La residencia de ancianos Hogar de Betania, en la que se puso la vacuna de la covid-19 el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, y a miembros de su equipo, inscribió como trabajadores a más de una veintena de personas que no formaban parte de la plantilla ni eran residentes del centro para que pudieran vacunarse. Lorca Planes y los sacerdotes que forman parte de la cúpula de la Diócesis fueron apuntados como capellanes en los primeros días de enero de este año, aunque el alta se produjo con efectos de julio de 2019. En esta relación aparecen también miembros de la Fundación Residencia de Ancianos Hogar de Betania, que está al frente del centro, y familiares de los responsables de la confección de la lista, el director de la residencia, Alfonso Martínez Pérez, y el presidente del patronato rector de la residencia, Joaquín Martínez Pérez, que aparece inscrito como gerente.

Como máximo responsable de la fundación que regenta el centro, este miércoles hizo público un comunicado explicando que la institución fue la que "invitó" al obispo para que se vacunara "debido a que frecuenta con asiduidad sus instalaciones para celebrar la Eucaristía y estar cercano a los residentes".

Reconocía también que la institución había remitido los formularios a los sacerdotes y que optaron por "la catalogación como 'capellán' del señor obispo y de los demás sacerdotes debido a que el programa de inserción de datos para la vacunación no permite otra, como pudiera ser la de asistencia religiosa o espiritual".

El resto de personas ajenas a la plantilla que empezaron a vacunarse a partir del 31 de diciembre, cuatro días después de que comenzaran a administrarse las primeras dosis en las residencias de Murcia, aparecen inscritos como personal del "Cuerpo Superior de Administradores (Gestión)".

El comunicado del presidente del patronato resulta revelador, dado que supone un reconocimiento implícito de que la residencia añadió a otras personas a la lista de residentes y de trabajadores, únicos destinatarios oficiales de las primeras dosis llegadas a Murcia.

Entre los inscritos se encuentran los padres de los responsables del centro, que rondan los 80 años de edad y tienen problemas de salud. Tanto ellos, como el director, el presidente del patronato y varias personas más aparecen inscritas con domicilio en la Alameda Capuchinos de Murcia, lo que confirma el parentesco existente entre ellos.

Alfonso Martínez eludió dar explicaciones a La Opinión sobre las relaciones familiares con algunos de los vacunados, aunque precisó que él no se ha puesto la vacuna, a pesar de que aparece en la lista de los candidatos que tenían su dosis asignada. "Está vacunado el personal de la residencia y el patronato de la residencia", concluyó. Añadió que todos los demás son "personal no remunerado" que acude "a diario".

Junto con el obispo, acudieron a vacunarse como capellanes de la residencia de la carretera de Santa Catalina, que conecta la ciudad de Murcia con la pedanía de La Alberca, su secretario personal, Maximiliano Caballero; el que fuera arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, y el canónigo de la Catedral Tomás Cascales.

También fue invitado el obispo auxiliar para que se pusiera la vacuna, Sebastián Chico Martínez, pero según se indica en el comunicado, "visto que él, hasta este momento, no ha tenido una vinculación directa con la residencia, declinó la invitación". Precisa que "en un principio se envió su formulario, pero no se llevó a cabo la vacunación".

El obispo firmó la autorización para poder vacunarse el 2 de enero, varias días antes de que fuera dado de alta como capellán, junto con Maximiliano Caballero, Sebastián Chico y Gil Hellín.

Lorca Planes y el resto de sacerdotes acudieron a vacunarse el 19 de enero poco antes de las 9.30 horas, el mismo día que saltó la noticia de que el anterior titular de Salud, Manuel Villegas, los altos cargos del SMS y el personal de los servicios administrativos también habían recibido las vacunas, por lo que tuvo que dimitir el consejero al día siguiente.