El Rey ha de medir cada día sus palabras, sus posibilidades de supervivencia y ahora también su peso corporal para timonear un barco de lujo disfrazado de austera rehabilitación. Se llama ‘Aifos’ y no ‘Aitizel’ porque reina y madre (o Erdam) no hay más que una. Ricardo Álvarez-Maldonado, hijo del jefe de la base naval de Porto Pi, demuestra que hay vida inteligente junto al monarca, aunque estén en minoría. Felipe VI también quiere darle caña a su padre en la regata con el nombre de ambos. El Jefe de Estado solo encuentra la España que ama en el mar mallorquín, donde reina el respeto mutuo.
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