¿Cómo ha evolucionado la inversión en innovación en los últimos años?

-La I+D se ha convertido en la respuesta frente a la incertidumbre y otros grandes retos. Más allá de los clásicos conceptos asociados a la Innovación, como son la competitividad o eficiencia, las empresas innovadoras han demostrado que pueden ayudarnos a resolver distintos retos sociales, digitales, ambientales, y especialmente, sanitarios. Esto se refleja en tendencias de crecimiento en inversión en I+D, como puede ser el Informe COTEC, o también en otros reportes, como el Informe ASEBIO, que expone que este sector, tan crucial para nuestra sociedad, en 2021 superó los 150 m€ de inversión en capital privado. Nuestros propios datos también nos exponen que la inversión en I+D ha pasado de ser una apuesta, a ser una necesidad para seguir avanzando en el camino correcto y tener respuestas de garantías ante momentos críticos: según el Barómetro Internacional de Ayming, el 68% reconoce que el impacto de los últimos acontecimientos ha demostrado el fuerte vínculo entre una actividad de I+D eficaz y los resultados empresariales.

-¿En qué situación (en términos de innovación) se encuentran las empresas españolas respecto al resto del mundo?

-La empresa española es mayoritariamente, pyme, y esto supone una realidad distinta a otros países y que debemos saber leer en conjunto, tanto el ecosistema empresarial, como las Administraciones Públicas. Hay empresas que actualmente ya ofrecen un servicio de incalculable valor añadido -pensemos en las innovadoras en oncología-, pero que llevan desde hace años buscando las formas de encontrar financiación y recursos, no sin dificultades o desconocimiento. Esta situación es realmente una oportunidad, pues existen muchas opciones a su alcance que desde empresas como Ayming estamos y tenemos que acerárselas. Diría que su situación es retadora, pero en sentido de la oportunidad de la palabra.

-¿Qué papel juegan los fondos europeos en este proceso?

-Históricamente, España sólo ha aprovechado el 34% de los Fondos Europeos que ha recibido. Esto quiere decir que nuestro país ha tenido la oportunidad de contar con recursos para acometer estos retos, pero por distintas razones, no la ha aprovechado. Los Next Generation EU juegan un papel decisivo para revertir esta serie histórica de resultados, gracias a distintos aspectos: requieren de reformas estructurales que acompañen la inversión, es decir, no son sólo emisión de financiación pública; plantean el éxito o puesta en marcha de un proyecto a través de consorcios y colaboración, con efecto multiplicador; y además atacan directamente retos como el futuro ambiental, impulsar el acceso a la Innovación, o la reducción de brechas como la digital o de género. 

-¿En qué ámbitos o sectores se está innovando más?

-Desde Ayming estamos viendo un claro aumento en la intensidad de la I+D en prácticamente todos los ámbitos. Biotecnología y Digitalización/TIC, son sectores que en estos últimos años están dando pasos agigantados en Innovación, tal y como reflejan los datos publicados por ASEBIO y AMETIC, respectivamente. Como miembros de ambas organizaciones nos encontramos cada día a empresas de estos sectores que tienen como área de mayor interés todo lo que rodea a la Innovación en Sostenibilidad y ESG. Casualmente, un eje clave en los Next Generation EU y criterio en muchas otras convocatorias de ayudas y subvenciones, o incluso en oportunidades de inversión privada. Como se puede ver, todo está interconectado.

-¿Cómo cambiará la economía española en los próximos años a través del I+D?

-Cómo cambiará no lo sé, pero cómo debería cambiar, sí podemos tenerlo claro: hacia a una economía financiera, digital y sosteniblemente reforzada, y también plenamente colaborativa entre sus empresas, organismos públicos y agentes de conocimiento. Bien por los retos de los distintos actores, bien por las soluciones de financiación de la I+D que hay a nivel público y privado, el aspecto de la colaboración es fundamental y espero que la Innovación acelere toda esta dimensión de trabajo en equipo, fomentando la transferencia tecnológica.

-¿A qué métodos de financiación pueden recurrir las empresas a día de hoy para invertir en innovación?

-El ámbito público cuenta con la superlativa novedad de los fondos Next Generation EU como financiación pública directa, sumándose a otras subvenciones y ayudas nacionales y regionales. Además, existen otros mecanismos que muchas empresas todavía desconocen, como son las bonificaciones a la Seguridad Social por personal Investigador en proyectos de Innovación o las deducciones fiscales por I+D+i. No obstante, no son la única opción, puesto que existe una herramienta que puede aportar financiación privada para proyectos de I+D: el Tax Equity o la Transferencia de Créditos Fiscales entre entidades. Nuestra experiencia nos muestra que este mecanismo de financiación es uno de los que mayor margen de crecimiento tiene para entidades intensivas en I+D que tengan problemas para acceder o aplicar los anteriormente nombrados.

-¿Cómo ayudáis a las empresas desde Ayming a apostar por la innovación?

-Aplicamos con nuestra propia metodología: “One Innovation”, que consiste en el mapeado y selección de los mejores incentivos y soluciones, según el momento de la compañía. Tenemos tres fases: orientación en el enfoque estratégico y modelo de negocio; financiación de la innovación para llevar a cabo cada proyecto; y la fase de transferencia tecnológica. En este punto, es interesante mencionar que también involucramos a la Administración Pública en la estrategia de la empresa y viceversa, trabajando la Compra Pública Innovadora y la Compra Pública Precomercial. Con “One Innovation” nuestros clientes aprovechan en cada momento de su organización las mejores oportunidades que tienen a su disposición. En el estudio pormenorizado de su estrategia general también en el de su Innovación, conseguimos el oportuno punto de encuentro.