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Con ciencia

Vascos

El estudio ha analizado datos genéticos de los vascos.

La particularidad de la sociedad vasca, profusamente defendida desde sus propias filas, suele fundamentarse en cuestiones de lengua, de cultura, de etnia y de organización política, factores todos ellos que pueden ser sometidos a crítica de manera bien fácil. No hablo por boca de otros cuando aseguro recordar muy bien que mi abuela, natural de Oyarzun y con el vasco como lengua materna, despreciaba por completo el euskera normalizado diciendo que eso no era vasco ni se le parecía. ¿Qué quiere decir ser vasco, entonces, si incluso algunos de sus más fervorosos militantes resultan ser recién llegados de otros lugares que defienden unos privilegios recibidos como de milagro? Tal vez haya sido el cine, con comedias irónicas como la de Ocho apellidos vascos, el que haya puesto el dedo en la llaga. Porque los apellidos reflejan la proximidad genética y ¿no hemos oído a los próceres de Euskadi defender hasta la saciedad que los vascos cuentan con genes ancestrales propios y por completo distintos de los de los demás?

El paso del cine y la política a la ciencia lo acaban de dar los investigadores de la universidad Pompeu Fabra que, junto a colegas franceses, han estudiado una cantidad ingente de datos genéticos de los vascos —entendiendo como tales los que se encuentran en áreas de habla euskera— y los pueblos circundantes. Fueron analizadas cerca de 629.000 variantes del genoma completo en 1.970 muestras antiguas y modernas llevando a cabo por vez primera análisis locales y a gran escala de todo el genoma dentro de la región franco-cantábrica completa mediante combinación de métodos de estudio de frecuencia de alelos y de haplotipos. El resultado del trabajo, publicado en la revista Current Biology con André Flores-Bello, del Departamento de Ciencias de la Salud y de la Vida del Instituto de Biología Evolutiva (Universitat Pompeu Fabra/ Centro Superior de Investigaciones Científicas), como primer firmante, pone de manifiesto que la genética de los vasco-parlantes difiere de la de los pueblos circundantes (con los vascos que no hablan euskera en situación intermedia), aunque también existen grandes variaciones genéticas dentro del área euskera que correlacionan con la geografía. Dicho de otro modo, cada valle cuenta con su particularidad —y, por respeto a mi abuela, hasta con su propia lengua—.

Lo más interesante puede que sea el origen de las diferencias. No existe tal cosa como un pueblo vasco ancestral que se haya mantenido inmune a todos los flujos de población. Los vascos fueron como cualquier otro pueblo europeo hasta que el aislamiento —en el que la lengua pudo jugar un papel importante— condujo a la particularidad genética actual. Una endogamia mantenida a partir de la Edad de Hierro —y no unos ancestros de leyenda— fue la que impidió a los vascos el que regenerasen su genoma como hicieron a partir de ese momento los pueblos circundantes.

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