La Plataforma per la Llengua ha sacado a la luz un supuesto caso de discriminación lingüística ocurrido el pasado 1 de agosto en la playa de la Fossa de Calp, en la comarca de la Marina Alta (Alicante). Ha relatado que Paula, una bañista, acudió a quitarse la arena en los lavapiés y no funcionaban. Se lo comentó en valenciano a un socorrista y éste le espetó: "¡En castellano, señora!".

Paula le explicó que tenía derecho a dirigirse a él en valenciano, le reprochó su mala educación y se fue. Pero, según asegura la Plataforma, el socorrista la siguió y le gritó: "¡Sinvergüenza! ¡En castellano! ¡Qué no tiene vergüenza!".

La Plataforma por la Llengua ha presentado una reclamación ante la Oficina de Drets Lingüístics por la actitud del socorrista y ha pedido al Ayuntamiento de Calp que lo sancione. Ha recordado que la ciudadanía tiene derecho a usar el valenciano y que el derecho a que se le atienda en esta lengua también se hace extensivo a los trabajadores de las empresas concesionarias de la administración pública. En este caso, el socorrista está contratado por la concesionaria que se encarga del servicio público de vigilancia y socorrismo en las playas.

El contrato especifica que se considera sanción grave "maltratar de palabra u obra a los usuarios del servicio". La Plataforma advierte de que en este caso el socorrista "maltrató" a la bañista. Este incumpliento podría acarrear una sanción de entre 3.001 y 15.000 euros.

También recuerda que una reciente resolución del Síndic de Greuges instaba al Ayuntamiento de Calp a garantizar "los derechos de los ciudadanos y las ciudadanas a dirigirse a la administración de la Comunitat Valenciana en cualquiera de las dos lenguas oficiales y a recibir la respuesta en la misma lengua que han utilizado, en aplicación del artículo 9 de l'Estatut d'Autonomia y de conformidad con el principio de antiformalismo, sencillez y eficacia que debe presidir todas las actuaciones administrativas".