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El mejor sumiller de España es el mallorquín Gabriel Lucas

Gabriel Lucas, en el centro B. Font

El mallorquín Gabriel Lucas Dimmock es la persona perfecta para beber un buen vino porque desde ayer es el mejor sumiller del país y porque le encanta «que el cliente sea más feliz el día que acude a un restaurante. Para eso estamos». Con esta mentalidad ganó la final del Campeonato de España de Sumilleres, celebrada en el Salón Gourmets de Madrid. «Tal vez tuve más calma que los otros finalistas e hice partícipe al público, ya que ofrecí un servicio como si nos encontrásemos en un restaurante, con gente conocida o en una mesa de amigos, mirando a los espectadores y haciéndoles sentir importantes», explicó tras subir al podio de la 26 edición de la reputada competición.

Es lo que hacía cada jornada en el restaurante de Marc Fosh, en Palma, con una estrella Michelin, y antes en el extinto Tristán, en Puerto Portals, que sumaba dos estrellas gracias al chef Gerard Schwaiger y con Cristina Pérez al mando. «He tenido la suerte de contar con muy buenos jefes y chefs, como ellos, que me han permitido aprender y mejorar», según afirmó respecto a una de las claves que le han llevado a ser el mejor sumiller de España. En el día a día su única aspiración es «que el cliente esté contento, que obtenga el vino que busca y una explicación acorde a sus dudas, no enredarle con una película sin sentido». Y lo repitió ayer ante el público y el jurado, a quienes dio «respuestas sencillas y claras a las peticiones que realizaban».

Otra de las claves es el estudio continuo que realiza –«estoy en todas las academias de sumillería a nivel mundial, creciendo poco a poco»–. Tanto el miércoles como ayer lo demostró con creces en las duras etapas de la competición. «El primer día hubo una prueba test con multitud de preguntas sobre vinos, productores, zonas, como tipos de montaña y ríos, y variedades de uva de todas partes del mundo. Después había que catar un vino tinto y uno blanco a ciegas y detallar qué vino era, de dónde procedía y con qué podía maridarse. Y luego lo mismo con un producto, que en esta ocasión era un brandi», especificó.

El ganador del Campeonato de España de Sumilleres (centro) lo celebra con colegas de las islas. |

En la final tuvo que catar otros dos vinos y tres productos, de nuevo sin conocer cuáles eran, y describirlos; además de corregir una carta de vinos que contenía errores, realizar una decantación y servicio; y tomar una comanda de una mesa con un grupo de ‘clientes’ que querían probar una serie de vinos.

Vinos de las islas

En concreto, pidieron referencias procedentes de islas y, pese a que Gabriel Lucas es de Mallorca, el primer lugar en el que pensó fue en Canarias. «Quería hacer un guiño a la isla de La Palma debido a que están sufriendo mucho con el volcán en erupción»; y después recomendó «otro vino de nuestra tierra, uno de Sicilia y uno de la isla australiana de Tasmania». El sumiller fue el mejor de Balears en 2018 y 2019, por lo que acudió a sendos campeonatos de España y quedó «entre los diez primeros ambos años», una «experiencia muy útil» que le ayudó a proclamarse ganador ayer.

No quiere olvidar a quien le animó a dedicarse al mundo del vino, Jaume Tauler, el comercial de la bodega Raventós i Blanc. «Venía a visitarme al restaurante que yo tenía antes de la crisis de 2010, cuando tuve que cerrar, y me convenció para que estudiase sumillería en Barcelona. Nunca antes había prestado atención a la calidad del vino, pero el curso me encantó y estoy aquí gracias a él», destaca el mejor sumiller del país, que ha llegado más alto que en sus comienzos profesionales como auxiliar de vuelo.

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