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Baleares

Habla el padre que ayudó a su mujer a parir en casa en Ibiza: “Salió en cinco minutos y rasgué la bolsa con las uñas para que respirara”

El padre de la pequeña Aymara asistió el parto de su mujer en casa al no llegar al hospital

El padre de la pequeña Aymara asistió el parto de su mujer en casa al no llegar al hospital.

Reyna Ogando salió a la calle en la tarde del miércoles sin saber lo que le esperaba al llegar a casa. En dos días [mañana] salía de cuentas y nada hacía presagiar que el parto se adelantara. Pero la vida es caprichosa y Reyna empezó a sentir un dolor muy fuerte poco antes de las diez de la noche. “Se agitaba y gritaba; eran síntomas de que iba a parir ya”, explica su marido Wilson Macas a las puertas del Hospital Can Misses (Ibiza), donde la madre y la niña se encuentran en observación. Él, sin saberlo, iba a ser el artífice de que la pequeña Aymara llegara al mundo solo cinco minutos después.

Con esa situación y sin saber exactamente cómo ayudar a su mujer, que se retorcía de dolor, llamó al 061 y les contó lo que pasaba. “Me dijeron que, si estaba acostada, la ayudara hasta que llegara la ambulancia”. Y colgó el teléfono. Solo cinco minutos después vio cómo salía la cabeza de la criatura y volvió a llamar. “En ese momento solo había gritos y mis otros dos hijos [uno de ellos de otra relación] venían todo el tiempo a la habitación”, apuntó Macas.

Estaba asistiendo el parto de su mujer pendiente, además, de dos niños de tres y siete años. Los nervios estaban justificados. “Les dije que se abrazaran entre ellos, que yo no podía atenderles”; ni siquiera podía escuchar lo que los sanitarios del 061 decían al otro lado del teléfono. Y, en un abrir y cerrar de ojos, Aymara ya estaba fuera. “Salió como un escupitajo y sin romper la bolsa”, recordó el padre, que tuvo que rasgarla con las uñas para que respirara porque “no tenía nada más”. Y acostó a la bebé en el pecho de su madre.

En ese momento, apenas diez minutos después de la primera llamada, sonó el timbre. Eran los profesionales del SAMU 061. Abrió rápidamente la puerta y volvió a la habitación. “Me di cuenta de que a la niña le costaba respirar, estaba poniéndose de color morado”, explica Macas. Reaccionó como solo lo hacen quienes no tienen margen de maniobra y le desenroscó el cordón umbilical del cuello. Aymara empezó a coger aire y, con ella, sus padres también.

Con los sanitarios ya en su casa, llegó la sensación de alivio. “Grité, me apoyé en la pared y dije: ya están los médicos aquí, puedo estar tranquilo”. Tranquilo y orgulloso. Todo había salido a pedir de boca. Su mujer y su hija estaban bien y eso era lo más importante.

Sobre las 23.45 horas del miércoles, Reyna y Aymara ingresaron en Can Misses tras ser trasladadas por el SAMU 061. Es el segundo parto de Reyna en Ibiza, con la diferencia de que uno duró ocho horas en Can Misses y el otro apenas cinco minutos en su casa. “Mi mujer prefiere un parto corto”, dice Macas, “pero yo digo que no sea en casa”, añade entre risas.

Aymara pesó 3,120 gramos y se encuentra en perfecto estado. Con apenas dos días de vida, ella todavía no sabe la experiencia que ha supuesto para sus padres y para sus hermanos su nacimiento. “Mis hijos solo me decían que tenía mucha sangre en la ropa”, recordó el padre. “Pero les pregunté si tenían miedo y me dijeron que no”. Aymara tampoco sabe que su nombre, por casualidad o causalidad, cuenta mucho de esta historia, que ella conocerá cuando tenga uso de razón. “Es de origen inca porque quería representar algo de lo que soy, de dónde vengo (él es de Ecuador y la mujer de Santo Domingo). Significa algo así como renacer y quería que su nombre estuviera relacionado con mi madre, que falleció hace cuatro años”, cuenta.

Samu 061

En el momento en el que el SAMU 061 recibe la llamada, se activa una ambulancia medicalizada, con médico, enfermera y técnico, para que se desplace al domicilio. Una de las sanitarias que atendió a Aymara y a Reyna fue Estrella Leal, que también estuvo presente en el parto extrahospitalario del 11 de enero.

"Esperamos un rato a que la mamá se recuperara por las contracciones tan rápidas que había tenido y las trasladamos al hospital", dijo. Pero, para ella, el mérito lo tiene el centro coordinador de Palma. "Ellos son los que atendieron el servicio sin ver a la madre".

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