Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CON CIENCIA

Con Ciencia: Luz

Siempre que he visitado las cuevas del Paleolítico Superior en las que se encuentran pinturas rupestres —las de Santander, en especial— me han intrigado dos cosas: por qué sus autores eligieron rincones tan profundos, ocultos y oscuros para dejar la huella de sus símbolos y cómo se las arreglaron para pintar o grabar en la oscuridad absoluta.

La respuesta más fácil es la segunda. De hecho, nuestro anfitrión en las visitas a las cuevas de Hornos de la Peña, el Castillo, las Monedas, Chufín y Covalanas, el arqueólogo y antropólogo Pablo Herreros, malogrado prematuramente, nos organizó una demostración acerca del uso de lámparas con tuétano como combustible. Las lámparas arrojaban una luz un tanto espectral bajo la que las figuras de los animales y su caza o los símbolos geométricos se veían de forma por completo distinta a la que aparecía bajo el foco de las linternas habituales. Era una sensación magnífica, y emocionante, contemplar las pinturas tal y como las había visto quien las realizó.

Pero el sentido de esa voluntad de alejar los dibujos y grabados rupestres del lugar en el que habrían sido más fáciles de ver se me escapa. Las hipótesis a tal respecto abundan, desde las que invocan razones místicas o religiosas, a las que apuntan al ocultamiento por motivos jerárquicos o rituales. Lo cierto es que no sabemos el por qué de la situación tan profunda de los símbolos en las cuevas.

Una investigación publicada en la revista PLos ONE por Mª Ángeles Medina-Alcalde, investigadora del área de Prehistoria de la Universidad de Córdoba (España), y sus colaboradores ha ampliado no poco lo que se sabe de los métodos de iluminación de los autores de las pinturas rupestres. Medina-Alcalde y colaboradores han llevado a cabo no sólo un estudio acerca de los distintos sistemas que pueden utilizarse para iluminar lo más profundo de las cuevas —antorchas de madera, lámparas de grasa, hogares para quemar carbón u otros combustibles— sino que han realizado un trabajo experimental replicando esos medios de iluminación y midiendo la incidencia que producen tanto en la luz obtenida como en su influencia en la visión humana. Es interesante que en su trabajo hayan puesto énfasis no sólo en la iluminación de los lugares recónditos en los que se encuentran los símbolos sino también en la necesidad de ver a lo largo del camino muy largo que hay que recorrer para llegar a ellos, cosa que obliga a pensar en una combinación en ocasiones de los recursos lumínicos.

Por desgracia, Medina-Alcalde y colaboradores no realizan mención alguna a las razones que explicarían la situación tan profunda de las pinturas y grabados rupestres. No era ese, desde luego, el objetivo de su trabajo experimental. Pero la duda permanece. ¿Por qué fue tan hermético el origen de la creatividad artística humana?

Compartir el artículo

stats