Hoy despedimos esta sección de recetas estivales con la intención de dar la bienvenida a la temporada de berenjenas que recién comienza.
La berenjena, cuyo origen proviene del continente asiático, pertenece a la familia de las solanáceas al igual que el tomate, la patata o el pimiento y posee la peculiaridad de no poder consumirse cruda debido a su riqueza en solanina, un alcaloide que puede ser tóxico según la cantidad que se ingiera.
Sabido esto, se trata de un vegetal tremendamente versátil que nos da muchas alegrías en la cocina y que es además una fuente interesante de nutrientes, sobre todo vitaminas, minerales y fibra. También destaca por ser muy baja en calorías, favorecer la digestión y mejorar el tránsito intestinal.
A la hora de cocinarla, un truco que es mano de santo para eliminar su amargor y hacer más fácil la cocción es cortarla y ponerla en remojo en agua con sal durante media hora.
En esta receta la hemos acompañado de una salsa de aguacate y albahaca, una combinación original con un punto refrescante que está para chuparse los dedos. Bon profit!
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Ingredientes:
- 4 berenjenas pequeñas
- 2 aguacates
- 1 ajo
- 1 limón
- ½ manojo de albahaca
- Aceite de oliva virgen
- Pimienta negra recién molida
- Sal marina
Preparación:
- Cortar las berenjenas en láminas y ponerlas en remojo en un recipiente con agua y sal durante media hora.
- Sacarlas del remojo y secarlas con un poco de papel absorbente.
- Pasarlas a la plancha con un chorro de aceite de oliva, sal y pimienta, hasta que estén blanditas y doradas por ambos lados.
- En un vaso de batidora, colocar los aguacates pelados y deshuesados, las hojas de albahaca, el diente de ajo pelado, el zumo del limón y sal y pimienta al gusto.
- Batir hasta que nos quede una consistencia cremosa y rectificar de sabor.
- Servir junto con las berenjenas calientes.
