La igualdad entre hombres y mujeres está presente en el texto de la futura ley audiovisual, aunque más como filosofía y declaración de intenciones que a través de medidas contundentes, cuotas ambiciosas o sanciones para acabar con el techo de cristal de las mujeres en el sector y erradicar el machismo de los mensajes audiovisuales.

El proyecto legislativo, que recibirá el visto bueno del Congreso de los Diputados el próximo jueves, deja en manos del sector audiovisual el garantizar el acceso y representación igualitaria de las mujeres, incluidos los puestos de responsabilidad, y la creación de publicidad no sexista y libre de estereotipos de género. Esta industria tendrá que autorregularse para conseguir esos objetivos.

"No hay voluntad política real"

La futura ley establece un porcentaje mínimo de financiación de obras audiovisuales dirigidas o creadas exclusivamente por mujeres, el 30 % de la cuantía dirigida a obras de productores independientes (que a su vez es un 70 % del total de la financiación audiovisual que tienen que garantizar televisiones y plataformas). Un porcentaje que las asociaciones de mujeres del sector audiovisual consideran insuficiente, pues las creadoras ya se están moviendo en esos números y necesitan más ambición para avanzar hacia un escenario más igualitario.

"Las medidas para la igualdad se han quedado muy cortas, son casi inexistentes en realidad. Las decisiones que se han tomado en el Congreso (sobre la ley audiovisual) nos ratifican que no hay una voluntad política real de que haya equidad entre hombres y mujeres", denuncia a El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, la cineasta y vicepresidenta de la asociación Dones Visuals, Carme Puche i Moré.

El disgusto también es grande en CIMA, Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales. "Estamos absolutamente decepcionadas. Este Gobierno no está a favor de la igualdad, nos había dicho que las mujeres íbamos a tener un 30 % en emisión, catálogo y producción, no sólo el 30 % en la financiación del cine independiente, que en realidad se convierte en un 21 %. Eso lo podemos conseguir nosotras sin cuotas, para eso no necesitamos cuotas", critica su presidenta, Cristina Andreu.

"Estamos estancadas en esas cifras desde hace tres años. De forma natural, ni la igualdad entre hombres y mujeres ni la equidad entre diversidades va a conseguirse", coincide Puche i Moré.

Desde el Congreso de los Diputados, la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, reconoce que se ha optado por una trasposición muy conservadora de la directiva europea, por quedarse en los "mínimos" en lugar de "ir más allá", y esto se vislumbra también en materia de igualdad.

"En una ley tan importante, el avance en cuanto a presencia de la mujer es mínimo. Lo que hace el audiovisual es crear referencias para toda la sociedad y que no se haya tenido en cuenta el cine producido, escrito o dirigido por mujeres no es un avance cuantitativo. La igualdad real se visibiliza a través de directoras y de guionistas, que son quienes crean esas referencias. Y este cine debería tener cuotas mucho más altas porque si no, no avanzamos. (...) La ley debería alentar que haya una discriminación positiva, cuotas mucho más fuertes", considera la diputada vasca.

Aizpurua considera que esta norma debería haber abordado además "el agujero negro" de la financiación de series, contenidos televisivos y videojuegos creados por mujeres, no solamente el cine. A su juicio, ha habido "cierta debilidad institucional y política ante el poderío de plataformas y operadores del sector privado".

Distinta opinión del proyecto tiene la diputada socialista Begoña Nasarre, quien defiende que la ley va a suponer un avance en materia de igualdad, pues se pasa de "no tener nada" a establecer unas cuotas mínimas y a abordar que los contenidos no pueden atentar contra la dignidad de la mujer.

"La ley audiovisual necesita cuotas, no se dan cuenta de que lo audiovisual es lo que cambia los referentes. Si los hombres no conocen el punto de vista de las mujeres, esto no va a cambiar", lamenta la presidenta de CIMA.

Contra los estereotipos machistas

La ley incluye algunas medidas encaminadas a promover la igualdad en el sector audiovisual y a erradicar estereotipos machistas y sexistas de los contenidos que éste produzca, si bien no van acompañadas de mecanismos de control y sanción.

Por ejemplo, en su artículo sexto, establece que la comunicación audiovisual transmitirá una imagen igualitaria y no discriminatoria de mujeres y hombres y que no favorecerá situaciones de discriminación por razón de sexo, desigualdad de las mujeres o que inciten a la violencia sexual o de género. Pero acto seguido atribuye a la autorregulación del sector la consecución de estos objetivos: cumplir la legislación en materia de igualdad que garantice un acceso y representación igualitaria de las mujeres en el sector audiovisual y que los anuncios no sean sexistas y estén libres de estereotipos de género.

En el ámbito publicitario, prohibirá los anuncios que utilicen la imagen de las mujeres con carácter vejatorio o discriminatorio, así como la publicidad de bebidas alcohólicas que dé la impresión de que su consumo contribuye al éxito sexual o social.

Sin embargo, tan sólo estimará como "infracción muy grave" la emisión de contenidos audiovisuales que "de forma manifiesta favorezcan situaciones de desigualdad de las mujeres o que inciten a la violencia sexual o de género".

Entre las medidas que pretenden impulsar la igualdad está la promoción a nivel estatal y autonómico de códigos de conducta para proteger a los usuarios de contenidos que atenten contra la dignidad de la mujer o fomenten valores sexistas, discriminatorios o estereotipados y de contenidos con violencia gratuita y pornografía.

Y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tendrá que elaborar cada año un informe sobre la representación de las mujeres en los programas y contenidos audiovisuales emitidos por prestadores estatales, con especial atención a su representación en noticiarios, programas de contenido informativo de actualidad y anuncios.

La socialista Nasarre reconoce que las sanciones son necesarias para avanzar hacia la igualdad con mayor rapidez, pero opina que la autorregulación supondrá un avance y que la sociedad responderá sancionando aquellas actuaciones de la industria audiovisual que vayan contra las mujeres.

Desde CIMA se pone el acento en el hecho de que en España no exista un Consejo de lo Audiovisual, como hay en casi todos los países de la UE, que es el que vela por las medidas de igualdad. Aizpurua coincide en que la ley debería haberlo creado para no dejar estas cuestiones en manos de la CNMC.

"Se proponen cosas a nivel enunciativo, pero es un problema estructural dejarlo todo en manos del organismo regulador, que está pensado para la competencia en términos económicos y no tiene capacidad para controlar este tipo de cuestiones sociales", precisa la diputada vasca.

Un imaginario de desigualdad

La profesora especialista en comunicación y género de la Universidad Complutense de Madrid Cristina Mateos indica que "va a costar muchísimo incorporar los derechos de las mujeres al marco audiovisual porque es un marco de privilegios masculinos, un sector y un ámbito de poder históricamente manejado por hombres".

"Creo que la futura ley hace avances, se nota que permea en ella la igualdad, hace una mayor apuesta (...) Pero es poco contundente en sus medidas. Es una ley alineada con las grandes suministradoras de contenidos, con el capital, no con valores democráticos como la igualdad. Las cuotas son necesarias y tienen que explicitarse en la ley. Todo lo que tiene dinero público exige una cuota de igualdad, todo lo que tiene que ver con la igualdad necesita llevar sanciones y una regulación cara y contundente de contenidos, si no, no hay avances", enfatiza la profesora universitaria.

Mateos califica de "vergüenza" los estereotipos de género que se reproducen en las series nacionales, con altas dosis de violencia gratuita y sistemática, con papeles femeninos que reproducen prejuicios y estereotipos y eso, señala, "está creando un imaginario colectivo en máxima audiencia, configurando las relaciones, quiénes somos".

En este sentido, Puche i Moré considera un "escándalo que los estereotipos se sigan promocionando hasta el infinito" y pide no olvidar que niños y niñas conforman el mundo a través de los mensajes audiovisuales.

La experta universitaria también critica que la ley no incluya medidas de formación en igualdad para las universidades y escuelas de cine y producción audiovisual.