Los hermanos Calafat acaban de presentar Ranci de Puntiró, un vino que han concebido para consumir como aperitivo o con picadas selectas. Explican que el vino rancio se utilizaba básicamente para cocinar, concretamente en elaboraciones de cocción lenta, como los guisos o platos de greixonera, y también en ocasiones especiales. Pere Calafat, de la bodega Jaume de Puntiró, explica que estos vinos se han puesto en boga en bodegas del Priorat i de la Terra Alta, de donde nunca han desaparecido. «Como bodega arraigada a la payesía mallorquina que somos hemos decidido recuperar este vino (también llamado seco)», apunta el bodeguero sobre el caldo elaborado con uva autóctona Giró Ros, cultivada en Santa María del Camí.