Los reyes de hoy son los príncipes de ayer. Felipe y Mohamed Sextos cruzan sincronizados el patio de armas de La Almudaina, en el día más rutilante de la historia de Mallorca. Viernes de septiembre de 1989, boda de Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria ya vencida. Los herederos vecinos se dirigen a un incierto futuro, que es el presente todavía más atribulado. Letizia vivía a más de una década de distancia, y aunque nadie podría disputarle el protagonismo a la novia, impactó el contraste del chaqué impecable de un Sexto con la túnica en seda natural y combinación de mate y brillante sobre zapatos blancos del otro Sexto. Don Mohamed luce hoy el semblante descuidado de un compañero de correrías de Kim Jong Un, en tanto que Don Felipe siempre parece que acaba de sufrir traición de su propio padre. Los progenitores de ambos se besaban en público, los hijos no llegarán a las manos. Los príncipes envejecen en público, y entonces los llaman reyes.
