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Crisis del coronavirus

Los psicólogos alertan contra una vuelta al cole semipresencial para los adolescentes

La Comunidad de Madrid estudia la medida para alumnos de ESO y Bachillerato

El nuevo plan antidroga pretende retrasar al máximo la edad de inicio en el consumo entre jóvenes.

La Comunidad de Madrid valora estos días, a raíz de la sexta ola de la pandemia, acelerada con la variante ómicron, una vuelta al cole semipresencial para los alumnos de ESO y Bachillerato. Una medida que de aprobarse afectará a uno de los colectivos, los adolescentes, más golpeados por el aislamiento social. Los psicólogos consultados por El Periódico de Catalunya alertan contra esta opción, que consideran que no tiene "ningún sentido" desde el punto de vista de contención del coronavirus y sí tendrá afectaciones en la ya tocada salud mental de estos jóvenes.

"No tiene ningún sentido desde el punto de vista de la prevención volver a aislar a los adolescentes, que además están vacunados. No me parece una buena idea", sentencia José Ramón Ubieto, psicólogo clínico y psicoanalista, profesor de la UOC y autor de 'El mundo poscovid. Entre la presencia y lo virtual'. Subraya que la pandemia, y el distanciamiento social que ha comportado, ha dejado una afectación importante, "especialmente en los adolescentes, que son los más vulnerables a esa situación de distanciamiento, de estar sin contacto con sus iguales". Recuerda Ubieto la esencia de esta etapa: "los jóvenes necesitan contacto físico en su día a día, tocarse, abrazarse, verse, empujarse..." y avisa de que "suprimir eso, aunque sea parcialmente, supone problemas".

Problemas no logísticos para las familias, porque está claro, y de ello son conscientes las autoridades sanitarias, que dejar a un adolescente solo supone una afectación menor que dejar, cosa imposible, a niños solos. Los problemas tienen que ver con el estado anímico y la salud mental de estos jóvenes. "Cuando están solos, se quedan solos con sus pensamientos, sus dudas, sus temores, sus fantasías", apunta Ubieto, al margen del aumento de tiempo frente a las pantallas. Y ello puede dar pie a autolesiones, a pensamientos suicidas o a trastornos de la conducta alimentaria. Todos ellos fenómenos al alza entre este colectivo a raíz de la pandemia. En cambio, cuando están en grupo, "esos temores pasan rápido".

Alteración de la rutina

"¿Qué hace un adolescente encerrado en casa? Perder la rutina, cosa que aumenta el riesgo de problemas de salud mental, de bajada del rendimiento escolar y de desigualdades", señala Èlia Sasot, jefa de Psicología Infantil y Adolescencia de la Unidad de Paidopsiquiatría del Centro Médico Teknon. Subraya que no todos los padres pueden teletrabajar y marcar de cerca a su hijo adolescente. Tampoco los profesores, que no pueden controlar si el alumno apaga la cámara del ordenador y se dedica a otras actividades de ocio en lugar de seguir la clase. "Con la semipresencialidad se les pide a los adolescentes, la mayoría de los cuales no están maduros, que se autogestionen como si fueran universitarios. Muchos no están preparados para eso", añade.

"El acompañamiento adulto a los adolescentes es muy importante. Claro que pueden quedarse solos, pero no es la mejor situación que estén sin horarios ni referentes", señala Gemma Altell, psicóloga social y codirectora de G360, que lamenta que en la lucha contra el virus se siga "estigmatizando y culpabilizando" a los jóvenes. "Señalamos a los jóvenes como propagadores cuando los adultos llenamos los transportes públicos, salimos a comer o cenar fuera y no pasa nada. Es una hipocresía social adultocéntrica", denuncia.

"Cualquier interferencia en la vida normal de los jóvenes se debería valorar con cuidado porque tiene una afectación directa en su salud mental", afirma, por su parte, Roger Ballescà, coordinador de Comité de infancia y adolescencia del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya. Desde el colegio, que ha visto cómo con la pandemia han aumentado el número y la gravedad de los trastornos mentales, valoran que la salud mental haya entrado en la ecuación de las administraciones a la hora de sopesar las medidas para combatir el covid. "La salud física primero y la mental después deberían estar por encima de las consideraciones económicas", defiende Ballescà, que apunta que "Madrid ha aplicado pocas restricciones a la economía. No tiene sentido no restringir eso y en cambio limitar la escolarización, que es un derecho de la infancia y la adolescencia". "Mantener la escuela presencial es una buena medida para los más pequeños y también para los adolescentes, que además ya están vacunados. No entiendo la diferenciación", añade Altell.

Etapa clave

Ballescà destaca que el aislamiento impacta en un momento clave de la adolescencia, la etapa de las relaciones interpersonales, del acceso a la autonomía y a la vida adulta y de formación personal. Sasot abunda que el impacto es aún mayor en jóvenes que ya tienen problemas de sociabilidad, para establecer vínculos afectivos, de asertividad o de autocontrol. "El aislamiento retrasa el desarrollo de las habilidades sociales, y en personas que ya tienen dificultades en este punto, el problema es peor", insiste.

Ya lo están viendo en las consultas y en las urgencias hospitalarias: "Han aumentado los casos de todo tipo; de depresión, de ansiedad, están más apáticos, han perdido interés por las cosas, tienen miedo a salir a la calle. Los casos son más graves, la sintomatología es más intensa y los tratamientos son más largos", relata.

En la misma línea, Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Política de Save the Children, subraya que "la pandemia ya ha causado estragos en la salud mental" de niños y adolescentes. Este oenegé tiene la certeza de que el cierre de colegios podría agravar el problema. "No sería justo que la infancia pagara las consecuencias de la relajación de las restricciones por la Navidad. El cierre de centros educativos debe ser el último recurso y una medida casi excepcional", reitera, en línea con lo que defienden asociaciones de pediatría y organismos como la OMS o Unicef.

Aumento de los trastornos

Los datos corroboran este análisis: los trastornos mentales han aumentado del 1% al 3% en menores de entre 4 y 14 años y del 4% al 7% en el caso de los trastornos de conducta, en comparación con los últimos datos oficiales de 2017, según el informe de Save the Children 'Crecer Saludable(mente)'. En 2020 se suicidaron 61 menores en España y un 3% de los niños y adolescentes ha tenido pensamientos suicidas este año, . Según el mismo informe, Catalunya, Madrid y Galicia son, por este orden, las comunidades donde las cifras son peores.

En Catalunya, las tentativas de suicidio en menores de 18 años han aumentado un 27% en 2020 con respecto a 2019, según el Codi Risc de Suïcidi de la Conselleria de Salut. Además, la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB) ha pasado de atender unos 2.000 casos anuales en 2019 a atender más de 5.000 tanto en 2020 como en 2021. En los hospitales catalanes, los ingresos han aumentado un 20%. Unicef, en su informe anual sobre la situación de la infancia en el mundo, y que se centró en la salud mental, señalaba que más de uno de cada siete adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo tiene un problema de salud mental diagnosticado y casi 46.000 adolescentes se suicidan cada año.

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid --única autonomía por el momento que ha planteado la semipresencialidad en ESO y Bachillerato--, Enrique Ruiz Escudero, ha señalado que aún no hay ninguna decisión tomada, y que eso se hará "lo más cerca posible del 10 de enero". Este martes 4 de enero, la Moncloa acogerá una reunión de los ministros de Educación y Sanidad con todos los consejeros autonómicos para abordar cómo debe ser la vuelta al cole tras las vacaciones de Navidad. Los sindicatos de maestros reclaman que se hagan PCR y test de antígenos a profesores y alumnos para garantizar un regreso seguro a las aulas.

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