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El paladar viaja por la historia

El espectáculo gastroteatral The Food Line, que se estrena mañana, ofrece un recorrido a lo largo de los siglos a través de 20 degustaciones

Los asistentes honran a Anubis, dios del Antiguo Egipto. | G. BOSCH

El espectáculo comenzó a las 20.28 horas, cuando la puesta de sol apareció puntual en escena. Hoy se iniciará un minuto antes y así cada velada de The Food Line para disfrutar de la atmósfera del atardecer en Es Revellar antes de adentrarse en una cueva de 2.000 años de antigüedad y emprender un viaje al pasado a través de 20 platos, bebidas y postres que han hecho historia. La introducción a la línea del tiempo gastronómica que mañana se abre a residentes y visitantes es la representación del Big Bang y la evolución de las especies, acompañadas por los tambores africanos para anunciar la llegada de los australopitecos. Los primeros asistentes ayer a la propuesta gastroteatral tenían por delante tres horas de comida y sorpresas, aunque no siempre con servilletas ni bebidas frías, porque antaño no había modales ni frigoríficos.

El primer plato consistió en verdolaga, nueces y moras, todo sobre una piedra en el suelo en los extensos jardines del agroturismo de Campos donde tiene lugar esta singular iniciativa. Llegaron los neandertales y, como ya conocían el fuego, el menú mejoró: Carne asada en torno a la recreación de una hoguera. La agricultura y la construcción de aldeas trajeron el pan, entre otras muchas cosas. Era ácimo, igual que el de anoche, que fue completado con pasta de garbanzos. La bebida espirituosa más antigua del mundo, la hidromiel, fermentó por casualidad y la descubrieron los egipcios, según relataron los guías del recorrido por 17 escenarios.

En un anfiteatro griego tomaron lechuga con queso y uvas. | G. BOSCH

De la cultura hebrea llegó a la isla la típica sopa mallorquina fava parada y de Persia se sirvió un nutritivo dátil, que permitía aguantar dos días sin comer en el desierto. Los asistentes querían que fuese el turno de una bacanal romana, aunque antes tocaba una ensalada griega con el aceite de oliva que ellos inventaron. Hubo homenaje al dios Baco con un vino especiado a base de canela, pimienta y miel, pero la noche no se desmadró, ya que la siguiente etapa histórica fue el cristianismo y el Islam, del que se degustó un típico dulce de sésamo y miel y un chupito de chufa. La oscurantista Edad Media tuvo su reflejo a nivel gastronómico en la sopa de ajo y, tras un breve descanso, llegó el Renacimiento y el pescado que más se comía en la Florencia de Leonardo da Vinci: mussola al horno con salsa.

El paladar viaja por la historia

El siguiente salto en el tiempo y el espacio fue en un barco que procedía de las Américas cargado de patatas y tomates, ideales para degustar un tumbet. Y en el siglo XVII, en el Versalles del Rey Sol, con platos y cubiertos de oro y un breve espectáculo de esgrima, el público disfrutó de ternera a la bourguignon antes de pasar a un pudin inglés durante la época de la Revolución Industrial. En toda historia de la gastronomía que se precie, no puede faltar la llegada de la comida rápida, aunque ayer no sirvieron hamburguesas, sino un donut, que precedió al innovador Ferran Adrià con una espuma de piña colada y la sorpresa final: el lujo gourmet del año 2.500.

The Food Line ha sido creado por Víctor Calvo y Biel Jordà con la cocina del chef Tolo Julià y el asesoramiento de los expertos Toni Pinya y Manuel Calvo, así como el vestuario de Maria Miró y las actuaciones de Toni Sastre, Pau Pascual y Manu Palacios.

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