El debate sobre la posible legalización del cannabis para usos medicinales, que se está estudiando en la subcomisión creada en el Congreso de los Diputados para analizar las experiencias de otros países, no deja de generar controversia. En la mañana de este viernes, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha aludido a la "alarma social" y la "preocupación" ante las iniciativas registradas para su legalización "promovidas por diversos grupos políticos de la izquierda" tanto de la Asamblea de Madrid como del Congreso. "Produce efectos muy negativos en la salud de las personas y de su entorno", enfatizó el consejero quien dijo que "nadie tenga ninguna duda de que Madrid va a dar la batalla contra las drogas".

La Consejería de Sanidad de Madrid ha ofrecido datos sobre el impacto del consumo de cannabis en la salud mental de los jóvenes. Acompañado por la directora general de Salud Pública, Elena Andradas, y la coordinadora de la Oficina Regional de Salud Mental y Adicciones, Mercedes Navío, el consejero, que remarcó que comparecía como la máxima autoridad sanitaria de la región, alertó "de los efectos adversos que produce el cannabis en la salud física y mental de las personas".

Desde el pasado 8 de marzo, la subcomisión del Congreso, que se ha reunido cinco veces, ha acogido comparecencias de 23 expertos de distintos países de la Unión Europea, así como de organismos médicos, farmacéuticos y asociaciones de pacientes. Sus miembros tienen ahora hasta finales de junio para acordar las conclusiones y decidir si se legaliza el cannabis con fines medicinales y en qué términos: qué tipos de productos se pueden prescribir, para qué pacientes y en qué dolencias, entre otros aspectos

Impacto en salud mental

Para arropar el rechazo frontal a esta iniciativa, Escudero ha dado a conocer datos asistenciales de la red sanitaria causados por el consumo de cannabis y su impacto en la salud mental, sobre todo en los más jóvenes: durante 2021, Madrid realizó 5.384 atenciones por consecuencias del consumo de cannabis, de las que 4.253 derivaron en ingresos hospitalarios. Asimismo, remarcó, el 95% de los menores de edad atendidos en centros de adicciones de la región presentaba algún tipo de problemas con esta sustancia.

Su legalización para uso medicinal "no solucionaría ninguna de las cuestiones que plantea para quienes la defienden", indicó Escudero

El consejero indicó que, por ello, "ni podemos ni debemos trivializar el consumo de cannabis, hacerlo nos llevaría a subestimar sus consecuencias. Provoca episodios de ansiedad, de pánico, síndromes psicóticos y su crónico se ha asociado a un mayor riesgo de esquizofrenia, de depresión y suicidio", apuntaló. Su legalización para uso medicinal, añadió, "no solucionaría ninguna de las cuestiones que plantea para quienes la defienden".

Citó países donde, como en Uruguay, Canadá y algunos estados de Estados Unidos el "mal llamado uso recreativo es legal" y se ha comprobado como la legalización ha ido asociada a una disminución de percepción del riesgo y un incremento del consumo en adultos y adolescentes. Además, indicó que no se ha conseguido suprimir el "mercado negro".

Datos de asistencia

Por su parte, Elena Andradas y Mercedes Navío expusieron algunos de los principales datos de ese impacto y pidieron no subestimar riesgos asociados al consumo de cannabis como la esquizofrenia, la autolesión intencional, la psicosis o incluso el suicidio, entre otros. Aportaron datos como que el Servicio Madrileño de Salud –SERMAS– realizó 5.384 atenciones en el año 2021 por consecuencias derivadas del cannabis, de las cuales, 4.253 requirieron ingreso hospitalarioDe ellas, 242 –con una media de edad de 28 años– se prolongaron más de 9 días y tenían patologías relacionadas con el consumo como diagnóstico principal, mientras que en 4.011 era secundario.

En Madrid, en 2021, 1.131 pacientes fueron tratados en el ámbito ambulatorio –334 menores de edad–, de los que 270 lo hicieron por abuso de sustancias, y 861 por presentar dependencia

Otros 1.131 pacientes fueron tratados en el ámbito ambulatorio –334 menores de edad–, de los que 270 lo hicieron por abuso de sustancias, y 861 por presentar dependencia. Además, el 95% de los menores de edad atendidos en centros de adicciones de la región presentaba algún tipo de problemas con esta sustancia. La región cuenta con 24 centros específicos de Atención Integral a Drogodependientes -CAID-, tanto para personas adultas como adolescentes.

Desde la Consejería de Sanidad recordaron que la sustancia y su resina están consideradas estupefacientes por la Organización de Naciones Unidas y tan sólo se permite su uso para investigación, mientras que su función terapéutica está limitada a los fármacos autorizados, cuya dispensación se realiza con receta médica.

Por otro lado, Elena Andradas aludió a la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES) del año 2021, elaborada por la Dirección General de Salud Pública para el Plan Nacional sobre Drogas, y realizada a estudiantes con edades comprendidas entre 14 y 18 años, que demuestra que su normalización y accesibilidad generaría un aumento del consumo, tal y como manifiestan el 19,4% de los alumnos madrileños que hasta el momento no la han probado, pero que lo harían en caso de que fuera legal.

Posicionamiento de las sociedades

Este mismo jueves, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) señalaba que "no debe banalizarse el consumo de esta droga ya que ocasiona daños graves a corto y largo plazo sobre el aparato respiratorio, cardiovascular y sistema nervioso central" y advertía que sus posibles usos terapéuticos "nada tienen que ver con el consumo recreativo de esta droga y deberían estar restringidos a un mínimo porcentaje de la población que cumpla unos criterios específicos".

Cannabis. EFE

"El cannabis es una droga que causa adicción, no inocua, con potencial para causar daños en el organismo a corto y medio plazo, como cáncer y afectación de los sistemas cardiovascular, respiratorio y sistema nervioso central, multiplicando por cinco el riesgo de psicosis" ha indicado la sociedad a través de un comunicado.

Para la sociedad científica es especialmente preocupante que los adolescentes, un grupo muy vulnerable, se inicie en el consumo recreativo de esta droga y augura: "lo más probable es que la regulación del cannabis fumado para usos terapéuticos aumentará la accesibilidad para adquirirlo y la aceptación social de esta droga, especialmente entre adolescentes".

"El cannabis es una droga que genera adicción asociada a efectos dañinos graves como trastornos cardíacos, cáncer y enfermedades psiquiátricas", apunta SEPAR

De hecho, apunta la SEPAR, en los últimos años, en nuestro país, ya se ha observado un incremento del consumo de cannabis y de sus derivados, solo o combinado con el tabaco. El cannabis, indica esta sociedad, es una droga "que genera adicción asociada a efectos dañinos graves como trastornos cardíacos, enfermedades broncopulmonares, cáncer y enfermedades psiquiátricas aumentando cinco veces el riesgo de desarrollar psicosis".

En adolescentes se relaciona con trastornos de memoria y aprendizaje, así como con trastornos emocionales, aumentando en jóvenes la posibilidad de desarrollar depresión, continúan. Se remiten a estudios que han demostrado un menor rendimiento escolar en adolescentes consumidores de esta droga. Además, un porcentaje significativo de los que la prueban acaba desarrollando dependencia, añaden.