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¿Dónde están y cómo son los volcanes sumergidos de Baleares?

La formación volcánica más próxima a las Pitiusas es una montaña submarina, de unos 800 metros, que se encuentra en un punto entre el sur de Cabrera y el este de Formentera

Las montañas del Canal de Mallorca en un mapa elaborado por Oceana.

No queda ninguna actividad volcánica en él, pero el Emile Baudot -conocido como es Fort d’es Francés entre los pescadores- es lo más cerca que está Balears de la historia del vulcanismo en la Tierra. Se trata de una montaña submarina que se encuentra en un punto entre el sur de Cabrera y el este de Formentera, en la zona más profunda de las islas. «No solo es volcánico el Emile Baudot, sino que también, alrededor de la montaña, hay todo un campo de conos volcánicos pequeños». Así lo explica Enric Massutí, investigador del Centro Oceanográfico de Balears (COB). Desde el año 2018, el Instituto Español de Oceanografía, al que el centro de las islas está adscrito, investiga las montañas submarinas del canal de Mallorca en el proyecto Life Intemares con el objetivo de obtener los datos científicos que permitan incluir estos productivos hábitats en la Red Natura 2000. En los 90, cuando se descubrió el campo volcánico en los alrededores del Emile Baudot, se llevaron a cabo las campañas para el cartografiado de la zona.

El conjunto está formado por el volcán Emile Baudot y las montañas Ausias March y ses Olives, más cercanas a Eivissa y Formentera y que no son de origen volcánico. Explica Massutí que estas elevaciones emergen de grandes profundidades, donde los ecosistemas suelen ser de baja productividad. Sin embargo, las montañas que emergen «influyen sobre las corrientes marinas y puede haber afloramientos de aguas profundas hacia aguas más superficiales y todo eso puede enriquecer el ecosistema marino». De hecho, las montañas submarinas del canal de Mallorca son áreas de gran biodiversidad. «Hemos identificado más de una veintena de hábitats» –explica el investigador–. «Concretamente, los que son de interés comunitario son los fondos de rodolitos, que también se conocen como fondos de maërl, que hay en las simas del Emile Baudot y del Ausias March. Son fondos de algas rojas calcáreas, las algas que viven a mayor profundidad». La existencia de estos fondos especiales se debe a la destacada transparencia de las aguas de esta zona, «que permite que la luz penetre más y las algas puedan crecer a mayor profundidad. Estos fondos de rodolitos son uno de los hábitats de interés comunitario y además presentan una gran diversidad de organismos bentónicos, esponjas, ascidias o cnidarios».

Recientemente, se ha dado a conocer que en estas montañas se ha encontrado una ofiura que no se sabía que habitaba en el Mediterráneo y se han identificado tres nuevas esponjas, desconocidas hasta hoy para la ciencia. Enric Massutí asegura que aún nos queda mucho por conocer de estos ecosistemas marinos. «Las montañas submarinas son uno de los hábitats menos estudiados del Mediterráneo, y también de otros océanos». 

Desde principios de este siglo, la organización Oceana también ha realizado algunas campañas en la zona para proponer su protección. En 2017 anunció que se había encontrado en el canal, a 400 metros de profundidad, un campo de coral bambú, una especie amenazada.

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