Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crisis del coronavirus

Ómicron: lo que se sabe y lo que aún se desconoce

Los científicos trabajan para despejar las incógnitas que encierra la nueva variante, que de momento son más que las certezas

Qué sabemos y qué no sabemos de Ómicron, la nueva variante sudafricana

Qué sabemos y qué no sabemos de Ómicron, la nueva variante sudafricana

Para ver este vídeo suscríbete a Diario de Mallorca o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Qué sabemos y qué no sabemos de Ómicron, la nueva variante sudafricana Rafa López

¿Por qué es preocupante la variante ómicron?

Se sospecha que puede tener mayor capacidad para reinfectar a personas inmunizadas, ya sea por la vacuna o por una infección previa. Debido al gran número de mutaciones (32) que tiene en la proteína S, la que utiliza el SARS-CoV-2 para entrar en las células, se teme que sea reconocida en menor medida por los anticuerpos neutralizantes. De esas 32 mutaciones de la proteína espícula (más del doble que el máximo detectado hasta ahora), nueve aparecen en otras variantes de preocupación, como la mutación E484K, asociada a evasión de inmunidad y presente en las variantes beta (la anterior “sudafricana”); y la gamma, que causó una grave onda epidémica en Manaos, Brasil, donde se cree que se produjeron miles de reinfecciones. Otras mutaciones afectan a la unión al receptor celular ACE2 y podrían influir en su capacidad de infectar. Con todo, aunque la proteína S cambie mucho y se pueda perder la respuesta de los anticuerpos, tenemos también células T, capaces de reconocer muchas más zonas de la proteína S que las que han mutado. (1) (5) (6) (7) (8)

¿Es más contagiosa que la variante delta?

La OMS aseguró el domingo que no está claro si ómicron se transmite más fácilmente de persona a persona en comparación con otras variantes, incluida la delta, la más transmisible y la dominante ahora. Los casos han aumentado en las áreas de Sudáfrica afectadas por esta variante, pero se están realizando estudios epidemiológicos para averiguar si se debe a ómicron o a otros factores, como podría ser el “efecto fundador” –un entorno de pocos casos en los que no hay competencia fuerte de otras variantes– o algún evento de superpropagación. (1)

¿Por qué se llama ómicron y no nu?

La OMS se ha saltado dos letras del alfabeto griego, nu y xi. Nu se descartó porque se pronuncia en inglés como “new” (nuevo) y se podía confundir con esa palabra. Y Xi es un apellido muy común en China (1). De hecho es el apellido del actual presidente chino, Xi Jinping. Las normas de la OMS recomiendan evitar “causar ofensa a cualquier grupo cultural, social, nacional, regional, profesional o ético”. A todo esto hay que añadir que es mucho más fácil googlear un nombre como “ómicron” que las denominaciones “nu” o “xi”. (1)

¿Qué virulencia tiene?

No se sabe. Si, como aseguran en Sudáfrica, el gran aumento de prevalencia de ómicron en Sudáfrica no está produciendo un gran repunte de la hospitalización y la mortalidad allí, quizá podría ser menos virulenta que las variantes anteriores. Pero está pendiente de estudio. Al contrario de lo que se suele decir, los virus no necesariamente evolucionan hacia una menor virulencia (no ha ocurrido con los del sida, la gripe y la polio, por ejemplo). Tampoco una menor letalidad sería una ventaja evolutiva en el SARS-CoV-2, ya que este virus mata semanas después de acabar la transmisión. (2) (3) (6).

¿La detectan las PCR?

Sí. Al tener ómicron una mutación determinada en la proteína S –la deleción 69/70–, la utilización de un kit PCR determinado, el mismo que sirvió para detectar la variante alfa (británica) hace un año, podría servir para determinar sospecha de ómicron antes de proceder a la secuenciación genética. (1)

¿Pueden incrementarse a la vez la evasión de inmunidad y la transmisibilidad?

Hasta ahora, algunas variantes (beta, gamma, mu) han eludido mejor la inmunidad del huésped, mientras que otras (alfa y delta) han tenido más capacidad para replicarse e infectar. Ninguna ha tenido esas dos cualidades al máximo. Puede que su capacidad de reinfectar vaya en detrimento de su habilidad para replicarse, por lo que causaría síntomas menos severos, pero también cabe la posibilidad de que reúna ambos “superpoderes”. Con suerte, ómicron podría incluso replicarse preferentemente en las vías respiratorias superiores, donde hay menor inmunidad inducida por las vacunas. Es preciso comprobarlo. (7)

¿Todas las mutaciones del virus le confieren ventaja?

No. Algunas mutaciones tienen una función compensatoria, estabilizan la estructura de la proteína para contrarrestar la desestabilización que producen las mutaciones (4) (5).

¿Sirven las vacunas actuales?

Todas las vacunas son eficaces, sobre todo para reducir los síntomas graves y muertes. Siempre va a ser mucho mejor estar vacunado. Se estudia el impacto de esta variante en las vacunas. La directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, la gallega María Jesús Lamas, aseguró ayer que España tiene aseguradas dosis de las vacunas si hubiera que actualizarlas. Los acuerdos suscritos de adquisición de vacunas firmados por la Comisión Europea con Pfizer y Moderna ya “contemplan la posibilidad de fabricar vacunas adaptadas a la variante que se les indique en un plazo de 100 días” y, de hecho, ya están trabajando en ello. (1) (8)

¿Podría ser todo una falsa alarma?

Puede que la variante termine no siendo problemática, pero hay que vigilarla. Como dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, conviene “esperar lo mejor pero prepararse para la peor”.

Fuentes: (1) Organización Mundial de la Salud. (2) Carl Bergstrom, biólogo teórico y evolutivo, Universidad de Washington en Seattle (EE UU). (3) Michael Mina, epidemiólogo, inmunólogo y médico, U. de Harvard (EE UU). (4) Miguel Ángel Jiménez Clavero, virólogo y profesor de investigación del CISA. (5) Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra (6). Equipo sudafricano que describió por primera vez la nueva variante (prof. Wolfgang Preiser et al. en The Conversation) (7). Francois Balloux, profesor de biología computacional, University College, Londres. (8). África González, catedrática de Inmunología de la UVigo y CINBIO.

Compartir el artículo

stats