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Aspirantes mallorquines a la más alta cocina

Nicolás Galindo, Bryan Antonio Hernany y Alberto Pujol ultiman sus platos para ganar el concurso organizado por Le Cordon Bleu Madrid

Alberto Pujol, también de Esment Escola Professional, trabajando. Esment

Nicolás Galindo, Bryan Antonio Hernany y Alberto Pujol, tres jóvenes estudiantes de Mallorca seleccionados para el Premio Promesas de Alta Cocina, organizado por Le Cordon Bleu Madrid, están perfeccionando el plato que deben presentar a este prestigioso certamen para conseguir ser uno de los diez finalistas y optar a las becas y más formación. Para ellos es un sueño ya estar entre los 50 seleccionados, entre los que también hay otro balear, Adrià Olives, actualmente alumno de la Escuela de Hostelería de Leioa, en Vizcaya.

Nicolás Galindo, de la Escola d’Hoteleria de les Illes Balears, decidió que se presentaría a este premio de Le Cordon Bleu el año pasado, cuando estaba ayudando a prepararse a una compañera de estudios que llegó hasta la final. «Me empezó a interesar el concurso, lo que era la escuela y lo que podía significar para mí», cuenta el alumno de la especialidad de Restauración y Cocina. Estos días sigue haciendo pruebas sobre el plato que les exige presentar la organización del concurso: Paupiette de salmón rellena con langostinos, pasta fresca estampada y beurre blanc. Cada aspirante debe introducir algún producto local en la guarnición, explica Galindo. Él ha decidido utilizar producto de Mallorca en toda la receta y, como acompañamiento, la zanahoria morada. Este joven se aficionó a la cocina de pequeño viendo en televisión a los chefs Anthony Bourdain y Gordon Ramsay: «Era adicto a los programas y jugaba en casa», recuerda. Hasta que de ser una afición, la cocina se convirtió en su «profesión y vida».

Nicolás Galindo, de la Escola d’Hoteleria. N.G.

A finales de este mes, cada aspirante deberá haber enviado un vídeo a Le Cordon Bleu Madrid con la elaboración de la receta. Según las votaciones que consigan, entrarán en la final. El ganador obtendrá una beca de más de 23.000 euros y el segundo clasificado, una de 8.000. Además, en esta décima edición, el resto de finalistas tendrá una ayuda de 2.000 euros para cursar cualquiera de sus programas de cocina.

«Solo con el hecho de que me seleccionen para la final ya sería muchísimo», asegura Galindo.

Esment Escola Professional tiene a dos alumnos de último curso de Cocina de formación dual seleccionados: Bryan Antonio Hernany y Alberto Pujol, «jóvenes predispuestos para aprender y con una implicación brutal», según destaca el profesor José Lomas. «Lo importante son las puertas que se les van a abrir», destaca de lo que les supondría ganar la final.

Conseguir una de las becas, «sería increíble, porque por mi situación económica no me puedo permitir estudiar en esa universidad ni en ninguna otra de la península», declara Alberto Pujol, uno de los dos alumnos de Esment seleccionados por Le Cordon Bleu. Para lograrlo, el joven está dedicando todo su tiempo libre a investigar, a buscar ideas que aplicar al plato, «para intentar sorprender», y en el que ha decidido que utilizará la remolacha para la guarnición, «porque es un sabor como muy terroso, diferente al sabor del salmón».

Su amor por la cocina se despertó de niño, pasando los veranos con su abuela y viéndola cocinar. «Como lo que ella cocinaba me producía satisfacción, yo también quise poder dar esa satisfacción», recuerda.

El tercer estudiante de Mallorca seleccionado, Bryan Antonio Hernany, también se remonta a su niñez al hablar de su pasión por la cocina. Originario de Bolivia, de niño empezó a ayudar en el restaurante que tenían sus abuelos, pelando patatas, zanahorias... Con 9 años ya cocinaba algún arroz, ensaladas, verduras, que daba a probar a sus primos. «Descubrí la sensación de que cocinando era feliz», señala. Con 14 años llegó a Mallorca y poco a poco fue probando la gastronomía de aquí. «Me encantó», asegura.

En la receta que presentará incluirá una hierba aromática de Bolivia «que aquí no se conoce», para rendir homenaje a sus raíces.

Ganar el premio «sería un sueño cumplido», afirma. «Por lo poco que conozco de gente cocinera latinoamericana, no hay mucho reconocimiento, por eso sería un gran logro dar a conocer de dónde vengo», expresa este joven, quien desea seguir formándose, sobre todo en alguna cocina con estrella Michelin.

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