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Fauna

Crían en Valencia al animal vivo más antiguo de la Tierra

La conselleria ha puesto en marcha un plan de recuperación de este fósil viviente que habita las charcas desde la era de los dinosaurios y que es capaz de poner huevos con solo 15 días

Un ejemplar de Triops cancriformis.

Ya habitaban la Tierra cuando los dinosaurios eran la especie dominante y, a diferencia de estos últimos, no se han extinguido. Los "Triops cancriformis", un tipo de crustáceo que habita en charcas, son los seres vivos más antiguos que todavía perviven y es precisamente en la Comunitat Valenciana donde se está trabajando en su recuperación. Son pequeños fósiles vivientes que han conseguido sobrevivir gracias a su acelerado y particular ciclo de vida.

La Conselleria de Emergencia Climática y Transición Ecológica ha iniciado varias acciones para la preservación de este crustáceo con el fin de recuperar las poblaciones de esta especie. El 'Triops cancriformis' es un crustáceo branquiópodo, considerado la especie animal viva más antigua de la tierra. Su ciclo vital es corto y acelerado, debido a que habita en grandes charcos de lluvia que tardan un par de meses en secarse. Nacen del barro seco en cuanto cae la lluvia y ponen huevos en la tierra encharcada a partir de los 15 días de vida.

La progresiva desaparición de esta especie en las dos últimas décadas ha hecho que el Servicio de Vida Silvestre de la Conselleria se interesara por su estudio y protección. Próximamente, será incluido en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas.

Un ejemplar de Triops cancriformis.

Su cría en cautividad se desarrolla en las instalaciones del Centro de Conservación de Especies Amenazadas de la Comunitat Valenciana, en El Palmar, y se está trabajando en diversos parques naturales para tratar de crear nuevas poblaciones y darlo a conocer entre los visitantes.

El objetivo de la Conselleria es que no desaparezca la especie, dándola a conocer junto a su problemática (uso de pesticidas y modificación de hábitats) y recreando nuevas poblaciones en lugares protegidos, como ya se ha conseguido en el Parque Natural de la Sierra de Espadán, gracias a la participación de la escuela de Vall de Almonacid, Interpreta Natura y el personal del propio Parque Natural, bajo la tutela de los técnicos de El Palmar. 

Dos alumnas premiadas por un estudio sobre este crustáceo

En paralelo al trabajo de la Conselleria, cabe destacar la acción realizada por dos alumnas de 2º de Bachillerato del Colegio Santa María de Vila-real, Patricia Marco Gaya y Alba Serrano García, que han sido merecedoras de un importante premio en el Concurso de la Unión Europea para Jóvenes Científicos con su trabajo 'Triops Cancriformis: how to survive at climate change'.

La hipótesis que defiende el trabajo es que esta especie ha sobrevivido gracias a la increíble resistencia de sus huevos. Para ello, las alumnas han participado en la cría en cautividad de ejemplares del crustáceo y, además, han colaborado con la Càtedra de Innovació Cerámica Ciutat de Vila-real, el Grupo de Química del Estado Sólido de la Universidad Jaume I para estudiar sus características y la Escuela Superior de Cerámica de Alcora.

A partir de sus conclusiones, están intentando recrear ese material con la finalidad de utilizarlo en construcción como aislante térmico. Este proyecto ha obtenido en su recorrido muy buenas valoraciones en otros certámenes nacionales e internacionales.

Por ejemplo, en 2020 recibió tres galardones en XXI Exporecerca Jove de Barcelona y el primer premio en el XXXII Congreso Jóvenes Investigadores, el más prestigioso certamen científico de España, organizado por el Ministerio de Universidades, el INJUVE y el CSIC; en junio de 2021, este trabajo obtuvo una medalla de bronce en la sección de Ciencias de la Genius Olympiad de Nueva York.

Asimismo, personal de la Universitat de València (Julia Risueño y Ferrán Palero) ha realizado otro estudio paralelo sobre la genética de los triops valencianos (también premiado en un congreso internacional), concluyendo que no sólo hay una especie, sino que se trata de dos, lo que aún da más valor a la conservación de los hábitats de charcas temporales.

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