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Televisión | A la amante del rey emérito le pagó la TV pública

Bárbara Rey.

Es difícil que uno que ha sido jefe de los espías (director del CNI) se transforme de pronto en barítono y se ponga a cantar el Rigoletto. Pero alguna estrofa interesante le ha podido sacar Gonzo (Salvados, La Sexta) a Alberto Saiz, que fue director del CNI de 2004 a 2009.

De las alegrías bragueteras del rey emérito, cesante o dimitido, en concreto sobre Corinna, ha dicho muy poquito: que el único interés de esta señora era hacer negocios, que el CNI no financiaba su seguridad con dinero público y que era una mujer muy peligrosa para la Monarquía.

Y Gonzo, maravillado, lanzó entonces esta pregunta: «¿Era más peligrosa Corinna o el peligroso de verdad era el Rey [Juan Carlos I]?». ¡Ah! Se quedó tieso el jefe de los espías. Balbuceó un «no, no...» pero la pregunta fue oportuna. En efecto, visto lo visto, parece que el gran enemigo de la Monarquía ha sido el propio rey dimitido.

Sobre otra famosa amante regia, Bárbara Rey, advirtió Gonzo de que para que se estuviera callada se le pagaron 25 millones de pesetas a través de TVE, y luego otros 600 millones a lo largo de 10 años. El jefe de los espías, sobre este caso, dijo: «Había un chantaje encima de la mesa, sí» y añadió que «a la susodicha persona» se le facilitaron contratos en televisiones autonómicas, citando en concreto la televisión de Valencia.

Hombre, este tema es muy bonito. Demuestra lo muy útiles que pueden llegar a ser las teles públicas. Meses atrás, cuando se detuvo al exventrílocuo José Luis Moreno, se supo que a través de sociedades paralelas usaba sus contratos con TVE para sus chanchullos.

También hemos visto cómo la política se sirve de su control de las teles públicas para retribuir a sus monaguillos, voceros y activistas, poniéndoles programas o contratándoles para que hagan el agitprop desde tertulias. Que ahora hasta un director del CNI advierta de que los polvos regios se financian también a través de la televisión pública refleja lo podridito que está el telehipódromo público.

Las confesiones de los jefes de los espías están de actualidad. Los papeles de Manglano, otro famoso director del CNI (1981-1995), ya fallecido, están dando mucho de sí. Hace un mes Iker Jiménez entrevistó en Cuarto Milenio a Jorge Dezcallar, que estuvo al frente del CNI entre 2002 y 2004. Dezcallar hizo buena la advertencia que les hacía al principio: un jefe de los espías no es un barítono. No canta ni en un karaoke. Sobre el CNI, Dezcallar no dijo ni pío.

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