La producción de vino de las denominaciones de origen DO Binissalem y Pla i Llevant y de la indicación geográfica protegida IGP Mallorca ha bajado un 28,8 % en 2020, con 5.339.809 litros, afectada por la pandemia de coronavirus, la enfermedad del mildiu y los fenómenos atmosféricos adversos.
Los tres consejos reguladores han descrito 2020 como «un año difícil para el mundo vitivinícola», sobre todo por los efectos directos e indirectos de la pandemia sanitaria, la enfermedad que causa estragos en las vides y el mal tiempo, han explicado en un comunicado conjunto.
La pandemia del coronavirus ha sido el factor más negativo, ya que ha afectado a la producción de uva y vino y a la comercialización.
Dado que con el primer confinamiento se vio que la temporada turística peligraba, fue necesario limitar la producción de uva para disminuir la cantidad de vino elaborado, porque la capacidad de las bodegas podía quedar desbordada. Para evitarlo se llevaron a cabo podas intensas, en seco y en verde, y hubo viticultores que se acogieron a las ayudas de poda en verde para limitar la producción de sus viñedos.
El mildiu, enfermedad siempre presente, este año ha atacado con fuerza a los viñedos destruyendo buena parte de la producción y obligando a hacer mayores inversiones que otros años para combatirla.
Además, el granizo afectó también a ciertas parcelas en la parte del Llevant.
La comparación de la media de los datos de las añadas de 2016, 2017, 2018 y 2019, con las de 2020, indica que las hectáreas productoras han bajado un 9 %, de 1.461 de media a 1.331.
Los kilos de uva han disminuido de 8.271.000 a 6.199.000, un 25 %, y los litros de vino elaborados, de 5.339.809 a 3.797.500, un 28,8 % menos.
Según los tres consejos reguladores, los efectos de la pandemia sobre la comercialización han sido importantes, por la bajada del turismo y de la exportación, con 4.658.000 litros comercializados en total, un 34,7 % menos.
