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Antropología

Descubren 340 tumbas y cientos de cuerpos en el cementerio medieval de la iglesia de la Santa Cruz de Valencia

El análisis patológico de los cadáveres revela muertes por artrosis, infecciones y trepanaciones - Constata la elevada mortalidad infantil y una baja esperanza de vida que iría de 21 a 30 años

Sacan 340 tumbas y cientos de cuerpos del cementerio medieval de la iglesia de la Santa Cruz.

La excavación del cementerio de la desaparecida iglesia de la Santa Cruz de Valencia ha permitido sacar 340 tumbas, muchas de ellas con más de un cadáver, y hacer un análisis antropológico a los restos encontrados, según el cual las enfermedades infecciosas, la artrosis y la desnutrición fueron las principales causas de mortalidad entre la población en los siglos que estuvo operativo el recinto, del XIII al XIX. Así lo explica el informe elaborado por la Sección de Arqueología del Ayuntamiento de València, que destaca que entre los restos hallados en este cementerio del barrio del Carmen se han documentado prácticas quirúrgicas como la perforación o trepanación del cráneo.

Así se aprecia en el cráneo de una mujer joven que presenta dos orificios en su parietal izquierdo que no muestran signos de recuperación. Se tiene constancia, explica el informe arqueológico, de este tipo de cirugías desde antiguo que eran recomendadas para afecciones como las migrañas, la epilepsia y el tratamiento de fracturas craneales, pero que también se hacían con fines esotéricos, para curar maldiciones o expulsar espíritus malignos. Como sea, la joven con la doble trepanación enterrada en la Santa Cruz «no sobrevivió, lo que no es de extrañar por los problemas que acarrearían estas delicadas intervenciones, ya sea por la afección a partes blandas o por el gran riesgo de infección».

Los restos encontrados en esta excavación, que forma parte del proyecto de recuperación de la muralla islámica impulsado por la Concejalía de Acción Cultural, pertenecen a individuos adultos de ambos sexos, de entre 21 y 30 años, a niños de entre uno y seis, seguidos de adolescentes de entre 12 y 16 años. Muy pocos de los adultos analizados alcanzaron los 50 años, lo que denota la baja esperanza de vida y la alta mortalidad infantil en la época. Los defectos del esmalte dental y las lesiones porosas detectadas en los cráneos de una gran parte de los individuos denotan episodios de desnutrición, explican los arqueólogos en su informe.

Destaca la frecuencia de lesiones discales y de artrosis, muy generalizada en los individuos de mayor edad, pero también aparecen en jóvenes, lo que indica que hicieron trabajos de gran desgaste físico.

De forma menos frecuente se han identificado traumatismos 'ante mortem', incluso se han hallado fracturas de fémur en dos individuos que les debieron generar graves secuelas y problemas severos de movilidad.

A estas enfermedades les siguen las de tipo infeccioso, algunas transmitidas por animales como la cabra y la vaca, o provocadas por la ingesta de sus productos derivados (leche) como sugiere un caso de 'Mal de Pott' (tuberculosis) y un posible caso de brucelosis (fiebre de Malta). Otras son de tipo venéreo, como la sífilis. Los arqueólogos destacan el «enorme potencial» de información que aún atesoran los restos óseos humanos de la Santa Cruz, que se analizarán ahora en laboratorio.

Las 340 tumbas documentadas son fosas simples, excavadas en el terreno. Las más habituales son individuales, aunque también hay enterramientos dobles o múltiples, con hasta cuatro sujetos dentro de una misma tumba. En cuanto al ritual funerario, los cuerpos están depositados en decúbito supino (boca arriba) con las extremidades superiores semiflexionadas y las manos sobre el tórax o el abdomen.

Fruto de las sucesivas inhumaciones llevadas a cabo durante siglos se han recuperado fosas con huesos humanos amontonados y dispuestos aprovechando huecos en la cabecera o el pie de la tumba. En este sentido, hay fosas de mayor tamaño en las que aparecen principalmente huesos largos y cráneos inconexos, a modo de osarios, vinculados a las denominadas "mondas de parroquia" (exhumar restos para enterrar otros)

"Hallazgos de gran relevancia histórica que aportan valiosa información para conocer cómo era la dieta o qué enfermedades padecía la población desde época bajomedieval hasta época moderna", apunta la concejala de Patrimonio y Recursos Culturales, Gloria Tello, quien subrayó el valor de la investigación arqueológica.

El análisis patológico deja ver frecuentes lesiones discales y artrosis (por trabajos de gran esfuerzo físico), traumatismos, tuberculosis (mal de Pott), brucelosis y enfermedades venéreas.

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