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Alerta sanitaria

El protocolo nacional impide a Canarias certificar por sí misma los casos de viruela del mono

Aunque los laboratorios isleños están preparados para ello, las muestras deben enviarse a Madrid para evitar "variabilidad de criterios" | La ULL insiste en que dispone del equipamiento y capacidades técnicas necesarias para procesar muestras sospechosas

Una investigadora manipula una muestra en la unidad de microbiología de uno de los hospitales de las Islas. ANDRÉS GUTIÉRREZ

El protocolo nacional instaurado por el Ministerio de Sanidad para gestionar la alerta por viruela de los monos (monkeypox) está encorsetando la capacidad diagnóstica de Canarias e impidiéndole certificar por sí misma el diagnóstico de los sospechosos, pese a que sus laboratorios estén preparados para hacer frente a la nueva alerta sanitaria.

La Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta requirió este pasado viernes a todas las comunidades autónomas la necesidad de centralizar el diagnóstico de viruela de los monos a través del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Se trata de una situación similar a la que ocurrió con el SARS-CoV-2 en los primeros meses de expansión de la covid por Europa. De esta manera, según ha explicado la Consejería de Sanidad, se evita la "variabilidad de criterios" a la hora de diagnosticar los casos alrededor de España. Sin embargo, el centralismo está causando retrasos en el diagnóstico de hasta cuatro días, cuando los laboratorios autonómicos podrían tener los resultados en apenas unas horas. 

Esto causa un retraso en toda la cadena de control epidemiológico, dado que el seguimiento de los casos estrechos - y por tanto las recomendaciones de abstención sexual durante 21 días- , según el propio protocolo del Ministerio de Sanidad, sólo se realizará una vez se confirme el diagnóstico positivo del paciente ‘cero’. Sin un diagnóstico claro, las autoridades sanitarias se limitarán a buscar e identificar esos posibles contactos, sin establecer aún una comunicación formal con ellos. 

En estos momentos Canarias cuenta con un caso confirmado de viruela del mono, otros dos sospechosos (identificados en Tenerife y Fuerteventura) y tres probables. El protocolo del Ministerio de Sanidad clasifica los casos entre probables y sospechosos dependiendo de si el paciente reúne criterios clínicos y criterios epidemiológicos (casos probables) o si sólo presenta criterios clínicos y en tal caso se considera caso sospechoso.

Además del tiempo de procesado de la muestra, la centralización del diagnóstico también está provocando un nivel alto de sobrecarga en el personal del ISCIII, que además de realizar las PCR de todos los casos sospechosos de España - que hoy en día se elevan a 59 - , está obligado a secuenciar cada una de las muestras. No obstante, esta situación podría cambiar en unas semanas si los casos crecieran en todas las comunidades autónomas. En Canarias, la mayoría de laboratorios y centros de microbiología se está preparando para esta posibilidad, como son los del Hospital Doctor Negrín (Gran Canaria) y del Hospital de La Candelaria (Tenerife).

En esta tesitura también se encuentra el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, dependiente de la Universidad de La Laguna, que ya ha solicitado los test específicos para poder detectar viruela de los monos. El Instituto es un centro adscrito a la Red de Laboratorios de Alerta Biológica (Re-Lab), cuyo cometido es identificar patógenos susceptibles de crear una alerta biológica, como puede ser la viruela del mono. Por esta razón, el Instituto "dispone del equipamiento y capacidades técnicas necesarias para procesar muestras sospechosas de este patógeno y realizar su diagnóstico", como explica el vicerrector de investigación de la ULL, Ernesto Pereda. El Instituto cuenta con el equipamiento específico para hacer frente a la alerta porque entre los centros de la Red se transfiere la tecnología adecuada para poder realizar dicha vigilancia. "Podemos ayudar porque tenemos los medios materiales, humanos y el protocolo a seguir", resalta Pereda.

Aislamiento hasta que las lesiones desaparezcan

El protocolo también incide en las medidas de control que se deben llevar a cabo en los pacientes confirmados o en investigación (con sospecha), dado que deben permanecer aislados y bajo vigilancia hasta que todas las lesiones desaparezca. En el protocolo impone medidas estándar, como el aislamiento en una habitación o área separada de los convivientes hasta que las lesiones hayan desaparecido, utilizar mascarilla cuando se presenten síntomas respiratorios, no abandonar el domicilio (salvo si necesita asistencia médica), una adecuada higiene de manos después del contacto con personas infectados y evitar el contacto con los animales, ya sean domésticos o silvestres.

Los contactos estrechos tendrán que controlar su temperatura corporal una vez al día durante 21 días, pero no tendrán que realizar cuarentena. Sí deberán seguir unas recomendaciones como utilizar mascarilla, reducir los contactos, incluyendo los sexuales. Además, si en esa ventana temporal presenta fiebre o cualquier otro síntoma compatible con la viruela del mono, tendrá que contactar de forma urgente con el responsable del seguimiento.

Se establecen, asimismo, medidas de control ambiental, como lavar la ropa de cama y las toallas con agua caliente (a 60 grados) y detergente, y tener cuidado a la hora de manipular la ropa sucia, evitando sacudirla, porque podría dispersar partículas infecciosas. Los platos y otros utensilios para comer no deben compartirse y deben lavarse con agua caliente y jabón.

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