La temporada estival se acerca y con ella el período en el que millones de españoles disfrutarán de sus vacaciones. Será el segundo verano marcado por la pandemia, si bien el panorama se presenta, a priori, más despejado que el año pasado por las cifras de vacunación. Quince meses de pandemia que han causado durísimos estragos en España por las pérdidas de vidas y un desasosiego colectivo al que se busca poner fin recuperando retazos de aquello que ahora se denomina ‘vieja normalidad’. Y qué duda cabe que el turismo, el mero placer de salir de casa y desplazarse a otro lugar, forma parte de los anhelos inmediatos de muchos españoles: “Hay ganas de viajar”, resumen los expertos del sector turístico. Pero, ¿cómo va a trastocar la realidad post-Covid a una actividad de tanto peso social y económico?

La pandemia, al igual que en otras esferas de la vida, está avivando los cambios que ya se intuían. Transformaciones que en el plano del turismo hablan de un cliente que, además del destino, analizarán qué valor diferencial se le ofrecerá, la flexibilidad y la posibilidad de establecer una comunicación activa con los agentes contratados, además de tener en cuenta la huella medioambiental de su propia actividad. En definitiva, un turista mucho más exigente. No obstante, y sobre todo a corto plazo, el paquete ‘low-cost’, en especial de sol y playa, seguirá imponiéndose, en especial en los próximos meses, en los que la industria turística ha depositado su principal confianza en el mercado nacional.

Restricciones del Reino Unido al turismo en España

La incertidumbre está provocando que las reservas de los turistas españoles se estén posponiendo, señalan desde el sector, que tiene marcada en rojo la primera quincena de junio, cuando España ha abierto sus fronteras a todos los turistas vacunados sin necesidad de presentar PCR. La decisión de Reino Unido de mantener a España en su semáforo ámbar, fuera de los destinos considerados más seguros, ha supuesto un mazazo. “Necesitamos que se levanten las restricciones del Reino Unido a esos destinos, que junto a la Comunitat Valenciana y la Costa del Sol son los más importantes y los que además están presentando una menor incidencia acumulada de Covid”, resalta José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo y portavoz de Exceltur, la Alianza para la Excelencia Turística, que engloba a más de una treintena de las empresas más relevantes del ramo. Según los datos de Exceltur, cada semana sin turistas británicos supone para el sector dejar de ingresar cerca de 380 millones de euros. Sin embargo, la esperanza se va abriendo camino en la industria. “Podemos recuperar un 65% de la actividad total del año 2019, gracias sobre todo al viajero nacional”, añade Zoreda.

Los españoles quieren viajar. No hay un problema de demanda, sino de una oferta muy mermada por las restricciones. Lo que se está vendiendo sobre todo es turismo de proximidad y de costa”, explica Carlos Garrido, presidente de la Conferencia Española de Agencias de Viajes (CEAV). El encarecimiento del transporte aéreo trae aparejado, junto con el lógico recelo de muchas personas a las aglomeraciones, que se refuerce esa apuesta, al menos en los próximos meses, por lo que tenemos más cerca. Destinos que, conocidos o no, aportan más seguridad y que incorporan, en muchos casos, las tendencias de viaje que se presumen como más relevantes en el futuro. Un turismo menos masificado, que rompe con la estacionalidad y que deberá basarse en criterios de mayor sostenibilidad ecológica. “Nuestros estudios nos dicen que el cliente va a buscar cada vez más productos al aire libre, de deportes de aventura, y con distancia social”, indica Garrido.

“Vamos hacia un modelo de turista que, más que a donde quiere ir, se va a preguntar qué quiere hacer. La calidad de la experiencia, la singularidad y la autenticidad, van a ser conceptos clave”, resume el vicepresidente de Exceltur, que subraya la necesidad de “reinventar” la oferta turística del país a través de cualidades diferenciales en forma de nuevas propuestas gastronómicas, culturales y de vivencias activas. “Nuestra apuesta es crecer por valor añadido, no por volumen. Así podremos competir con otros países del arco mediterráneo como Marruecos, Túnez o Turquía”, destaca Zoreda. “El turista del futuro va a ser mucho más exigente, porque cada vez tiene más información, y las agencias tenemos experiencia en ofrecerle una labor de asesoría”, agrega el presidente de CEAV. La digitalización de todos los procesos, desde que se examina un posible destino hasta que se valora en redes sociales la experiencia final, va a ser otro componente clave, en especial debido a que la pandemia ha estimulado el uso de tecnologías que, como la ‘contactless’, agilizan cualquier trámite de viaje. Pese a todo ello, las ofertas de bajo coste seguirán siendo fundamentales, sobre todo en un escenario de fragilidad económica como el actual. El caso es que no falten propuestas, porque el deseo de viajar sigue intacto.