue cambiar el sistema actual por uno basado en energías renovables, híbrido, descentralizado y distribuido (con grandes productores y prosumidores), mucho más eficiente, económico y sostenible. En la Revolución de los Tejados todas las personas participan, tengan o no tejado, siendo prosumidoras o consumidoras en proximidad.

Placas solares instaladas en una vivienda.

Modificando la estructura y los mecanismos actuales del sector eléctrico español y redefiniendo la relación de las personas con su compañía eléctrica, esta propuesta busca transformar 10 millones de tejados españoles en “pequeñas centrales” de energía verde para usar y vender a familias cercanas, duplicando así la cantidad de energía renovable en el mix energético de España (del 40% a un 80% del total de la energía del país según datos de Red Eléctrica en 2021).

¿Cómo se genera el ahorro para reducir la factura de la luz?

Por un lado, está tu consumo diario de energía, que va variando en función de la hora del día. Por otro, está la energía que Holaluz proporciona a precios fijos. Con la instalación de placas solares, tu tejado generará energía propia, que produces y consumes tú mismo. Además, está la energía que te sobra y no usas, tus excedentes. Holaluz compra esta energía sobrante y comparte con el resto de clientes. La suma del autoconsumo y del excedente es lo que la compañía te devuelve en forma de ahorro fijo.

De esta forma, cuanto más ahorres cada mes, antes amortizarás la inversión y cuanta más capacidad de producir energía tengas en tu tejado, menos vulnerable serás a los cambios en el futuro.

Los beneficios del autoconsumo colectivo

El autoconsumo colectivo permite el control compartido entre personas y empresas y genera energía para el cliente con placas solares, pero también para los clientes de proximidad (a menos de 500 metros) que se benefician de un precio más económico.

La proximidad permite que se reduzcan las pérdidas energéticas derivadas del calentamiento durante el trayecto (efecto Joule).

Este sistema posibilita también diseñar instalaciones más grandes con más placas, generar más energía verde y un mayor ahorro para el planeta (un 28% más de CO2 que una de autoconsumo tradicional) y para el consumidor, que le permite poder tener facturas de casi 0€ (incluida la parte fija, no sólo la de consumo) y compensar los excedentes.

La generación distribuida permite a los propietarios de placas solares generar ahorros superiores al 70% en la factura de la luz, contribuir en la lucha contra el cambio climático y garantizar la eficiencia (energía Km 0) y la estabilidad de los precios, a la vez que fomenta la independencia energética del sistema.

Autoconsumo tradicional, un modelo limitado

Cada instalación de autoconsumo tradicional es una oportunidad perdida de multiplicar el ahorro y el impacto en el planeta. Si bien es verdad que cualquier instalación de autoconsumo solar ayuda a reducir las emisiones de CO2, las instalaciones de generación distribuida permiten evitar un mayor porcentaje y, a su vez, compartir la energía con otros hogares

Placas solares de generación distribuida.

Además, el autoconsumo tradicional no cambia el modelo energético, sino que lo perpetúa. Las empresas de siempre siguen controlando el transporte y la distribución, impidiendo que los consumidores tengan acceso a energía de proximidad y que el precio de la luz baje para todo el mundo de forma definitiva.

Al contar con menos placas, la instalación de autoconsumo tradicional genera para el usuario menos ahorro, limitado solo a la parte de consumo de la factura. Los excedentes se vuelcan a la red automáticamente y son compensados por la comercializadora a precio de mercado.